19/07/2023

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Cillian Murphy al descubierto: tras la mirada lasciva, una vida llena de misterio y un amor inquebrantable

De Peaky Blinders a Oppenheimer: el ascenso del protagonista en la nueva película de Christopher Nolan.

“Ha llegado el momento; esta es la película en la que serás el protagonista. Te ofrezco un personaje que exigirá que utilices cada aspecto de tu talento y te pondrá a prueba de una manera que nunca habías experimentado antes”, expresó Christopher Nolan al dirigirse a Cillian Murphy. El director, guionista y productor londinense había conocido a Murphy hace casi veinte años, cuando se presentó al casting de Batman Inicia (2005).

El actor irlandés, famoso en todo el mundo por su papel como líder de la pandilla criminal en Peaky Blinders, audicionó originalmente para el papel de Bruce Wayne, pero Nolan tenía otros planes para él. Murphy no iba a ser el superhéroe, sino el supervillano, el Espantapájaros.

Nolan se había quedado fascinado con el estilo de Murphy en 28 días después (2002): “Toda su apariencia, esa mirada... Tiene los ojos más extraordinarios. Siempre busco excusas para que se quite los anteojos en los primeros planos”, dijo en una entrevista durante el rodaje a la revista Spin. Desde entonces, Cillian Murphy se convirtió en una especie de fetiche para Nolan y colaboraron juntos en varias películas, incluyendo la trilogía de El caballero oscuro (2005-2012), Inception (2010) y Dunkerque (2017).

En una entrevista con IGN de esa época, Murphy expresó: "Sentí que no era el adecuado para Batman, pero aun así era alguien con quien quería seguir trabajando, alguien con quien deseaba seguir creando". Cumplió su palabra, y Batman Inicia fue un éxito tanto en crítica como en taquilla, marcando el inicio de una duradera colaboración entre el director y el actor, quien tenía 28 años en ese momento. 

Hasta ahora, el papel principal más importante que le había sido otorgado a Murphy fue en Oppenheimer, la película sobre el padre de la bomba atómica que se estrenó el jueves pasado, donde compartió escena con figuras destacadas como Matt Damon, Kenneth Branagh, Emily Blunt y Gary Oldman.

Desde el principio, Cillian Murphy comprendió que cuando Christopher Nolan te pide que hagas algo, independientemente de la envergadura del papel, simplemente lo haces. En la gira promocional de la película, Murphy reveló que se preparó para su papel leyendo el texto sagrado hinduista Bhagavad Gita, del cual proviene la famosa cita atribuida al físico Robert J. Oppenheimer después de probar su creación por primera vez en 1945: "Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos".

La crítica de The New York Times, Manohla Dargis, lo definió como "el villano de película perfecto". Describiendo su actuación como el psicópata que aterrorizaba a Rachel McAdams en el thriller psicológico Red Eye, también en 2005, Dargis escribió: "Su mirada azul podría congelar el agua; su mirada lasciva sugiere sus propios terrores".

Aunque nació en un pueblo católico en las afueras de Cork, Irlanda, donde la iglesia era la máxima atracción y le dio el nombre al lugar, Ballintemple ("el pueblo de la Iglesia"), el actor no fue educado para ser un villano. Al contrario, fue criado siguiendo los preceptos de la religión familiar y los hermanos del colegio de curas donde cursó la secundaria.

En cuarto año descubrió que podía canalizar esa energía a través de sus inclinaciones artísticas

Es cierto que durante gran parte de su tiempo en el colegio tuvo problemas de conducta. Sin embargo, en cuarto año descubrió que podía canalizar esa energía a través de sus inclinaciones artísticas. Asistió a clases de actuación en Corcadorca, la compañía de teatro de Cork, y por primera vez se sintió "verdaderamente vivo", aunque en ese momento su mayor ambición era convertirse en una estrella de rock.

Formó una banda con su hermano Páidi, y además de cantar, él tocaba la guitarra. Incluso recibieron una oferta de contrato para grabar cuatro álbumes, pero la rechazaron porque consideraban que era poca compensación por los derechos de "sus peculiares temas y sus solos interminables", como él mismo los describió. Afortunadamente, podían permitirse rechazarlo ya que Cillian creció en una familia relativamente acomodada. Su padre trabajaba en el departamento de Educación de su distrito, y su madre era profesora de francés.

En 1996, a los 20 años (nació el 25 de mayo de 1976), Murphy ingresó a la Facultad de Derecho de Cork, pero no aprobó ningún examen. Explicó que nunca tuvo la intención de ser abogado, ya que había abandonado la idea de dedicarse a la música. Sin embargo, su pasión por la actuación, que había surgido en el colegio, se intensificó después de presenciar una obra de su profesor de Corcadorca. Obtuvo su primer papel importante junto al club de teatro amateur de la Universidad. Aunque en esos días su motivación principal era, como él mismo admitió más tarde, "ir a fiestas y conocer mujeres".

Fue así como finalmente ingresó oficialmente a Corcadorca, donde actuó en varias obras y realizó giras por Europa, Australia y Canadá con Disco Pigs. Esta obra también fue adaptada al cine y le valió el reconocimiento de la prensa especializada. Su debut cinematográfico se produjo en "28 días después", dirigida por Danny Boyle, quien quedó impresionado por su actuación. En la película, interpretó a un sobreviviente de una pandemia que despertaba perplejo y desolado en un nuevo mundo después de un coma.

Su talento actoral era indudable, pero lo que lo hizo perfecto para el papel fue su aspecto. La directora de casting y luego el director de Oppenheimer, notaron que tenía una apariencia y actitud que encajaban perfectamente con el personaje. Lo describieron como alguien tímido en el set, con una mirada ligeramente ausente de la cámara, un tipo soñador y con una energía sutil que le dio un toque fantástico a la película. Gracias a su trabajo, recibió su primera nominación como Revelación Masculina en los MTV Movie Awards de 2004.

Regresó al cine en compañía de su compatriota Colin Farrell en la comedia negra "Intermission" (2004), que se convirtió en ese momento en la película independiente de origen irlandés con mayor recaudación en la historia. La crítica elogió nuevamente su mirada gélida y su intensidad actoral. Según el Herald Tribune, su talento, su experiencia y sus miradas delicadas hicieron que la gente lo considerara como el nuevo Farrell de Irlanda, aunque en una versión más sobria.

No cuenta con agente ni un entorno cerrado que lo acompañe constantemente

Esa apariencia misteriosa ha permitido que Murphy se mantenga como una rareza en Hollywood, lugar al que nunca ha querido mudarse. No cuenta con agente ni un entorno cerrado que lo acompañe constantemente. 

Por lo general, se le ve solo, pero siempre impecablemente vestido, lo que le valió un lugar en la lista de los 50 Mejor Vestidos de GQ en 2015. Es conocido por evitar dar entrevistas y detesta las alfombras rojas. Su objetivo es llevar una vida que no llame la atención de los tabloides.

En sus propias palabras, en 2004, él afirmó: "No genero controversias, no me acuesto con nadie por ahí, no me caigo borracho en lugares". A diferencia de su amigo Farrell, con quien se destaca por ser totalmente opuesto, Murphy ha sido discreto en su vida personal. 

Hace años, se casó con su novia de toda la vida, la artista visual Yvonne McGuinness, a quien conoció en un espectáculo de su banda en 1996. La pareja vivió en Londres hasta 2015, cuando decidieron establecerse en Dublín con sus hijos, Malachy, nacido en diciembre de 2005, y Aran, nacido en julio de 2007.

Tanto Murphy como su esposa querían protegerlos de la violencia de los personajes que interpreta

Hasta hace poco, sus dos hijos, ahora adolescentes, apenas conocían el trabajo de su padre, más allá de saber que era actor. Tanto Murphy como su esposa querían protegerlos de la violencia de los personajes que interpreta, por lo que no les permitían ver sus películas. En cambio, los niños conocen a su padre como un hombre amable que disfruta del tiempo en familia y encuentra placer en las actividades cotidianas como sacar la basura.

A pesar de su fama, Cillian Murphy valora enormemente a su círculo cercano, su familia y sus amigos de toda la vida. Siempre ha sido agradecido por su carrera en la industria del cine y no se toma su éxito por sentado. Cuando vuelve a Cork, su lugar de origen, prefiere estar con sus amigos de siempre y evitar hablar sobre el negocio del entretenimiento, ya que no considera que sea un tema relevante entre amigos que han estado juntos desde la infancia. Por esta razón, su vida privada se mantiene en reserva, y él prefiere mantenerla alejada de los reflectores.

Nadie sabe si su aire de misterio es una parte natural de su personalidad o si es una decisión consciente para preservar su privacidad. Sus ojos de hielo, que la revista Night and Day describe como capaces de "cortar diamantes", ocultan un perfil oscuro que el director Nolan descubrió y que le valió múltiples nominaciones como Mejor Villano. 

Un crítico del New Yorker, David Denby, describió su interpretación del Espantapájaros como "una mirada angelical que puede volverse siniestra; es uno de los monstruos más elegantemente seductores del cine reciente".

La sensación fue compartida por todos. Ese oscuro y misterioso personaje le abriría muchas otras oportunidades laborales: trabajando nuevamente con Nolan, interpretando al temible soldado del IRA, Damien O'Donovan, en la premiada película "The Wind That Shakes the Barley" (2006) de Ken Loach, o más recientemente, como el perturbado sobreviviente en "A Quiet Place II" (2021). 

Murphy nunca permitió que lo encasillaran

Sin embargo, Murphy nunca permitió que lo encasillaran. Demostró su versatilidad al interpretar a una mujer trans irlandesa en la comedia dramática "Breakfast on Pluto" (2005), película con la que Neil Jordan intentó redimirse ante la comunidad después de "The Crying Game" (1992). Para este papel, se preparó involucrándose con la comunidad crossdresser, aunque, en realidad, ya poseía la androginia necesaria para el personaje, y verlo transformarse en una rubia drag en la pantalla parecía totalmente natural.

Sin embargo, tuvo que hacer un esfuerzo considerable para la interpretación que lo catapultó a la fama desde 2013, interpretando al jefe mafioso de Birmingham en "Peaky Blinders" (el final de la serie fue visto por 3,7 millones de espectadores). No solo tuvo que dominar el acento "brummie", casi imposible de imitar, practicando obsesivamente en los pubs locales y grabando a los parroquianos para luego escuchar y estudiar los acentos en su iPhone. 

También tuvo que transformar radicalmente su figura, que hasta ese momento era más bien delgada, para mostrar una apariencia más fuerte y robusta. Este cambio físico fue otro sacrificio que el papel de Thomas Shelby le demandó: después de veinte años de ser vegetariano, tuvo que abandonar esa dieta y comenzar a consumir carne para aumentar su ingesta de proteínas. 

"Yo no era una persona físicamente imponente, no lo soy. Y tengo que comer muchísimas proteínas y levantar muchísimo peso para lograrlo. Todo eso me lleva tiempo, y lo detesto", confesó en una entrevista con Radio Times, una de las pocas notas que concedió para promocionar la última temporada de Peaky Blinders, donde nuevamente mantuvo su costumbre de hablar solo sobre su vida profesional.

Actualmente, durante la promoción de su película sobre Oppenheimer, el actor se enfoca principalmente en su personaje y en su relación con el director que le brindó su primera gran oportunidad. Juntos, se propusieron retratar la inmensa inteligencia y los conflictos morales del físico. 

Al respecto, el actor menciona: "Siempre buscamos explorar la complejidad de Oppenheimer, ya que no era una persona sencilla", dijo en una entrevista con Marca. "Poseer una gran inteligencia puede ser una carga; esas personas operan en un plano completamente diferente al de personas comunes como nosotros, lo que conlleva complicaciones y desafíos en su vida personal y moral". 

"Uno de los desafíos más difíciles fue trazar el viaje moral de Oppenheimer a lo largo de la historia, pues se mueve en terrenos complicados, relacionados con su trabajo en el Proyecto Manhattan y su posición posterior frente a la política nuclear después de la Segunda Guerra Mundial, lo que lo lleva a enfrentarse con otras personas", detalló.

Además, el actor reconoció las limitaciones que enfrentó al interpretar a una figura histórica como Oppenheimer: "La mayoría de las personas no pueden pensar o no piensan en la existencia humana, la estructura del mundo y nuestro lugar en el universo de la misma manera que lo hacía Oppenheimer, a través de la lente de la mecánica cuántica, con todas sus complejidades y aprecio por las paradojas". 

Por lo tanto, él prefirió no intentar entenderlo todo a la perfección, sino más bien tener una comprensión general de los conceptos y centrarse en extraer la humanidad del personaje para la película.

Murphy ha logrado establecerse en la industria cinematográfica según sus propias reglas durante dos décadas, manteniéndose alejado de la atención de los tabloides y evitando revelar detalles de su vida privada que no desee hacer públicos. 

Su éxito personal también radica en su mirada, que a veces lo distancia del común de las personas. Reconoce que esta mirada fue más determinante que su acento local o su entrenamiento para hacer creíble a su personaje más famoso y también para imponerse ante la prensa con una elegante distancia: "Es la forma en que mira a las personas. Esa serenidad y frialdad que las paraliza".




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