05/04/2018

Argentina

Mataron a una chica de 19 años para robarle la mochila en Bahía Blanca: 3 menores detenidos

Agustina Bustos recibió un puntazo en el pecho cuando regresaba a su casa en el Barrio Rucci de esa localidad. Vecinos hartos de la inseguridad provocaron destrozos en las viviendas de los sospechosos, que tienen 17, 15 y 14 años.
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Conmoción en la localidad bonaerense por una escalada de hechos de inseguridad.

Agustina Solange Bustos, de 19 años, volvía a la casa de su mamá de la zona sudeste de Bahía Blanca. Estaba a punto de llegar cuando fue asesinada de una puñalada. De los tres adolescentes de 17, 15 y 14 años detenidos por el crimen, el mayor tiene antecedentes penales y cumplía una “probation” por robos.


El Barrio Rucci, en el sudeste de Bahía Blanca, está compuesto por un complejo de monoblocks ubicado al reparo de una larga hilera de añejos árboles que lo separan de un camino empedrado y un vasto sector descampado, tras el cual hay casas del Plan Federal.


En plena noche del martes, un grupo de jóvenes estaba reunido cerca de una parada de colectivos e intentaba robarles a las pasajeros que bajaban, según relataron los vecinos a la policía.


De uno de esos colectivos descendió Agustina. Venía de la Universidad Nacional del Sur, donde estudiaba Ciencias de la Salud y de lo de su papá, que vive en Ingeniero White. Llegaba a la casa de su mamá en el monoblock 2 del barrio Rucci.


Al acceder al lugar, fue abordada por los asaltantes, golpeada y herida con un cuchillo para robarle la mochila. Un equipo de emergencia la llevó al hospital municipal, donde falleció, cerca de la medianoche.


La policía montó con varias dependencias y medio centenar de efectivos un operativo cerrojo en la zona, a partir de dichos de vecinos que aseguraban que los jóvenes habían huido hacia el descampado. Allí aprehendieron a los tres menores de 14, 15 y 17 años. “Dos estaban tirados al piso, entre los matorrales y el tercero, subido a un árbol”, informó el comisario Claudio Petrizan, flamante Jefe Departamental de Policía.


El funcionario policial agregó que uno de ellos tenía dada vuelta su campera, para esconder las manchas de sangre. También fue recuperada cerca de allí la mochila de Agustina. “A unos 100 metros de donde fueron capturados, la policía secuestró un cuchillo tipo serrucho con manchas de sangre y cabellos que están siendo sometidos a pericias”, detalló por su parte la fiscal Betina Ungaro.


Vecinos del barrio convocaron a una movilización en el sector donde se quejan de la falta de patrullajes policiales. También aseguran que la ambulancia tardó 45 minutos en llegar al sitio para asistir a Agustina. “Cuando llegó, la chica ya no tenía pulso”, contó una vecina que salió a socorrerla cuando escuchó sus gritos.




Ungaro solicitó que se convierta en detención la aprehensión del menor de 17 años, el único punible de los tres. Al mismo tiempo pidió una medida precautoria de seguridad para los adolescentes de 14 y 15 años que estaban con él.


Por el momento y hasta que la justicia de Garantías de Responsabilidad Juvenil defina sobre los pedidos de la fiscal, los tres menores seguirán alojados en el centro de recepción, ex Instituto Valentín Vergara, de Bahía Blanca.


La fiscal explicó que el Código Procesal del fuero le exige que resuelva en 12 horas la situación de los menores. Mientras los dos más chicos habían sido demorados el fin de semana pasado luego de amenazar con un cuchillo a personal policial y luego entregados a sus familiares, el adolescente de 17 años tenía causas en el fuero penal juvenil y cumplía una "probation" por robos simples.




El asesinato de Agustina fue la gota que rebalsó la paciencia de una ciudad golpeada en los últimos días por los hechos policiales y ayer, después de una masiva marcha para pedir justicia, un grupo de unos 150 vecinos apedrearon e intentaron prender fuego las casas de los acusados por el crimen.


El primer objetivo fue la vivienda de la familia de los dos hermanos detenidos, de 14 y 17 años. En la casa, que estaba deshabitada, tiraron piedras, rompieron la puerta y algunos muebles que encontraron en el interior.


La protesta siguió después hasta la calle Juan Citta, el domicilio del tercer detenido por el hecho, donde ya no se conformaron con apedrear el frente del inmueble sino que además trataron de prenderlo fuego. Los propios vecinos del acusado evitaron que tuvieran éxito por miedo a que el incendio se descontrolara y afectara también sus casas. (Clarin; TN.com.ar)






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