Antes de escribir "El hijo de Cuca" Pocho la Pantera controlaba una red de prostitución

El martes falleció el cantante bailantero Pocho la Pantera, luego de luchar contra un cáncer. En los medios de comunicación y las redes sociales lo recordaron con mucho cariño aunque una vez más su pasado oscuro pasó desapercibido.

Nació en Buenos Aires como Eduardo Gauna y crecido en Córdoba, empezó su carrera artística en cabarets cuando apenas tenía 16 años, mucho antes de saltar a la fama con "El hijo de Cuca”. Ya en la última etapa de su vida se convirtió al evangelismo y dejó las drogas.

Pero fue en esa juventud, en la década de 1980, que Pocho confesó que “regenteé a un grupo de mujeres que me hicieron ganar más que buena guita”.

En una entrevista del año 2009 con Rolando Graña, en el programa GPS, no solo confesó haber encabezado una red de trata, sino además detalló que “había que darles una paliza de tanto en tanto para que laburen”.

Gauna, alias Pocho, se jactó de que los demás “fiolos” le tenían bronca porque él era dueño de las mejores plazas, es decir sitios liberados para que él hiciera su negocio a través de las mujeres, sea dentro de cabarets o en una esquina. También reveló que intercambiaba mujeres con otros “dones”, en el sistema de trueque o bien de compra venta.

Contó finalmente que aplicaba el “secuestro” a las mujeres que no querían cumplir con su “trabajo”, es decir un inhumano método de confinación y aislamiento.