14/04/2023

El mundo

Sociedad

Desvelan cinco falacias sobre alimentos que se piensa que tienen propiedades adelgazantes o depurativas

Se difundieron muchos mitos sobre desayunar ciertas infusiones o los beneficios del ayuno intermitente que no tenían sustento científico.

Comentarios entre amigos, posteos en redes sociales de influencers sin formación académica, o simples consejos que circularon de boca en boca, construyeron mitos respecto a la alimentación que podían provocar riesgos en la salud. Por eso, hoy hablaremos de cinco mentiras sobre alimentación y salud. 

Mito 1 - Consumir aceite de coco

El aceite de coco estuvo de moda y muchos influencers repetían en redes sociales que servía para adelgazar y que se tomaba a cucharadas. Sin embargo, científicamente no se pudo demostrar en ningún estudio que ayudara a bajar de peso. Esta creencia surgió debido a que el aceite de coco contiene ácidos grasos de cadena media y corta, que se cree que ayudan a reducir el apetito y a perder peso. 

A pesar de que algunos estudios científicos han demostrado que estos ácidos grasos de cadena corta y media colaboran en la disminución del apetito y la pérdida de peso, esto solo se ha observado con el consumo de suplementos y no con el consumo de aceite de coco real. 

De hecho, una investigación científica reciente demostró que después del consumo de aceite de coco, las personas tenían más hambre. Además, no se ha demostrado en ningún estudio que el aceite de coco genere pérdida de peso, por lo que este mito es completamente falso.

Mito 2 - Té con limón en ayunas

¿Cuántas veces nos dijeron y escuchamos que para quemar grasas había que tomar té de limón en ayunas? Pero esto fue solo un mito popular ya que ni el té de limón ni ningún otro té tenía las propiedades de ayudar a quemar tejido adiposo. 

En el caso del té de limón, solo nos hidrataba y aportaba algo de vitaminas, pero su consumo no impactaba en nuestras reservas de grasa. No había secreto, para perder grasa corporal había que seguir una alimentación saludable y hacer actividad física diaria.

Mito 3 - Dietas bajas en carbohidratos

En el pasado, las dietas restrictivas tenían un inicio y un final claro. Cuando las personas las comenzaban, se sentían motivadas y seguían estrictamente las pautas que implicaban una reducción del consumo de carbohidratos. 

Para lograrlo, renunciaban a ciertos alimentos como golosinas, verduras y hortalizas, productos con harinas (pastas, pan, galletitas), postres dulces e incluso frutas, lo que llevaba a una disminución del peso corporal a corto plazo.

Sin embargo, si no se planificaban adecuadamente, estas dietas restrictivas podían generar pérdida de masa muscular y agua en lugar de grasa, lo que explicaba la disminución de peso. Aunque esta reducción inicial se veía como un éxito, el hecho de eliminar tantos alimentos de la dieta podía llevar a su abandono posteriormente.

El abandono de la dieta restrictiva conllevaba el llamado "efecto rebote", es decir, que todo el peso perdido se recuperaba e incluso se ganaba más. Por eso se dice que las dietas milagrosas no existen, y la mejor estrategia es incorporar hábitos nutricionales saludables a largo plazo.

Mito 4 - Los batidos detox

Los jugos batidos a base de vegetales y frutas fueron una buena fuente de agua, minerales y vitaminas, pero no generaron ningún efecto sobre el peso corporal.

De hecho, recomendamos haber consultado con un nutricionista su consumo, ya que beber estos batidos de forma exagerada y con mucha frecuencia aumentaba el riesgo de falla renal.

Mito 5 - Ayuno intermitente

El ayuno intermitente se volvió muy popular y estuvo en boca de todos. Sin embargo, a diferencia de lo que muchos pensaban, no se trataba de una dieta, sino de una práctica en la que se consumían alimentos solo durante 12 o 8 horas al día, y se ayunaba entre 12 y 16 horas respectivamente. 

Otros tipos de ayuno intermitente consistían en consumir alimentos normalmente un día y ayunar por 24 horas al día siguiente. Se creía que esta práctica generaba beneficios en términos de pérdida de peso, pero los estudios en humanos eran aún limitados, por lo que se necesitaban nuevos ensayos clínicos en el futuro para confirmar sus efectos reales en cuanto al descenso de peso.

Es importante destacar que el ayuno era una práctica que debía ser desalentada en adolescentes, ya que aumentaba el riesgo de desarrollar trastornos de conducta alimentaria.

Por otro lado, los estudios realizados hasta el momento sobre el ayuno intermitente no mostraron resultados mejores que los generados por una alimentación mixta y saludable sin restricción de horarios.




Recomienda esta nota: