05/11/2016

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Running: ¿Cuándo tengo que cambiar de zapatillas para correr?

Una forma de evitar un desgasto, es usarlas exclusivamente para salir a corre y tener más de un par.
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Correr por cemento los deteriorará más rápido que por un sendero.

Por mucho dinero que hayas invertido en tu par de zapatillas para hacer running, éstas no durarán para siempre y saber cuándo es hora de que jubilen es esencial para darle soporte a tus pies y cuidarlos de ampollas y otros posibles daños.


Y no es fácil darse cuenta de que ya han cumplido su ciclo, puesto que la suela y su aspecto exterior pueden verse en buenas condiciones. Por ejemplo, el sitio Active señala que la plantilla ubicada internamente en la zapatilla tiene cientos de pequeños bolsillos de aire, similares a una esponja (un material llamado etilvinilacetato, más conocido como EVA). Cuando se camina o corre, este material absorbe el golpe y se va gastando con el tiempo, reduciendo esta importante propiedad.


A continuación, algunos aspectos en los que es recomendable fijarse para decidir si ya es hora de adquirir un nuevo par de zapatillas para correr.


1- Los kilómetros acumulados


El sitio Health explica que la regla de oro es cambiar las zapatillas cada 450 a 650 kilómetros, como el desgaste no siempre es obvio a simple vista, esta medida asegura que el calzado esté en buenas condiciones y sea reemplazado antes de que cause dolor o daño. Hoy en día es más sencillo saber cuántos kilómetros se ha recorrido usando aplicaciones como Strava y MapMyRun.


2- El terreno


Según el sitio Runners World la superficie por donde se corre afecta al desgaste del zapato. Por ejemplo, correr por cemento los deteriorará más rápido que por un sendero de tierra. Lo mismo sucede con el peso del corredor: una persona grande los va a gastar más rápido que alguien liviano. Si la suela se está poniendo lisa, ya es hora de visitar una tienda.


3- Dolor e incomodidad


Al final de su vida útil, tus zapatillas regalonas pueden empezar a causarte molestias como dolor en las rodillas, pies y caderas las cuales posiblemente sean un indicio de que su poder de amortiguación y soporte se han gastado al punto de ya no ser efectivos.


4- Ya lucen gastados


De acuerdo al sitio Health, hay tres áreas del zapato en las cuales fijarse para saber si es tiempo de reemplazarlo: la plantilla, el diseño de la suela y el material exterior. El acolchado de la plantilla interior sería la primera cosa en deteriorarse ya que absorbe los golpes, el problema es que este desgaste no siempre es visible.


Luego se gastaría el diseño de la suela, por lo que si ésta se ve más lisa es probable que la plantilla también esté deteriorada. Por último, cualquier agujero en el material exterior indicaría que ya terminó su vida útil.


El sitio además sugiere que, para evitar que las zapatillas se desgasten antes de alcanzar los 450 ó 650 kilómetros, se las use exclusivamente para salir a correr. Otra idea es tener dos pares de zapatillas e ir alternándolas para prolongar su vida útil.


El sitio Active respalda esta teoría explicando que los bolsillos de aire en la plantilla interna tienen más tiempo para recuperarse cuando se alterna entre dos pares diferentes.





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