Refuerzo de vacuna COVID-19: solo una minoría de niños, el 15%, ha completado su pauta

Aunque el ciclo lectivo 2023 ya ha comenzado en las 24 jurisdicciones de Argentina, la cobertura de vacunación de refuerzo contra el COVID-19 sigue siendo baja en las edades más jóvenes. 

Solo el 15% de los niños entre 5 y 11 años han recibido la dosis de refuerzo, mientras que el 60% de los adolescentes aún no han recibido la primera dosis. En los niños más pequeños, de entre 3 y 4 años, la cobertura aún no ha superado el 4%. 

A pesar de que la vida cotidiana ha vuelto a la normalidad pre-pandemia y ya casi no se ven personas usando barbijos en las calles, el COVID-19 sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional según el comité de expertos reunidos por la OMS. 

La cartera de Salud ha difundido consejos de salud para las familias, entre ellos, la importancia de que tengan todas las vacunas del calendario nacional y la vacuna contra COVID-19 según su edad. Aunque las dosis están disponibles en vacunatorios públicos en todo el país, muchas familias aún no han decidido acudir a vacunarse.

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Según el análisis de datos realizado por Jorge Aliaga, doctor en física de la Universidad Nacional de Hurlingham, desde el comienzo de la pandemia, 253 niñas y niños han fallecido en el país. A pesar de que la primera dosis de refuerzo para la población de 5 a 11 años fue autorizada hace más de 9 meses, el 85% aún no la ha recibido. 

En cambio, la adherencia en adultos ha sido mayor, con una cobertura del 61% en la población de 18 años y más, y del 73,7% en el grupo de 50 años y más. La baja cobertura en niños puede explicarse por el hecho de que los efectos de la infección por COVID-19 en ellos no han sido tan graves como en los adultos, lo que ha llevado a que muchas familias no consideren la vacunación como una prioridad. 

Además, la campaña de vacunación en niños estuvo marcada por la misma incertidumbre que la de los adultos, la no obligatoriedad de la misma, y la resistencia habitual a las molestias y consecuencias de la inoculación.

La situación epidemiológica de los últimos meses y la disminución de la transmisión del virus han llevado a un relajamiento por parte de los familiares responsables en cuanto a la importancia de la vacunación como medida preventiva, según el Dr. Ramacciotti. 

Además, la disminución de las campañas de comunicación sobre la vacunación y la reducción de los centros de vacunación en algunas áreas del país han aumentado las dificultades para que los familiares acompañen a los niños a recibir la vacuna.

Según una encuesta en línea realizada por la científica Gabriela Irrazábal y sus colegas a 4532 personas en todo el país, no se encontró un rechazo generalizado a la vacunación, pero un grupo de padres tenía dudas específicas sobre el origen y los beneficios de las vacunas contra COVID-19, y algunos pediatras no las recomendaban. 

Irrazábal sugirió que esta confluencia de opiniones podría haber contribuido a la menor adherencia a la inmunización en niños en comparación con adultos, lo que también puede estar relacionado con la vacilación global ante las vacunas, un problema que la OMS ya había identificado como una de las 10 amenazas para la salud pública en 2019.

Según el secretario general de la Asociación Argentina de Salud Pública, el sociólogo Hugo Mercer, los gobiernos deben diferenciar entre las conductas de padres adinerados que rechazan ciertas vacunas debido a modas, como ocurre en varios países ricos, y las conductas derivadas de rumores o información falsa o engañosa que se difunden a través de las redes sociales o medios de comunicación formales.

Mercer señaló que la investigación conductual es ahora tan importante como la investigación en laboratorios o en la producción de vacunas y que es crucial mantener y, a veces, recuperar la confianza de la sociedad en las vacunas que han salvado y siguen salvando la vida de millones de personas en todo el mundo.

Fuente: INFOBAE