31/07/2018

Tucumán

"Fue eterno mientras duró": el dueño del Árbol de Galeano pide menos Netflix y más arte

El aumento de los costos de funcionamiento y la caída del consumo llevaron al emblemático espacio a cerrar sus puertas. Fernando Rios Kissner publicó una carta en su perfil de Facebook.

"Menos maratón de Netflix...": La carta del dueño de "El Árbol de Galeano"
TRISTE NOTICIA
Fernando Rios Kissner explicó los motivos que lo llevaron a cerrar el emblemático espacio cultural.
 31 Jul 2018 - 13:56
Junto a sus proyectos culturales, Fernando Ríos Kissner impulsó acciones solidarias en el bar de Virgen de la Merced al 400.
El aumento de los costos de funcionamiento y la caída del consumo fueron una combinación letal para "El Árbol de Galeano", que esta noche cerrará sus puertas definitivamente.
Su dueño, Fernando Rios Kissner, publicó una carta en su perfil de Facebook en la que explica los diversos motivos que lo llevaron a tomar esta decisión.
 
Hasta aquí llegamos.
Eso nos dijimos el sábado al mediodía cuando decidimos cerrar El Árbol de Galeano. No es una factura de luz, el problema es mas profundo, multicausal. Debimos haber cerrado en enero del 2016. Lo anticipé en el Foro por la Ley Nacional de Culturas, lo que se viene dije nos obligará a hacer gestión cultural en algún semáforo...y fue así, ahora estamos en la calle.
Cerrar El Árbol no es cerrar un bar, aunque sea la pata económica de este proyecto, es desarmar toda una trama social compleja que solo en un momento así uno se da cuenta la dimensión que alcanza y no es fácil, porque esta decisión no tan solo nos jode directamente a nosotros que volveremos a la calle, sino a nuestra gente, artistas, talleristas, voluntarios, proyectos sociales trascendentes, biblioteca, todas las organizaciones que siempre se apoyaban sabiendo que ahi existía un espacio que los contenía donde el no jamas era opción.
En estos mas de 10 años hicimos cosas maravillosas, con muchísimos errores y unos pocos aciertos, pero esos aciertos fueron gloriosos.
Los que me conocen saben que no soy nostálgico, que siempre desaliento mirar para atrás, lo mejor está por venir siempre, esa es mi naturaleza, pero sí quiero decir esto: debimos cerrar el Árbol en enero del 2016, llegamos hasta aquí por todos, pero no podemos seguir trabajando a pérdida ni un día mas, invertimos proporcionalmente más que el propio Estado en cultura, nunca escatimamos recursos porque creemos que la acción cultural es la verdadera promoción social, un violín, una obra de teatro, un mural son más poderosos que un ejército de punteros políticos.
Los costos fijos se multiplicaron, boletas de servicio impagables y seguimos con entradas de teatro al mismo precio que hace 5 años porque la gente que asiste a nuestros espacios hoy no tiene un peso, lo vivo todos los domingos con las familias que van a los infantiles que al final terminamos cobrando mucho menos cuando ves en el gesto de esa madre con 3 chicos que gastará lo que quizás gana en la semana.
Quiero agradecer a toda la comunidad de Tucumán, a todos sin excepción por el constante apoyo a todas las idea y propuestas que nacieron de El Árbol.
Solo quiero decir esto para terminar: esta noche será la ultima de esas noches interminables, nos juntaremos para abrazarnos, fuerte, para decirnos que no podrán con nosotros sea donde sea el puesto de lucha.
Gracias a Daniela, Colo, y Emilio.
Gracias al personal que está con nosotros, por sus palabras y lágrimas compartidas.
A toda la comunidad pero, fundamentalmente, a la comunidad artística, hoy en esta tragedia nacional y parálisis, el acto de rebeldía más profundo frente al poder es la de habitar los espacios culturales que quedan dejando de lado todo ego y moda circunstancial, vayan a Managua, al Pasaje, a la Veleta, a la Luis Franco, a la Gloriosa, a Costumbres, a la Sodería, a la Ross, a Tamaño Oficio, a Charco, etc, empoderen a los espacios que quedan, porque algún día no estarán, y no habrá escenarios para actuar, no habrá espacios para muestras, no habrá auditorio para música, etc.
Para los de más de 40 años, la cultura está sufriendo los mismos embates que en el menemismo, donde no existían espacios culturales salvo la Zona y Lisandro donde nos refugiábamos. Plaza de Almas nace hace 20 años con la idea de oponernos a esa idea de cultura. Hoy estamos yendo hacia allí, es lo mismo, espacios millonarios pero sin vida, donde jamas les darán una puta pared para colgar un cuadro, toda la carta mas en inglés que en español, y somos parte estúpida de eso. Piensen, no sean funcionales. Menos maratón de Netflix, porque llegará el dia que cuando salgan de sus casas quizás no haya ni artistas.
Triste, pero feliz de que sucedió eso que llamamos El Árbol.
Ojalá alguien se anime a tomar la posta de El Árbol, porque el fracaso no es cerrar sino que deje de ser un espacio para la cultura tucumana.
Eso es todo lo que tengo para decir.
FUE ETERNO MIENTRAS DURÓ.

El aumento de los costos reflejado en las facturas y la caída del consumo llevaron al cieere de "El Árbol de Galeano", que esta noche de martes abre sus puertas por última vez.

Su dueño, Fernando Rios Kissner, publicó una carta en su perfil de Facebook en la que explica los diversos motivos que lo llevaron a tomar esta decisión:

Hasta aquí llegamos.

Eso nos dijimos el sábado al mediodía cuando decidimos cerrar El Árbol de Galeano. No es una factura de luz, el problema es mas profundo, multicausal. Debimos haber cerrado en enero del 2016. Lo anticipé en el Foro por la Ley Nacional de Culturas, lo que se viene dije nos obligará a hacer gestión cultural en algún semáforo...y fue así, ahora estamos en la calle.

Cerrar El Árbol no es cerrar un bar, aunque sea la pata económica de este proyecto, es desarmar toda una trama social compleja que solo en un momento así uno se da cuenta la dimensión que alcanza y no es fácil, porque esta decisión no tan solo nos jode directamente a nosotros que volveremos a la calle, sino a nuestra gente, artistas, talleristas, voluntarios, proyectos sociales trascendentes, biblioteca, todas las organizaciones que siempre se apoyaban sabiendo que ahi existía un espacio que los contenía donde el no jamas era opción.

En estos mas de 10 años hicimos cosas maravillosas, con muchísimos errores y unos pocos aciertos, pero esos aciertos fueron gloriosos.

Los que me conocen saben que no soy nostálgico, que siempre desaliento mirar para atrás, lo mejor está por venir siempre, esa es mi naturaleza, pero sí quiero decir esto: debimos cerrar el Árbol en enero del 2016, llegamos hasta aquí por todos, pero no podemos seguir trabajando a pérdida ni un día mas, invertimos proporcionalmente más que el propio Estado en cultura, nunca escatimamos recursos porque creemos que la acción cultural es la verdadera promoción social, un violín, una obra de teatro, un mural son más poderosos que un ejército de punteros políticos.

Los costos fijos se multiplicaron, boletas de servicio impagables y seguimos con entradas de teatro al mismo precio que hace 5 años porque la gente que asiste a nuestros espacios hoy no tiene un peso, lo vivo todos los domingos con las familias que van a los infantiles que al final terminamos cobrando mucho menos cuando ves en el gesto de esa madre con 3 chicos que gastará lo que quizás gana en la semana.

Quiero agradecer a toda la comunidad de Tucumán, a todos sin excepción por el constante apoyo a todas las ideas y propuestas que nacieron de El Árbol.

Solo quiero decir esto para terminar: esta noche será la ultima de esas noches interminables, nos juntaremos para abrazarnos, fuerte, para decirnos que no podrán con nosotros sea donde sea el puesto de lucha.

Gracias a Daniela, Colo, y Emilio.

Gracias al personal que está con nosotros, por sus palabras y lágrimas compartidas.
A toda la comunidad pero, fundamentalmente, a la comunidad artística, hoy en esta tragedia nacional y parálisis, el acto de rebeldía más profundo frente al poder es la de habitar los espacios culturales que quedan dejando de lado todo ego y moda circunstancial, vayan a Managua, al Pasaje, a la Veleta, a la Luis Franco, a la Gloriosa, a Costumbres, a la Sodería, a la Ross, a Tamaño Oficio, a Charco, etc, empoderen a los espacios que quedan, porque algún día no estarán, y no habrá escenarios para actuar, no habrá espacios para muestras, no habrá auditorio para música, etc.

Para los de más de 40 años, la cultura está sufriendo los mismos embates que en el menemismo, donde no existían espacios culturales salvo la Zona y Lisandro donde nos refugiábamos. Plaza de Almas nace hace 20 años con la idea de oponernos a esa idea de cultura. Hoy estamos yendo hacia allí, es lo mismo, espacios millonarios pero sin vida, donde jamas les darán una puta pared para colgar un cuadro, toda la carta mas en inglés que en español, y somos parte estúpida de eso. Piensen, no sean funcionales. Menos maratón de Netflix, porque llegará el dia que cuando salgan de sus casas quizás no haya ni artistas.
Triste, pero feliz de que sucedió eso que llamamos El Árbol.

Ojalá alguien se anime a tomar la posta de El Árbol, porque el fracaso no es cerrar sino que deje de ser un espacio para la cultura tucumana.

Eso es todo lo que tengo para decir.

FUE ETERNO MIENTRAS DURÓ.




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