17/01/2020

Argentina

Quién es Pica Cáceres, personaje santiagueño de cuentos que en otras partes le atribuyen a Jaimito

Escribe: Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24, ya todos saben de dónde es)
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Quién es Pica Cáceres, personaje santiagueño de cuentos que en otras partes le atribuyen a Jaimito

El Jaimito de otras latitudes en Santiago sdel Estero e convierte en Pica Cáceres, un cochero de plaza que realmente existió, según aseguran los viejos. Algunas historias que se le adjudican, posiblemente sean reales aunque totalmente incomprobables, otras son falsas y el resto son los mismos cuentos que circulan en todo el territorio americano que habla español, del río Bravo hasta la Tierra del Fuego.

En las ciudades de la Argentina y de América, es posible que en el mundo también, hay gente que trasciende el anonimato para transformarse en personaje popular callejero, ya sea por un defecto físico o mental, por alguna seña particular, por su simpatía o cualquier otra característica que es conocida por quienes frecuentan su, digamos, radio de acción.

Pero Pica no es el único Cáceres que vivió en Santiago como personaje popular, conocido por todos. Coquito Cáceres, posiblemente oriundo de la provincia de Buenos Aires, es otro de los que dan pábulo a innumerables anécdotas y  chistes. Quienes quieren conocer algo más de este otro personaje, recordado en la “Zamba para un bohemio cantor”, de Marcelo Ferreyra y Carlos Carabajal, deberán buscar una nota que hiciera hace un tiempo, el extraordinario periodista y memorioso Roberto Vozza, que ha tenido una difusión enorme por la precisión de los datos acerca de alguien cuya historia no podía ser sino una suma de inexactitudes.

Pica Cáceres o Pica, como lo nombran muchos santiagueños, era hermano de Manuel Cáceres, abogado, periodista y político, dirigente de la Unión Cívica Radical, que llegó a ser gobernador de la provincia de 1920 a 1924. Un hombre importante, en su honor un barrio de la capital, cercano al centro de la ciudad, lleva su nombre. El barrio Cáceres, junto al 8 de Abril son los más populares de la ciudad. En el límite entre el Cáceres y el 8, justo donde termina la avenida Roca, está enclavado el club atlético Mitre que, junto a Central Córdoba son los más populares de toda la provincia. El 8 de Abril es también conocido como “Potrero de los Taboada”, justamente porque ahí guardaban sus yeguarizos —dicen— los legendarios caudillos santiagueños.

Uno de los cuentos que quizás sea real, aunque no hay constancia de que haya sucedido es que un día su hermano tomó el coche de plaza con Pica en el pescante. Dicen que ya era gobernador, pero por el parentesco no le cobraba. De repente, alguien en la calle le hizo señas. Entonces le comunicó:

—Bajate che, que tengo clientes.

Otra historia. Cuando crecía el río Dulce, los valientes solían lanzarse al agua en el puente Carretero, que une Santiago con La Banda y después de nadar un rato, salían en la bajada de la Alsina, donde termina la Costanera. Cuentan que Pica Cáceres había ido a Nueva York y que estando allá le comunicaron que había muerto la madre. En la desesperación, se lanzó al río Hudson, mientras les gritaba a los amigos:

—¡Avisenmén cuando llegue a la Alsina!

Esta historia es falsa, por supuesto, una de las tantas que circulan de boca en boca en fogones, mesas de café, recreos de las escuelas, peñas, academias de todo tipo. Y también en campeonatos reducidos de fútbol, truqueadas, riñas de gallos, cuadreras y tabeadas de las tantas que gracias a Dios se siguen organizando en la campaña y en las orillas de las ciudades, como folklore vivo de la provincia.

Y también sería falsa esta otra.

Había velada de gala en el teatro 25 de Mayo, el más grande de la provincia y uno de los más bonitos de la Argentina. En la puerta se apiñaban los coches de plaza, esperando que saliera el público para llevarlo a su casa. Pica andaba entre los cocheros, borracho como casi siempre. Sale una señora del teatro empingorotada y lo empieza a retar:

—¡Eh, Pica!, cómo puede ser que andes así, tomando che, siempre borracho. ¿No te da vergüenza? Pensar que tienes un hermano que ha llegado a gobernador, que es todo un abogado y vos, ¡mirate!, ¡tirado!, ¡machado!

—¡Y bueno!, ¿qué cree que la concha de mi mama es universidad?— habría sido la respuesta. Algunos cuentistas, cuando hay damas entre el público presente, reemplazan la palabra “concha”, por la más simpática y ecuménica “panza”. Pero a los santiagueños les suena más real y verídica la primera versión, qué quiere que le diga.

De manos de una creciente aculturación, traída por la televisión, la radio y otros males modernos, estas historias viejas se están perdiendo y solamente quedan vivas, como retrato de una provincia que no existe más, en las narraciones que pasan de boca en boca entre los viejos. Hoy los lectores de El Diario 24, son partícipes de una historia secreta de los santiagueños, no para hacer alarde de una erudición que no existe, sino para animarlos a dejar por escrito sus propias visiones del Tucumán que se fue, devorado quizás por el Familiar, el Ucumar o las luces de la modernidad que resume el pasado en la palabra olvido.

©Juan Manuel Aragón

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