03/08/2017

Argentina

Un docente escribió una carta a Romano Norri y sugirió que realice tareas en un hospital oncológico

"No sólo muestra el sentido más profundo de su odio de clase, sino que evidencia también su más absoluto desprecio a todo rasgo de humanidad" señaló el docente de Ciencias Sociales de la UBA.
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Agustín Romano Norri.

“¿Hasta qué punto se puede permitir que se chicanee con la misoginia y la deshumanización”?
Jueves 03 de Agosto de 2017
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Foto: facebook.com/AgustinRomanoNorri Ampliar
Nicolás San Marco, docente y estudiante de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), escribió una carta abierta a través de la cual repudió los dichos del concejal Agustín Romano Norri (Cambiemos) en los que celebra la enfermedad del cáncer e insulta a Eva Perón.
“Escribí esta carta en términos personales porque me tocó muy de cerca. Yo atravesé un tipo de cáncer que se origina en los glóbulos blancos (linfoma No-Hodgkin) y en enero me curé gracias a un trasplante de médula. Fue indignante que un funcionario público haya manifestado expresiones en las que festejaba el cáncer. Es, por lo menos, una falta de respeto. No se puede tolerar. Yo me curé, pero compartí mi internación con personas que se encontraban en condiciones peores que las mías. Algunos en estado deplorable. Entonces enterarte que un funcionario público haya dicho cosas así indigna muchísimo, por eso escribí esa carta y la difundí en Facebook”, contó San Marco. 
Días atrás, el dirigente peronista Francisco “Crenco” Mejías, divulgó un audio de WhatsApp en los que Romano Norri sepronunció contra Eva Duarte de Perón -la trató de “ramera” y vivó el cáncer. La polémica alcanzó medios nacionales y generó un fuerte cruce político. Tras haber negado ser el autor de ese audio, finalmente el concejal de San Miguel Tucumán aceptó ser el responsable de esos dichos y se disculpó. Este jueves el Concejo Deliberante debía resolver la sanción al edil. Finalmente, la sesión se postergó hasta el próximo martes. 
“Sus disculpas no sé si son tolerables. Creo que pidió perdón por la presión social que estaba recibiendo, no por sinceridad. Me gustaría que termine realizando tareas en un hospital oncológico, por ejemplo”, agregó San Marco. 
Para el docente universitario “no son casuales” las expresiones de Romano Norri en relación al espacio político del que proviene este concejal de Cambiemos. “Yo no vi que expresiones de este tipo hayan surgido alguna vez en otras fuerzas políticas. Forma parte del espacio de un Gobierno que está destruyendo a la sociedad en general”, reflexionó. 
LA CARTA DE NICOLÁS SAN MARCO
Viernes 28/07/2017, Buenos Aires.
Estimado Sr. Agustín Romano Norri: Mi nombre es Nicolás San Marco, soy docente adhonorem y estudiante de la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de Buenos Aires. Desde ya le hago saber que no escribo esto con la intención de desprestigiarlo –acto que puede entenderse así por estar inmerso el país en un contexto eleccionario– ni mucho menos para obtener algún tipo de notoriedad pública. Quienes me conocen sabrán que hablo desde una profunda honestidad. No son ninguna de esas dos razones las que me animan a escribir esto, sino, simplemente, el hecho de haberme visto ofendido, agraviado y humillado por un funcionario público, por un ciudadano que no tiene otra función más que representar los intereses de la Nación y de los habitantes del pueblo argentino. 
Desde hace unos siete meses me encuentro en remisión completa luego de haber sufrido un tipo de cáncer denominado Linfoma No-Hodgkin, tipo T. Este tipo de cáncer se origina en los glóbulos blancos llamados linfocitos que forman parte del sistema inmunitario del organismo. Es decir, es un cáncer que afecta específicamente el sistema de defensa del cuerpo aunque en ningún caso se descarta que pueda derivar en una metástasis. Me detectaron el cáncer en mayo de 2016 y en enero de 2017 pude terminar con todo el tratamiento que incluyó, luego de 6 ciclos de quimioterapia, un trasplante de médula. 
A mi realmente me gustaría mucho poder extenderme más y contarle en profundidad, Sr. Romano Norri, acerca del cáncer. Contarle sobre lo que es vivir un cáncer y contarle acerca de lo que es sobrevivir a un cáncer. Sin embargo, mi propósito es hacer pública esta nota con la única intención de hacerle llegar mi más absoluto repudio por haberme ofendido a mi, en lo personal, pero también a los miles de personas que hoy padecen esta horrible enfermedad, sea del tipo que sea. El cáncer es una enfermedad –mortal la mayoría de las veces–, que en el mundo la padecen hoy más de 8 millones de seres humanos y que, en Argentina, según el Instituto Nacional del Cáncer, dependiente del Ministerio de Salud de la República Argentina, representa el 20% de las muertes que se producen anualmente, esto es, 60 mil muertes por año. 
Yo estoy seguro -y ojalá sea así- que lo que ha dicho es producto de su profunda ignorancia sobre el tema. Lamentablemente, sin embargo, considero que ha caído, como muchos durante estos últimos meses, en la bajeza de terminar sosteniendo cualquier cosa con tal de justificar una opinión. Ese “cualquier cosa” hoy es, para Usted, lamentablemente, la celebración de la muerte de un ser humano por cáncer. Porque, me gustaría dejar en claro que, en mi opinión, es un error pensar que Usted, con su efervescente reivindicación de “viva el cáncer” lo que hizo es insultar, agraviar, despreciar, ofender, humillar, y dañar únicamente a la figura de María Eva Duarte de Perón, su memoria y su legado de tanta importancia para nuestro pueblo. Es un error, Señor Romano Norri, simplemente, porque no sólo muestra con sus palabras el sentido más profundo de su odio de clase, sino que evidencia también, fundamentalmente, su más absoluto desprecio a todo rasgo de humanidad que un ser humano pueda llegar a tener. 
Usted es concejal de la provincia de Tucumán. Al respecto, es indiferente, de manera absoluta, la pertenencia a tal o cual partido político o adscripción a tal o cual ideología. Nada puede fundamentar, Sr. Romano Norri, el deseo de la muerte de otro ser humano, mucho menos el festejo por el hecho de que un Otro haya contraído cáncer, aún si ese Otro es nuestro “peor enemigo”. ¿Realmente cree que haya personas que “merecen” morir? Y más aún: ¿Realmente cree que haya personas que “merecen” morir de cáncer? 
Yo me pregunto, entonces, Sr. Romano Norri si, en su calidad de concejal en Tucumán y como tal representante del pueblo, pensó en ir, por ejemplo, a visitar el Hospital del Niño Jesús y pasar por el sector de oncología. Se dará cuenta rápidamente de la realidad de las personas que hoy sufren cáncer. Pero también lo invito a ingresar al sector oncológico del Hospital Italiano de Buenos Aires, sector en el que durante 7 meses, como le contaba más arriba, tuve que internarme cada 21 días para que me “pasen” quimio, y charlar apenas con aquellos a los que hoy les toca estar internados. Le puedo asegurar que nada hace crecer más nuestro amor a la humanidad que el sostenerle la mano a un padeciente de cáncer mientras está “conectado” a lo que los médicos llaman “bomba de quimio”. Por otro lado, sería realmente extenderme demasiado si tuviese que explicitar todos y cada uno de los sufrimientos y situaciones por los que pasamos los que tuvimos cáncer y los que aún lo padecen. Sepa, sin embargo, a modo de ejemplo, que jamás le desearé a nadie el despertarse de madrugada a los gritos por el dolor, un dolor que sólo cedía por la inyección de morfina. 
Discutir de política es otra cosa, Señor, aún si esa discusión tiene lugar en un ámbito privado. El intercambio de ideas, necesariamente, debe ser otra cosa. El odio jamás llevó a alguien a buen puerto; mucho menos a un país. Si existen algunas cosas que no necesita el pueblo argentino, entre ellas seguramente se encontrarán la deshumanización, la falta de respeto y la misoginia. 
Finalmente, decirle que son innumerables las anécdotas y aprendizajes que podría llegar a exponer pero, como intenté explicarlo, no es el objetivo, y en verdad se haría realmente extenso. Lo saludo cordialmente, entonces, con la esperanza de que el mensaje se haya entendido y de que la intención haya quedado clara. Ojalá que en el futuro en nuestro país ya no tengan que darse nunca más este tipo de discusiones. 
Nicolás San Marco Docente y estudiante –UBA

Un docente y estudiante de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), escribió una carta abierta para repudiar los dichos del concejal Agustín Romano Norri, que en un audio viralizado días atrás celebró el cáncer e insultó a Eva Duarte de Perón.

Días atrás, el dirigente peronista Francisco “Crenco” Mejías, divulgó un audio de WhatsApp en el que Romano Norri se pronunció contra Evita tratándola de “ramera” y vivó el cáncer. Este martes el Concejo Deliberante resolverá la sanción al edil. 

A raíz de esas declaraciones las repercusiones a nivel nacional fueron inmediatas. “Escribí esta carta en términos personales porque me tocó muy de cerca. Yo atravesé un tipo de cáncer que se origina en los glóbulos blancos (linfoma No-Hodgkin) y en enero me curé gracias a un trasplante de médula", contó Nicolás San Marco, el docente.

"Fue indignante que un funcionario público haya manifestado expresiones en las que festejaba el cáncer. Es, por lo menos, una falta de respeto. No se puede tolerar. Yo me curé, pero compartí mi internación con personas que se encontraban en condiciones peores que las mías. Algunos en estado deplorable. Entonces enterarte que un funcionario público haya dicho cosas así indigna muchísimo, por eso escribí esa carta y la difundí en Facebook”, contó San Marco. 

Sus disculpas no sé si son tolerables. Creo que pidió perdón por la presión social que estaba recibiendo, no por sinceridad. Me gustaría que termine realizando tareas en un hospital oncológico, por ejemplo”, agregó San Marco. 

Para el docente universitario “no son casuales” las expresiones de Romano Norri en relación al espacio político del que proviene este concejal de Cambiemos. “Yo no vi que expresiones de este tipo hayan surgido alguna vez en otras fuerzas políticas. Forma parte del espacio de un Gobierno que está destruyendo a la sociedad en general”, reflexionó. 

LA CARTA DE NICOLÁS SAN MARCO

Viernes 28/07/2017, Buenos Aires.

Estimado Sr. Agustín Romano Norri: Mi nombre es Nicolás San Marco, soy docente adhonorem y estudiante de la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de Buenos Aires. Desde ya le hago saber que no escribo esto con la intención de desprestigiarlo –acto que puede entenderse así por estar inmerso el país en un contexto eleccionario– ni mucho menos para obtener algún tipo de notoriedad pública. Quienes me conocen sabrán que hablo desde una profunda honestidad. No son ninguna de esas dos razones las que me animan a escribir esto, sino, simplemente, el hecho de haberme visto ofendido, agraviado y humillado por un funcionario público, por un ciudadano que no tiene otra función más que representar los intereses de la Nación y de los habitantes del pueblo argentino. 

Desde hace unos siete meses me encuentro en remisión completa luego de haber sufrido un tipo de cáncer denominado Linfoma No-Hodgkin, tipo T. Este tipo de cáncer se origina en los glóbulos blancos llamados linfocitos que forman parte del sistema inmunitario del organismo.

Es decir, es un cáncer que afecta específicamente el sistema de defensa del cuerpo aunque en ningún caso se descarta que pueda derivar en una metástasis. Me detectaron el cáncer en mayo de 2016 y en enero de 2017 pude terminar con todo el tratamiento que incluyó, luego de 6 ciclos de quimioterapia, un trasplante de médula. 

A mi realmente me gustaría mucho poder extenderme más y contarle en profundidad, Sr. Romano Norri, acerca del cáncer. Contarle sobre lo que es vivir un cáncer y contarle acerca de lo que es sobrevivir a un cáncer. Sin embargo, mi propósito es hacer pública esta nota con la única intención de hacerle llegar mi más absoluto repudio por haberme ofendido a mi, en lo personal, pero también a los miles de personas que hoy padecen esta horrible enfermedad, sea del tipo que sea. El cáncer es una enfermedad –mortal la mayoría de las veces–, que en el mundo la padecen hoy más de 8 millones de seres humanos y que, en Argentina, según el Instituto Nacional del Cáncer, dependiente del Ministerio de Salud de la República Argentina, representa el 20% de las muertes que se producen anualmente, esto es, 60 mil muertes por año. 

Yo estoy seguro -y ojalá sea así- que lo que ha dicho es producto de su profunda ignorancia sobre el tema. Lamentablemente, sin embargo, considero que ha caído, como muchos durante estos últimos meses, en la bajeza de terminar sosteniendo cualquier cosa con tal de justificar una opinión. Ese “cualquier cosa” hoy es, para Usted, lamentablemente, la celebración de la muerte de un ser humano por cáncer. Porque, me gustaría dejar en claro que, en mi opinión, es un error pensar que Usted, con su efervescente reivindicación de “viva el cáncer” lo que hizo es insultar, agraviar, despreciar, ofender, humillar, y dañar únicamente a la figura de María Eva Duarte de Perón, su memoria y su legado de tanta importancia para nuestro pueblo. Es un error, Señor Romano Norri, simplemente, porque no sólo muestra con sus palabras el sentido más profundo de su odio de clase, sino que evidencia también, fundamentalmente, su más absoluto desprecio a todo rasgo de humanidad que un ser humano pueda llegar a tener. 

Usted es concejal de la provincia de Tucumán. Al respecto, es indiferente, de manera absoluta, la pertenencia a tal o cual partido político o adscripción a tal o cual ideología. Nada puede fundamentar, Sr. Romano Norri, el deseo de la muerte de otro ser humano, mucho menos el festejo por el hecho de que un Otro haya contraído cáncer, aún si ese Otro es nuestro “peor enemigo”. ¿Realmente cree que haya personas que “merecen” morir? Y más aún: ¿Realmente cree que haya personas que “merecen” morir de cáncer? 

Yo me pregunto, entonces, Sr. Romano Norri si, en su calidad de concejal en Tucumán y como tal representante del pueblo, pensó en ir, por ejemplo, a visitar el Hospital del Niño Jesús y pasar por el sector de oncología. Se dará cuenta rápidamente de la realidad de las personas que hoy sufren cáncer. Pero también lo invito a ingresar al sector oncológico del Hospital Italiano de Buenos Aires, sector en el que durante 7 meses, como le contaba más arriba, tuve que internarme cada 21 días para que me “pasen” quimio, y charlar apenas con aquellos a los que hoy les toca estar internados. Le puedo asegurar que nada hace crecer más nuestro amor a la humanidad que el sostenerle la mano a un padeciente de cáncer mientras está “conectado” a lo que los médicos llaman “bomba de quimio”. Por otro lado, sería realmente extenderme demasiado si tuviese que explicitar todos y cada uno de los sufrimientos y situaciones por los que pasamos los que tuvimos cáncer y los que aún lo padecen. Sepa, sin embargo, a modo de ejemplo, que jamás le desearé a nadie el despertarse de madrugada a los gritos por el dolor, un dolor que sólo cedía por la inyección de morfina. 

Discutir de política es otra cosa, Señor, aún si esa discusión tiene lugar en un ámbito privado. El intercambio de ideas, necesariamente, debe ser otra cosa. El odio jamás llevó a alguien a buen puerto; mucho menos a un país. Si existen algunas cosas que no necesita el pueblo argentino, entre ellas seguramente se encontrarán la deshumanización, la falta de respeto y la misoginia. 

Finalmente, decirle que son innumerables las anécdotas y aprendizajes que podría llegar a exponer pero, como intenté explicarlo, no es el objetivo, y en verdad se haría realmente extenso. Lo saludo cordialmente, entonces, con la esperanza de que el mensaje se haya entendido y de que la intención haya quedado clara. Ojalá que en el futuro en nuestro país ya no tengan que darse nunca más este tipo de discusiones. 

Nicolás San Marco Docente y estudiante –UBA




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