04/01/2021

Argentina

Córdoba

Su hija murió en un accidente vial, abrió el cajón y vio que velaban a otra joven

Eliana Benítez y Candela Martínez Bonaldi fallecieron en un siniestro automovilístico. La empresa funeraria confundió los cuerpos de las víctimas.
Su hija murió en un accidente vial, abrió el cajón y vio que velaban a otra joven | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

Foto: La Voz

El dolor de perder a un hijo es inconmensurable y dos familias no solo tuvieron que afrontar el fallecimiento de sus hijas, sino que también una terrible confusión de la casa funeraria que les generó aún más angustia.


En las primeras horas del 1 de enero, Córdoba fue testigo de un siniestro en la zona de avenida Circunvalación. En el lugar, seis adolescentes protagonizaron un vuelco, derrape y posterior caída en un barranco a la altura del barrio Hogar Clase Media. Por el hecho, dos mujeres -Eliana Benítez y Candela Martínez Bonaldi- y un adolescente de 17 años, fallecieron. Mientras que, otros tres jóvenes resultaron gravemente heridos.

Nadia Benitez, hermana de una de las jóvenes fallecidas, contó a Vía Córdoba cómo fue la situación. “El velatorio de Eliana era de 10 a 13 y el de Candela empezaba a las 13 y finalizaba a las 15. Ambas iban a cementerios distintos pero eran veladas en el mismo lugar, Caruso”, comienza relatando.

El sábado, al momento del velatorio, la familia debió adaptarse a los protocolos para poder realizar la despedida final. Pero en ese momento, el cuerpo que estaba dentro del cajón no era de Eliana sino que se trataba de Candela. “La velamos a cajón cerrado. Estuve una hora llorando sobre el supuesto cajón de mi hermana”, comenta angustiada Nadia.

En los últimos minutos de la ceremonia de Eliana, la familia Benitez se acercó a dar el pésame a los Bonaldi. Fue la madre de Candela quien comenzó a dudar del cuerpo que había dentro del ataúd que estaban velando. “Cuando nos acercamos, la madre de Cande nos pregunta si Eli usaba anillos. Ellos no habían podido ver el cuerpo. Pero abrieron el cajón, le tocaron la mano y vieron los anillos. Cande tenía un tatuaje en uno de sus brazos que la madre no se lo vio, y tampoco usaba anillos. Yo en el momento le dije que no, que estaba confundida, que mi papá había visto y era mi hermana quien estaba en el cajón”.

La familia Benitez ya estaba en el cementerio Parque Los Álamos cuando un amigo de ambas familias le comunica que a quien estaban enterrando no era Eliana sino Candela. “Nos dicen que la mamá de Cande abrió el cajón y vio que la chica que estaba dentro tenía brackets y Candela no usaba brackets; mi hermana sí”.

Tras esta información, se contactan con Caruso y piden que abran el cajón que está todavía en la casa funeraria.

“Cuando mi mamá llegó a la empresa primero no querían abrir el cajón, pero después accedieron. Cuando lo abrieron, mi mamá corroboró que quien estaba ahí era mi hermana, y el cuerpo de Candela era el que nosotros habíamos velado y enterrado. A mi mamá no le daban soluciones, así que fui yo a la empresa y hablé con Rodrigo, el encargado de ventas, quien me trató de muy mala manera, lo primero que me dijo fue “Sosegate y sentate””.

Ante esta situación ambas familias quisieron hacer público lo ocurrido para que esto no vuelva a pasar.

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