13/05/2020

El mundo

INVESTIGACIÓN

Bolsonaro complicado judicialmente contra el entonces ministro de Justicia de Brasil

El presidente de Brasil habló sobre la filmación que tiene la Fiscalía General que lo compromete judicialmente en el caso contra Sérgio Moro.

Este martes el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a quedar bajo sospecha cuando se supo que la Fiscalía General tiene un video de una de sus reuniones de gabinete que muestra cómo amenazó con echar al entonces ministro de Justicia Sérgio Moro si no interfería ante la Policía Federal para poder tener acceso a posibles investigaciones contra sus hijos y amigos en Río de Janeiro.

“No voy a esperar que jodan a alguien de mi familia, cambio a todo el área de la seguridad, cambio al jefe, cambio al ministro”, según el relato obtenido por el canal de televisión Globo, en base al video.

Según la prensa, el video pertenece a una reunión de gabinete del 22 de abril y es la principal prueba que tiene el fiscal general, Augusto Aras, en la investigación abierta por el Supremo Tribunal Federal para determinar si la renuncia de Moro como ministro de Justicia tiene que ver con intereses particulares de Bolsonaro para obstruir a la justicia”.

Para Bolsonaro, el video es devastador”, dijo un investigador citado por la Agencia Estado.

Rápidamente, el mandatario reaccionó y desmintió cualquier presión para interferir en las investigaciones de la Policía Federal, “en ese video no existe la palabra Policía Federal, todo lo que la prensa está montando es fake news”, sentenció Bolsonaro y defendió su derecho constitucional de nombrar al jefe de la fuerza.


Acusaciones

En diálogo con los periodistas negó las acusaciones que hizo Moro tras su salida forzada del gobierno y minimizó el contenido filtrado del video de la reunión de gabinete.

Este proceso contra Bolsonaro por presunta interferencia en investigaciones policiales le podría valer una acusación del fiscal general, quien fue designado por su gobierno el año pasado. De concretarse esta acusación, el Congreso debería votarla y, si acepta la denuncia, el jefe del Estado debe alejarse del cargo por 180 días.

Bolsonaro quedó bajo la lupa de la Justicia cuando, el 23 de abril pasado, Moro renunció a ser ministro de Justicia y Seguridad Pública, y denunció a Bolsonaro por querer interferir en la conducción de la Policía Federal, la encargada de conducir las investigaciones ordenadas por la Justicia.

Moro puso como ejemplo en su denuncia una reunión de gabinete del día anterior a su renuncia, cuando, según afirmó, Bolsonaro lo amenazó con echar a quien “no estuviera alineado con las posiciones del gobierno”, en clara referencia a su postura anti cuarentena en la crisis generada por la pandemia de coronavirus.


De acuerdo a una fuente citada por O Globo, Bolsonaro afirmó que querían “joder” a su familia y a sus amigos con investigaciones en Rio de Janeiro.

Desde 2018, la fiscalía de ese estado investiga presuntos hechos de lavado de dinero que vincularían al senador e hijo del mandatario Flavio Bolsonaro con bandas parapoliciales.

En la reunión del 22 de abril, enojado, Bolsonaro aparece diciendo en el video que cambiará a los comisarios de la Policía Federal y al ministro de Justicia para garantizar tener acceso a esas investigaciones y poder evitar que personas de su entorno sean “perjudicadas”.

Esta investigación fue abierta por el juez Celso de Mello, quien ordenó al gobierno entregar la grabación del video para que lo pudieran ver todas las partes.

En tanto, la defensa de Moro pidió liberar al público toda la reunión de gabinete, en la cual no solo Bolsonaro quedaría mal parado.

Según trascendió en O Globo, el ministro de Educación Abraham Weintraub aparece diciendo que los 11 miembros del Supremo Tribunal Federal “deberían ir a la cárcel”, mientras que el canciller Ernesto Araújo comparte los insultos hacia los miembros de la corte y emite fuertes críticas hacia China.

Tras la salida de Moro del Ministerio de Justicia, Bolsonaro puso al abogado del gobierno André Mendonça como su reemplazo y nombró al jefe de los servicios secretos y un aliado de su familia, Alexandre Ramagem, a cargo de la Policía Federal. Esta última designación fue tan polémica que un juez de la corte la suspendió por desvío de intereses.





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