Por qué cayeron los Tolomeos y otros debates mañaneros

Algunas mañanas, en el bar, solemos hablar de asuntos interesantes: el color de ojos de la mujer ideal, el número de la quiniela, las desventuras de Racing Club. Ayer uno sostuvo lo siguiente: la principal causa de la caída de los Tolomeos, fue la batalla de Actium cuando, vencidos Cleopatra y Antonio, Alejandría pasó a ser una provincia romana.

También opiné. Era posible que ese derrumbe se produjera por la preferencia que se dio a los griegos sobre los egipcios en los cargos públicos: se mantuvieron separados y no llegaron a amalgamarse en un solo pueblo. Además, fortificaron solamente la capital, cuya conquista debía necesariamente ocasionar la de todo el país.

El mozo del bar no recordaba dónde había leído que la incertidumbre en la sucesión de la corona engendró guerras civiles y causó el debilitamiento egipcio. Y no faltó quien consideró que la disolución de las costumbres fue descendiendo del trono a la nación, incitando a los romanos a una intervención en la política interna, montada en los odios y las luchas de los partidos.

Viera el toletole. Pero siempre es así cuando los amigos se trenzan en ardientes debates sobre asuntos insustanciales. De un lado los ´literales´: la historia se debe leer en batallas y sucedidos comprobables. Del otro los ´sociales´: se deben analizar todos los hechos, no solamente observando los palacios sino también examinando los movimientos de pensamiento que barren las estructuras de los pueblos desde los cimientos.

Pensé: “Estoy va para largo, no van a llegar a ningún acuerdo”. Me fui a casa, era la hora del almuerzo. Hoy al mediodía les voy a preguntar cómo terminó la discusión. Casi siempre van al mercado a picar algo. Después se olvidan.

Juan Manuel Aragón

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