06/11/2017

Argentina

¿Qué son los Paradise Papers que salpican al Gobierno de Macri?

La nueva investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación se basa en una filtración múltiple de 13,4 millones de documentos provenientes de dos grandes estudios jurídicos dedicados a proveer servicios 'offshore'. En ellos que apareció involucrado el ministro de Finanzas argentino Luis Caputo.
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Macri apareció involucrado en los Panamá Papers y ahora su ministro quedó afectado en un caso similar.

Los Paradise Papers o Papeles del Paraíso es el nombre de una investigación periodística liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung, y compartida con 96 medios internacionales; entre ellos, el diario argentino La Nación, The New York Times, The Guardian, BBC, Le Monde y El Confidencial de España.


Son el capítulo más reciente de una serie de filtraciones que ponen luz en los miles de millones de dólares que se mueven en los paraísos fiscales a nivel global. En total, más de 380 periodistas de 67 países analizaron 1,4 terabytes de información durante un año.


Se basa en una filtración múltiple de 13,4 millones de documentos provenientes de dos grandes estudios jurídicos dedicados a proveer servicios 'offshore': Appleby, fundada en las islas Bermudas, y Asiaciti Trust, de Singapur. Pero también abarca información de 19 registros societarios: Antigua y Barbuda, Aruba, Bahamas, Barbados, las islas Bermudas, Islas Caimán, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Isla de San Vicente y Trinidad y Tobago; Labuán; las Islas Cook, Islas Marshall, Samoa y Vanuatu; Malta y Líbano.


La filtración principal —más de 13 millones de documentos— se enfoca en Appleby, un bufete legal en las islas Bermudas que se fundó hace 119 años y atiende a corporaciones selectas y personas muy ricas. Appleby ayuda a sus clientes a reducir su carga fiscal; opacar propiedades de bienes como compañías, aviones privados, bienes raíces y yates; así como a establecer fideicomisos —que en algunos casos alcanzan los miles de millones de dólares— en paraísos fiscales.


Como con los Papeles de Panamá, la filtración de los Papeles del Paraíso llegó gracias a un dúo de reporteros del periódico alemán Süddeutsche Zeitung y fue compartida con ICIJ, un grupo ubicado en Washington que ganó el Premio Pulitzer por la investigación que realizó de la firma de abogados Mossack Fonseca en Panamá. La difusión de esos documentos causó la renuncia de un primer ministro el año pasado y ayudó a desenmascarar la riqueza de personas allegadas al presidente ruso Vladimir Putin.


El predominio de clientes de élite de Appleby contrasta con los de Mossack Fonseca, quienes parecían discriminar menos en lo que a su cartera de clientes se refiere. Muchos de esos documentos son una lectura aburrida: abundan las hojas de cálculo, proyecciones y estados de cuenta. Pero entre esos documentos hay algunos que ayudaron a revelar cómo las compañías multinacionales evaden impuestos y cómo los superricos esconden su patrimonio. Los archivos van desde 1950 hasta 2016.


Appleby ofrece servicios 'offshore' a sus clientes. Cuenta con oficinas en diez países con baja o nula fiscalidad y absoluta opacidad, como las islas Caimán, Islas Vírgenes Británicas, la isla de Man, las islas Seychelles o Hong Kong. Integrante del llamado "círculo mágico offshore", es decir, el selecto grupo de los nueve bufetes más prestigiosos que proveen servicios 'offshore', los clientes de Appleby suelen ser millonarios con más de US$ 30 millones y multinacionales.


Tanto compañías como ciudadanos estadounidenses dominan la lista de clientes. Los documentos no son solamente de Appleby, sino también de la compañía singapurense Asiaciti Trust y registros oficiales de negocios en lugares como las islas Bermudas, las islas Caimán, Líbano y Malta. Asiaciti Trust también es un estudio jurídico que crea compañías y estructuras fiscales opacas, con sede central en Singapur y oficinas en Samoa, San Cristóbal y Nieves.


Los 13,4 millones de documentos que conforman los Paradise Papers exponen cómo multinacionales, millonarios, celebridades y financistas ocultaron activos y movieron fortunas lejos de los controles tributarios. Entre otros, desde la reina Isabel hasta miembros del gabinete del presidente Donald Trump, y desde cantantes como Bono y Shakira, a corporaciones como Glencore, Apple, Nike y Facebook.


En términos generales, Estados Unidos es uno de los focos centrales de la filtración. Más de 31.000 clientes individuales y corporativos de Appleby provienen de ese país o informaron direcciones en ese país. Los siguen, en cantidad, nacionales del Reino Unido, China y Canadá.


Appleby y otros estudios jurídicos similares -como Mossack Fonseca, protagonista de los "Panamá Papers" en 2015- se dedican a crear entramados societarios complejos que le permiten a sus clientes ocultar su identidad, optimizar su situación fiscal o, incluso, evadir impuestos. Para eso, recurren a sociedades, "trusts" y fundaciones.


En ese sentido, una sociedad "offshore" es cualquier entidad jurídica creada en un paraíso fiscal, pero cuya actividad -si la tiene- se realiza fuera de la jurisdicción en la que se registró. Puede destinarse a la compra de activos -como inmuebles- u operar cuentas bancarias en secreto.


En general es legal establecer compañías en el extranjero y las corporaciones lo hacen para facilitar las transacciones internacionales como fusiones y compras. Después de las preguntas del ICIJ, en un comunicado del 24 de octubre, Appleby dijo que estaba “sujeta a revisiones regulatorias con frecuencia” en “jurisdicciones muy reglamentadas”. “Appleby ha investigado profunda y enérgicamente las acusaciones y estamos satisfechos al decir que no hay evidencia de algún acto indebido, ni de nuestra parte ni de nuestros clientes”, menciona la compañía.


Pero con esta reciente filtración, algunos individuos y corporaciones quizá piensen dos veces el usar estructuras de propiedad con ventajas fiscales, dijo Jack Blum, un abogado que trabajó durante décadas en comités del Congreso de Estados Unidos para investigar transferencias monetarias al extranjero.


“El peligro de ser descubierto ha aumentado exponencialmente”, mencionó Blum en una entrevista. “Si yo fuera una persona rica que quisiera esconder mi dinero en el extranjero para no pagar impuestos, mi pesadilla sería ponerlo en manos de alguien cuyos documentos fueran filtrados”.


Junto a los documentos de Appleby y Asiaciti Trust, la filtración incluye seis millones de documentos de los registros societarios de 19 paraísos fiscales. Con diversos grados de profundid y precisión, estos documentos administrativos incluyen información sobre los accionistas, administradores y representantes legales de estas compañías.


En ciertos países los registros societarios son públicos; en otros, hasta cierto punto; y en otros más, no. Por eso se considera que esas jurisdicciones son opacas. Es decir, que no cumplen con los estándares mínimos de publicidad. Y ninguno de los 19 registros que integran los Paradise Papers se destacan por su transparencia.


Recurrir a una sociedad offshore o abrir una cuenta bancaria en un paraíso fiscal no es, en sí misma, una actividad ilícita. Pero si el "beneficiario final" de esa operatoria no declara su dinero o cualquier otro activo a las autoridades tributarias de su país, puede incurrir en los delitos de evasión o lavado, entre otras figuras penales.


En esa línea, un informe del Banco Mundial determinó que "en la gran mayoría de casos de corrupción, financiación del terrorismo, lavado de dinero y fraude, los vehículos corporativos (ya sean compañías, fideicomisos o cualquier otro tipo de estructura) se utilizan para esconder la identidad de las personas involucradas en la corrupción".


La investigación sobre la operatoria y los clientes de Mossack permitió vislumbrar, por primera vez, cómo funciona el mundo offshore por primera vez. Ahora, los Paradise Papers brindan una oportunidad de comprender cómo las grandes fortunas y multinacionales reducen o eluden sus impuestos, con la ayuda de abogados prestigiosos y la complicidad de las autoridades de 19 jurisdicciones que mantienen en secreto sus actividades.


Luis Caputo, ministro de Finanzas del Gobierno de Mauricio Macri, es uno de los nombres involucrados en los Paradise Papers, por administrar cuentas offshore en las Islas Caimán y Delaware, un estado de los Estados Unidos.


El actual funcionario manejó -desde 2009 hasta diciembre de 2015, cuando empezó a cumplir funciones públicas- el fondo de inversión Alto Global Fund, inscripto en las Islas Caimán, uno de los paraísos fiscales más secretos del mundo. Además, fue el administrador de Noctua Partners LLC, una gerenciadora de fondos de inversión de Miami con ramificaciones en Delaware, otra jurisdicción donde imperan el secreto y los beneficios fiscales.


Alto Global Fund se dedica a administrar inversiones de alto riesgo y alta rentabilidad en mercados emergentes por más de 100 millones de dólares. La firma también figura en el estudio Appleby, la fuente de la filtración de los Paradise Papers.


"Era un fondo de inversión para friends and family (familia y amigos). Muy chiquito, para tener un vehículo institucional más redituable que si va un particular a una banca, donde la tasa es menos atractiva", confirmó el mismo Luis Caputo. Este caso pone al gobierno de Mauricio Macri, que busca mostrar otra cara en la lucha contra el lavado de activos y la opacidad financiera, en una situación incómoda.


(Con información de La Nación y New York Times en español)




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