22/06/2017

El mundo

Lograron determinar la ubicación de las Terrazas Rosas y Blancas, la octava maravilla

El paraíso natural fue la atracción turística más importante del hemisferio sur y del Imperio Británico, pero por la acción volcánica y los 131 años que pasaron, quedó sumergido.

Reapareció la octava maravilla del mundo: las Terrazas Rosas y Blancas
Las Terrazas Rosas y Blancas, octava maravilla del mundo
Se trata de las Terrazas Rosas y Blancas, uno de los paisajes naturales más increíbles del planeta. Creen que hay más bajo el agua y que el paisaje, si bien está sumergido, se encuentra igual que antes de la erupción volcánica que lo dejó bajo tierra.
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Todo comenzó siete años atrás, cuando la investigadora Sascha Nolden encontró los diarios que pertenecían al geólogo Ferdinand von Hochstetter. Allí estaba la ubicación exacta de las terrazas.
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El paraíso natural fue la atracción turística más importante del hemisferio sur y del Imperio Británico, pero por la acción volcánica y los 131 años que pasaron, el escenario cambió.
La investigación se publicó en Journal of the Royal Society of New Zealand y, según los especialistas, después de más de 2.500 horas de investigación en el último años, se logró determinar la ubicación de las terrazas. "Estamos más cerca de lo que nadie ha estado en los últimos 130 años", aseguran.
Las Terrazas Rosas y Blancas, octava maravilla del mundo<br>
La investigación reveló que las terrazas ya no están debajo del lago, pero sí en sus orillas, tapadas por una capa de ceniza y escombros.
La erupción, registrada el 10 de junio de 1886, no solo la desplazó sino que también las ocultó. Luego, el cráter se llenó de agua.
Las cascadas y escaleras de agua se crearon por grandes cantidades de bicarbonato de calcio que fueron arrastradas por el agua caliente.

Las Terrazas Rosas y Blancas de Nueva Zelanda, uno de los paisajes naturales más increíbles del planeta y consideradas la octava maravilla del mundo, estaban dadas por perdidas, pero ahora un increíble descubrimiento las saca a la luz.

Todo comenzó siete años atrás, cuando la investigadora Sascha Nolden encontró los diarios que pertenecían al geólogo Ferdinand von Hochstetter. Allí estaba la ubicación exacta de las terrazas, por lo que ella se dedicó a localizarlas.

Creen que hay más bajo el agua y que el paisaje, si bien está sumergido, se encuentra igual que antes de la erupción volcánica que lo dejó bajo tierra.

El paraíso natural fue la atracción turística más importante del hemisferio sur y del Imperio Británico, pero por la acción volcánica y los 131 años que pasaron, el escenario cambió.

La investigación se publicó en Journal of the Royal Society of New Zealand y, según los especialistas, después de más de 2.500 horas de investigación en el último año, se logró determinar la ubicación de las terrazas. "Estamos más cerca de lo que nadie ha estado en los últimos 130 años", aseguran.

La investigación reveló que las terrazas ya no están debajo del lago, pero sí en sus orillas, tapadas por una capa de ceniza y escombros. La erupción, registrada el 10 de junio de 1886, no solo la desplazó sino que también las ocultó. Luego, el cráter se llenó de agua.

Las cascadas y escaleras de agua se crearon por grandes cantidades de bicarbonato de calcio que fueron arrastradas por el agua caliente.

Pese a la imponencia y la peculiaridad de las terrazas, nunca desde el Imperio Británico se intentó establecer en registros oficiales su ubicación exacta. Por eso, los investigadores debieron recurrir a documentos previos encontrados un siglo y medio después.

La investigación se encuentra en desarrollo. El paso siguiente será la exploración en el mismo territorio. Después de lograr el permiso del pueblo iwi para excavar el área en cuestión, el equipo espera comprobar su hipótesis: encontrar tal como estaba 131 años atrás la octava maravilla del mundo.






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