03/04/2017

Argentina

Seis especies animales están en peligro de extinción en el país

Apenas el 0,5% del presupuesto nacional se destina al cuidado ambiental. Los especialistas piden que haya más áreas protegidas.
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El yaguareté podría desaparecer de las yungas argentinas en los próximos 50 años.

La Argentina es uno de los países que presentan mayor riqueza en biodiversidad a nivel mundial, con un gran número de especies de artrópodos (111.000), plantas vasculares (10.006), aves (1002), peces continentales (500) y marinos (478), reptiles (406), mamíferos (385) y anfibios (175). Sin embargo, la pérdida del hábitat y la fragmentación de los ecosistemas amenazan a muchas especies, que están a punto de desaparecer.

El yaguareté podría desaparecer de las yungas argentinas en los próximos 50 años; del cardenal amarillo quedan apenas unos 1500 ejemplares; la población de la ranita del pehuenche mendocina se halla en extinción por las sequías, y el cauquén colorado peligra por las prácticas de caza. Estas cuatro especies, junto al venado de las pampas y a la mojarra desnuda, son las más amenazadas del territorio.

Es por eso que, luego de varios encuentros con la sociedad civil local y regional, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación lanzó el programa Extinción Cero, que trabajará con las especies en peligro y se enfocará en la educación.

"La conservación es una herramienta del desarrollo sustentable. El 95% de la población del yaguareté está diezmada. Por eso, es necesario aplicar una política de Estado que estaba prevista desde 2004, pero nunca se instrumentó", indicó el ministro de Ambiente, Sergio Bergman.

Los especialistas consultados coinciden en que es bueno poner en agenda la temática de la conservación, pero dicen que no puede ser una política aislada de un solo ministerio. Debe estar acompañada de otras medidas que restrinjan, por ejemplo, la producción forestal o la agropecuaria.

"La primera herramienta de conservación de la biodiversidad es el inventario, saber qué es lo que vos tenés. En la Argentina este año no tenemos inventario nacional de biodiversidad. Después, en un segundo paso, podés categorizar qué es lo que está más en peligro y operar sobre eso. El gran escenario lo definen dos ejes: crear nuevas áreas protegidas el presidente Mauricio Macri dijo que está en su vocación duplicarlas, sobre todo en ecorregiones no protegidas, y el otro gran eje es cómo trabajamos en esas zonas", indicó Claudio Bertonatti, museólogo naturalista, citado por el diario La Nación.

El país tiene hoy unos 35 millones de hectáreas protegidas, lo que significa, aproximadamente, el 12% del territorio. "El gran partido se juega afuera; qué hacés con el 88%, porque si lo destruís, la protección se desmorona. Las grandes decisiones ambientales no las toma Ambiente, sino que se toman en el Ministerio de Energía y Minería y en el de Agroindustria. Eso es lo más crítico. Es muy difícil así tener un plan en serio y no caer en medidas casi anecdóticas", explicó Bertonatti. El especialista se apoya en las cifras de avance de la frontera agropecuaria y de los proyectos mineros, muchos de ellos linderos a espacios con alguna categoría de protección.

Precisamente los ecosistemas contribuyen a reducir el riesgo de desastres. Por ejemplo, los humedales, los bosques y los sistemas costeros pueden actuar como barreras naturales o amortiguar los efectos de inundaciones, sequías y erosión costera.

Asimismo, Matías Pandolfi, doctor en Biología del Conicet, cuestionó el recorte en la investigación científica: "Es un buen inicio, pero tampoco puede estar desligado de una política de Estado que implica muchas cosas, incluso los recursos humanos. Más desmonte y menos inversión en ciencia no parecen los caminos apropiados. Entre las especies elegidas hay un anfibio, en este caso los herbicidas los afectan muchísimo. Es necesario articular políticas".

Según Bergman, la idea de la articulación es el fundamento de la creación del gabinete de cambio climático en el que participan varios ministerios. Pero también en la conversación tienen que entrar las provincias. Aquí aparece un tema central y es la financiación. Cabe recordar que apenas el 0,5% del presupuesto nacional se destina al cuidado ambiental. Y respecto de la conservación, más de la mitad de los recursos provienen de programas internacionales.

"Mi gran anhelo es que el Estado argentino vea que conservar los ecosistemas silvestres también puede ser un gran negocio. La visión de que cuanto más rápido reemplacés un campo natural por un cultivo, más rentable es va a terminar por arar los campos silvestres. Debería primar la otra visión: planes de ordenamiento territorial que determinan cuál es la aptitud de ese suelo y aprovecharla. Tenemos una tradición que va a contramano de eso", resumió Bertonatti.




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