19/03/2020

Argentina

liturgia

Hoy es día de San José, padre putativo de Jesús

Los evangelios no citan ninguna palabra dicha por él, que siempre esperó al margen de la historia.
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Hoy es día de San José, padre putativo de Jesús

El norte de la  Argentina tuvo desde  siempre un particular aprecio por San José, el padre olvidado y silencioso, el padre putativo de Nuestro Señor Jesucristo.

En los evangelios no se citan nunca las palabras pronunciadas por San José. Recibió mucha menos atención de los Padres de la Iglesia que Nuestra Señora o incluso San Pablo. Como padre trabajador, ha esperado al margen de la historia. Hasta ahora.

El 19 de marzo es la Fiesta de San José. ¡Es un día importante para los católicos, especialmente en estos tiempos difíciles! San José es el Terror de los Demonios, el Santo de las Almas Castas, el Protector de la Iglesia Doméstica. Necesitamos su poderosa intercesión más que nunca. La semana que viene es el momento perfecto para comenzar tu propia consagración.

En el mundo  antiguo, quizás  mucho más justo que éste, su día era también el de los trabajadores que no reclamaban el feriado sino simplemente ser tenidos en cuenta por su santo, a quien invocaban en sus oraciones diarias.

San José no habla en ninguno de los Evangelios – no porque no tuviera nada que decir, sino porque su mera presencia lo decía todo. Como muchos padres, hablaba poco pero hacía mucho. Simplemente el estar allí para Nuestro Señor y Nuestra Señora era suficiente. Era un hombre muy sencillo. No tenía una especial educación, ni ningún estatus importante en la sociedad. No era un sacerdote judío ni un funcionario político.

Sin embargo, así como Nuestra Señora era una mujer sencilla que fue elegida para ser la madre de Cristo, también San José fue elegido para ser el padre de Nuestro Señor en la tierra. Esto no debería sorprendernos. Dios no nos elige por nuestros logros o educación, sino porque tiene sus propios planes para nosotros. ¡Qué humilde tuvo que ser! Y de qué manera nos recuerda cómo abusamos e ignoramos todas las bendiciones intelectuales que Dios nos ha dado. No debemos menospreciar las limitaciones de San José. ¡Deberíamos maravillarnos de lo que logró, a pesar de ellas! En esto San José es un modelo para todos los hombres, especialmente para aquellos que son padres. Los hombres deberían imitarlo -y las mujeres deberían desear un cónyuge tan casto y trabajador como él.

¡Cuánto le debemos a San José! ¡Qué poco agradecidos hemos sido con nuestro padre! Finalmente ha llegado el momento de reconocer su valía. Le debemos mucho por todo lo que ha hecho. Como el arduo trabajo de tantos padres olvidados, San José ha estado trabajando en la Iglesia, a un lado, pasando desapercibido.

Dios quiera, en su infinita misericordia, en estos días aciagos, otorgarnos algo de su sencillez y humildad  para enfrentar los problemas de todos los días en silencio, teniendo siempre presente que su guía ha de llevarnos por el buen camino.




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