01/08/2023

Sucesos

Policiales

Crisis carcelaria: se registra un motín diario en comisarías de la capital

La presencia de guardiacárceles aumentó la irritación de los detenidos. Medidas para detener el ingreso de drogas. Familiares solicitan asistencia.

El jefe de la Unidad Regional Capital, Eduardo Luna, señaló que están enfrentando una grave crisis carcelaria debido a la superpoblación en las 15 dependencias bajo su jurisdicción. Desde que asumió el cargo hace una semana, se han producido motines a diario en las cárceles. 

El último de ellos ocurrió el domingo en la seccional 2ª (Buenos Aires al 400), generando preocupación en el barrio Sur. Durante la presentación ante sus nuevos subordinados, el martes se desató una revuelta en la seccional 12ª. Además, el viernes se registraron dos incidentes diferentes en la 13ª y en la 1ª; el sábado en la 11ª y el domingo nuevamente en la 2ª. 

Esta situación ha sido demasiado frecuente en tan poco tiempo. Previamente, también se habían producido fugas de presos en el Destacamento Falivene y en la seccional 3ª. Esta jurisdicción es la más complicada debido a la gran cantidad de personas privadas de la libertad que alberga.

Actualmente, hay 1.900 personas privadas de libertad en todas las dependencias policiales de la provincia, entre condenados y procesados. De ese número, aproximadamente 1.100 están bajo la responsabilidad de la URC, que cuenta con una capacidad de albergue para menos de 300 personas.

"Este es uno de los principales problemas que se discutió en la reunión con el vicegobernador y las autoridades provinciales ya están trabajando en ello", afirmó el funcionario. La primera medida que tomaron fue emplear al personal del Servicio Penitenciario (SP) de la provincia para ayudar en las tareas de control. 

Desde el viernes, han asignado guardiacárceles a varias dependencias, incluyendo las seccionales 1ª, 2ª, 4ª, 6ª, 10ª, y 13ª, las comisarías de Banda del Río Salí y Alderetes, y las unidades de detenidos que operan en la ex Brigada. Estas son las áreas más conflictivas debido a la gran cantidad de personas privadas de la libertad que se encuentran en ellas.

Las autoridades del SP explicaron que alrededor de 400 guardiacárceles serán distribuidos en las dependencias policiales mencionadas. 

La mayoría de ellos serán trasladados al penal de Benjamín Paz, que podría comenzar a utilizarse a partir de diciembre. Según un vocero, esto se está considerando como una especie de práctica para abordar la crisis carcelaria.

Explicaciones

La gran pregunta es por qué los últimos incidentes ocurrieron precisamente en los lugares donde se ubicaron los hombres del SP (Servicio Penitenciario). Estos lugares tienen controles más estrictos y los motines se desencadenaron después de que se encontraron drogas o cuando se intentó ingresar elementos no permitidos. 

"Lo que pasó en la 2ª es el resumen de todo. Antes, un solo carcelero tenía que revisar lo que entregaban a 70 personas. Ahora, son cinco o seis quienes hacen el mismo trabajo. Claramente, los resultados no son los mismos", explicó Luna.

En esa dependencia policial, antes del motín, durante una inspección de la comida, en el control encontraron 27 dosis de cocaína, cinco envoltorios de marihuana y un porro. "En principio, no es una cantidad de droga para consumo personal, por lo que no descartamos que los detenidos también estén vendiendo drogas en los calabozos", indicó una fuente policial. 

"Ellos mismos se las proporcionan. Es la única manera en la que pueden mantenerse tranquilos. Mi hijo pasaba todo el día consumiendo pastillas y cocaína. Tengo que darle dinero por izquierda para que compre drogas, porque la abstinencia lo afectará gravemente", le contó a LA GACETA Mariela, una empleada doméstica, antes de visitar a su hijo en una seccional de la capital. 

La mujer no quiso revelar quién estaba comercializando las sustancias y mucho menos a qué precio. Los policías explicaron que los familiares utilizan cualquier tipo de sistema para ingresar la droga. La esconden entre las comidas, fabrican recipientes con doble fondo e incluso la mezclan con bebidas. 

"Muchos disuelven las pastillas en botellas de jugo. Nos damos cuenta cuando descubrimos que las botellas vienen abiertas, pero ha habido muchos casos de compañeros que probaron ese líquido y quedaron dormidos durante horas", comentó un cuartelero.

¿Efecto dominó en los motines?

Los familiares negaron que los motines se deban a un efecto dominó, aunque es conocido que cuando ocurren huelgas en un centro de detención, suelen replicarse en otros lugares. Janet de Herrera, esposa de un detenido, expresó su indignación: "Aquí no hay nada extraño. Los tienen como animales. Hay 70 personas en un lugar diseñado para 20. No ven la luz del día, hacen sus necesidades en un tacho de pintura de 20 litros... ¿No tienen derecho a protestar?". 

Su suegra, Mariana García, añadió: "la gente habla sin saber nada. Mi hijo se metió en problemas y ahora está cumpliendo una condena de cinco años. Pero desde hace dos años, ni siquiera tiene espacio para dormir. Si no le llevamos comida, aquí no le dan nada. Y todo esto me hace preguntarme: ¿dónde están las personas de Derechos Humanos?".

Los recientes motines han dejado sus consecuencias. En la seccional 13ª, un oficial resultó levemente herido y la dependencia sufrió daños. La Policía detuvo a varios familiares que causaron destrozos, pero las autoridades decidieron no presentar cargos contra ellos. Los allegados de los presos en la 2ª comisaría también provocaron daños en toda la zona. 

En 2015, los fiscales Diego López Ávila y Adriana Giannoni (ya jubilada) presentaron un hábeas corpus a favor de detenidos, policías y vecinos de las comisarías porque temían lo que podría ocurrir. 

"Este es un problema que lleva muchos años sin solución. Hoy estamos peor que nunca. Prometen más espacios en el penal, pero hasta que eso suceda, temo que habrá más muertes en el camino", opinó Herrera.




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