29/08/2018

Culturas

Rock

El reclamo por el aborto legal y el repudio a la gestión de Macri dominaron el recital de Charly García

En un nuevo show "sorpresa", el músico se presentó con su banda ante un teatro Gran Rex repleto.

Charly García tocó el martes a la noche en el teatro Gran Rex, en un nuevo show realizado con la modalidad que implementó de un tiempo a esta parte, anuncio sobre la fecha y entradas que se agotan en cuestión de minutos.

Charly volvió a ser irreverente, a referirse a sus temas con impertinencia, a reírse de sus intentos para probar suerte en "la industria anglosajona", a hacerle un "ojo" a un hombre que estaba cerca de Mecha, su novia.

En su quinto show "sorpresa" del año -el último había sido hace un mes en Córdoba-, Charly, sentado en su trono y rodeado de teclados y sintetizadores, se mostró firme, centrado y al mando. "Hoy es el día en que muere el rock", anunciaba a poco de comenzado el show.

Con un setlist, de 25 canciones, donde hizo hincapié en su carrera de solista -salvo por algunas excepciones, entre ellas, "Instituciones", de Sui Generis-, García paseó cómodo por diferentes etapas de su vida, pero hubo una en la que parece haber puesto más atención. Mientras que de su último y reconocido disco, Random, eligió hacer cuatro canciones "La máquina de ser feliz", "Otro", "Lluvia" y "Rivalidad", también recorrió algunos temas que no llegaron a convertirse en himnos y que datan de sus tiempos más oscuros como "Cuchillos" -que se lo dedicó a Mercedes Sosa, que podía verse en las pantallas- de Say No More, "In The City That Never Sleeps" y "King Kong", de Kill Gil, e incluso la canción con la que se despidió del escenario, "Shisyastawuman", de Cómo conseguir chicas, siguió esa lógica.

Si bien el show siguió la línea de lo que venía haciendo García desde febrero pasado cuando se presentó en el Coliseo, hubo algunas sorpresas. Una de ellas, la presencia de David Lebón, ex Serú Girán, con quien hicieron, primero, "No llores por mí Argentina" y, después, el tema pedido por el Zorrito, "Peperina" ("una historia de una gruppie", explicaba Charly minutos antes). "Estoy feliz de estar acá, aunque nos veamos poco, te amo siempre", le dijo Lebón a García y comenzaron a tocar. El solo del guitarrista se expandió por todo el teatro donde las generaciones convivían con la misma actitud de escucha, desde los centennials, que solo pueden soñar con ver en vivo a Serú, a los sexagenarios, que fueron contemporáneos.

Así pasaron "Cerca de la revolución", en la que García pedía más rock ("Vamos que esto no es cumbia"), "Rezo por vos" ("Un brindis ¿por quién...? por el Flaco Spinetta. La gente decía que nos odiábamos...", se burló el Charly charlatán), "Fax U", "Reloj de plastilina" (donde García, que en más de una oportunidad se lució con solos de piano, explicó que él solo quiere jugar). Tras preguntarle al Zorrito qué seguía: llegaron "Influencia", donde hubo un apagón en el escenario, y "Promesas sobre el bidet" fue la canción elegida para despedirse.

García se fue del escenario y su gente quedó enardecida. Después de los primeros minutos de espera, en total fueron 20, empezaron los primeros cánticos en contra del gobierno de Mauricio Macri que derivaron en un pedido por el "aborto legal en el hospital". Después, el mismo público entonó "Inconsciente colectivo" y "Rasguña las piedras" a capella hasta que, finalmente, un sonido distorsionado volvió e encender la adrenalina: "Los dinosaurios" y, un tema que no venía haciendo, "Pasajera en trance". Cual director de orquesta, García manejaba los sonidos con sus manos. "Qué temazo", dijo antes de cambiar nuevamente el clima. Pasadas las 23, Charly se paró de su trono por primera vez y, escoltado por Ortega, se esfumó por el costado del escenario, segundos antes de que se cerrara el telón. (lanacion.com.ar)






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