Decálogo para el trabajo en la manga y corrales en el campo en tiempo de pandemia

El susto por el coronavirus no decae sino que, al contrario, todos los días suma nuevos afectados, gente que  empieza a tener más cuidado que el habitual en sus tareas, si no, ahí está el decálogo para el trabajo en la manga y corrales en el campo, escrito por un trabajador del sector.

“Para mis queridos clientes que confían en mí hace muchos años y aquellos que recién me conocen: debido al coronavirus, les quiero contar las medidas que voy a tomar para que el espacio del trabajo continúe siendo seguro para todos los que vamos a la manga y a los corrales a trabajar con las vacas, toros y terneros u otras categorías de vacunos”, dice, y a continuación expresa sus particulares normas.

“Vamos a saludarnos de lejos, con el codo, la mirada o inventaremos nuestro propio saludo.

“Antes y después del trabajo de manga nos lavaremos bien las manos, yo llevaré jabón para tal fin.

“Si tosemos o estornudamos nos vamos a cubrir con el codo.

“Vamos a evitar tocarnos la cara.

“Lo peor; no vamos a compartir el mate, espero lo sepan comprender y será sólo pasajero.

“Si presentan algún síntoma por más mínimo que sea, malestar, fiebre, tos, quédense en sus casas.

“Si estuvieron en algún país afectado o estuvieron con personas cercanas que hayan viajado, cumplan con las normas de seguridad y mantengan la cuarentena.

“Al trabajar al aire libre y sin aglomeraciones, como sucede en nuestro caso, es un punto a favor de la salud.

“Cuidémonos entre todos, así esto se controla lo más pronto posible.

“Y lo más importante, seamos cuidadosos sin dejar que el miedo nos impida disfrutar de la vida, el virus en sí no es peligroso, sí su propagación desmedida que puede perjudicar a personas con un sistema inmunológico debilitado.”

Concluye el hombre: “Tengo casi 72 años, estoy dentro de la población con más riesgo, pero la pasión por las vacas y los toros me dan la fuerza necesaria para trabajar. Adapté este decálogo para el trabajo de manga y corrales, de la hija menor, Angie, de mi mejor amigo que lo hizo para sus alumnos de piano”.

Que Dios nos proteja. Un abrazo Chuni