En Paraguay, afirman que Pérez Corradi vivió una vida de lujos durante cuatro años

Ibar Pérez Corradi, quien tienen tres órdenes de captura internacionales y alerta roja en Interpol por el triple crimen de General Rodríguez, logró sortear durante 4 años a la policía de Paraguay y vivió tranquilo durante cuatro años.

Según publicó el diario ABC Color, Corradi vivió en lugares céntricos de Ciudad del Este y se movió en vehículos lujosos, tiene dos hijos paraguayos y vivía paseando por los shoppings.

El prófugo no sólo consiguió ser invisible para el Sistema Seguridad e Inteligencia paraguaya, sino que también pudo tramitar documentos falsos, en uno se identificaba como José Luis Fernández y en el otro Walter Miguel Ortega Molinas.

Vivió en zonas céntricas de Ciudad del Este desde el 2012, y desde setiembre del 2015 hasta febrero del 2016 vivió cómodamente, según indicó ABC Color. Nunca se ocultó en Paraguay hasta que su caso se visibilizó en los últimos meses.

Usaba vehículos que no pasaban desapercibidos y un ritmo de vida elevado. Todo este tiempo elegía comer platos de restaurantes o deliverys, se movía en un Mercedes Benz ML 320 mientras su pareja paraguaya, María Gladys Delgado Brítez, se movilizaba con un Kia Óptima color bordó.

Ante su familia en Paraguay, Corradi prefería llamarse José Luis. Casi todos estaban al tanto de que había tenido líos judiciales en Argentina, pero que no eran tan graves.

Su estadía en el país guaraní no fue para nada invisible y fue muy fecunda: en el 2012 conoció en Ciudad del Este a su pareja, que quedó embarazada bastante pronto. Su primera hija nació en julio del 2013 mientras ellos vivían en el barrio Catedral de Ciudad del Este. Al nacer, la pequeña fue anotada en el Registro Civil como hija de madre soltera.

El segundo hijo nació en febrero de 2016 y según publicó el diario abc Color, Corradi y su abogado, Carlos Broitman, estarían intentando usar a sus dos hijos y argumentar arraigo en Paraguay para litigar sobre los crímenes de los cuales es acusado.

Pérez Corradi, de 38 años, está acusado de ser el autor intelectual de los asesinatos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina. Trabajó en el Banco Nación durante sies años y luego se convirtió en "financista" y empresario farmacéutico. La justicia lo considera uno de los principales proveedores de efedrina.

Además, fue acusado de narcotráfico por haber introducido en los Estados Unidos pastillas de oxicodona, un analgésico derivado del opio, mediante el envío de una encomienda por correo privado. Por esa causa, la justicia norteamericana dictaminó un pedido de extradición.