05/04/2019

Argentina

En el primer trimestre de 2019 el consumo de carne fue el más bajo en 50 años

La ingesta fue de 49,6 kilos per cápita, registrando una caída interanual del 13,5%. Desde diciembre de 2015 hasta marzo pasado, los precios subieron un 134,1%.
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Carne y leche, dos productos que los argentinos han relegado por la crisis.

La alta inflación y el menor poder adquisitivo de la población derivó en un histórico descenso del consumo de carne vacuna. Según los datos del primer trimestre de este año, elaborados por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), el consumo fue de 49,6 kilos per cápita, registrando una caída interanual del 13,5% y transformándose en el más bajo de los últimos 50 años.

En marzo equivalió a 54,5 kg y exhibió una baja de 5,7% interanual. Se trata de una caída que marca un volumen récord generado a partir de un retroceso en las ventas de las carnicerías que se traslada a toda la cadena. Para el presidente de la Cámara, Miguel Schiaritti, "hubo un aumento muy fuerte en los cortes de carne sumado a que la gente sigue con los salarios de hace un año".

En lo que va del gobierno de Mauricio Macri, el Índice de Precios al Consumidor aumentó un 185,7%, mientras que los salarios solo crecieron en dicho lapso un 138,2%, hecho que, según CICCRA, justifica "una disminución del poder de compra de los salarios de un 16,6%".

Ante un menor poder adquisitivo, la población busca proteína animal en otros cortes. Desde diciembre de 2015 hasta marzo pasado, los precios de la carne vacuna aumentaron un 134,1%, la de pollo un 154,6% y los cortes de cerdo un 126,8%. Todo esto representa que el poder de compra de los salarios le ganó a la carne vacuna y al cerdo, y perdió casi un 7% frente al pollo.

La última escalada de los precios arrancó en la hacienda a fines de noviembre pasado y se acrecentó en enero y febrero último, que se fue trasladando a la cadena comercial; tanto es así que superó a la inflación. De este modo, en marzo los precios en las carnicerías se incrementaron entre un 6% y un 7% según el barrio.

Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), después de mucho tiempo, el precio de la carne en el mostrador -que no le ganaba la inflación- se dio vuelta en febrero pasado al tocar el 49,5%, pero mucho peor se produjo en el precio de la hacienda que llegó al 67,7 por ciento.

Por otro lado, en marzo la participación de las hembras en la faena (vacas que podrían ser empleadas como reproductoras) volvió a subir a 48,9% del total, superando el guarismo de marzo de 2010 en 0,7 puntos porcentuales y quedando apenas a 0,3 puntos porcentuales por debajo del récord para marzo registrado en 2009.

Para CICCRA, este resultado "solo es comparable con los registros del primer trimestre del 2008 y también del 2009, período durante el cual el sector ganadero argentino transitó la peor fase de liquidación de hembras de las últimas décadas".

Desde la Cámara Argentina de Matarifes (CAM), su presidente Leonardo Rafael destacó que la baja en el consumo per cápita está dado por "una caída del 30% de la actividad de faena producto de la menor demanda en las carnicerías en donde la venta se redujo un 35 por ciento".

El nivel de actividad estimado para marzo de 2019 ocupó el puesto 34º dentro de los últimos cuarenta años. Comparado con el promedio del mismo mes que va de 1980 a 2018, resultó 10,7% inferior, dijo Ciccra que agregó: "En el primer trimestre de 2019 la industria frigorífica faenó 3,097 millones de cabezas vacunas, es decir 5,8% menos que en el primer trimestre de 2018".

Los especialistas de CICCRA sostienen que la mayor presencia de hembras en la faena puede ser atribuido a "la creciente demanda china de carne vacuna, ya que representa más de 60% del total exportado desde Argentina, y en segundo lugar el elevadísimo costo del dinero, producto de la política económica en marcha, lleva a los productores ganaderos a financiarse en última instancia con la venta de animales, y en especial de vacas que podrían servir como reproductoras y también vaquillonas".

El consumo de leche sigue en caída, una tendencia que empezó en 2016. Según el último informe del Observatorio de la Cadena Láctea, las primeras marcas fueron las más afectadas y los hogares hoy se inclinan por marcas más baratas y promociones. Los mayoristas fueron los grandes beneficiados y, según OCLA, alcanzaron su participación histórica. (Infobae; BAE Negocios; minutouno.com)




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