25/03/2020

Culturas

Hoy la iglesia Católica celebra la Anunciación del Señor

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24)
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Hoy la iglesia Católica celebra la Anunciación del Señor

La solemnidad de la Anunciación de Nuestro Señor Jesucristo, coincide en algunos países del mundo con el Día del Niño por Nacer, que se celebra cada 25 de marzo y que busca conmemorar, promover y defender la vida humana desde la concepción. Los católicos defendemos la vida desde el momento mismo de la concepción, pues recordamos que en cada niño en el vientre de la madre vive la dignidad de Cristo Rey.

Se lo cuento de nuevo, por las dudas lo haya olvidado.

Estamos en una ciudad de Galilea, que se llama Nazaret. Entonces el sexo no tenía la importancia extrema que tiene hoy. En ese lugar, había una virgen, desposada con un hombre llamado José, que era de la casa de David. Sobre lo de la “casa de David”, algunos expertos en la Biblia mal intencionados, dicen que no es cierto, que no hay pruebas suficientes y que Lucas y Mateo lo ponen a José como descendiente del reinaldo famoso, sólo para decir que se estaba cumpliendo con la vieja profecía que sostenía que el Mesías tendría esa ilustre parentela. Pero sí era.

Bueno, sigo. Resulta que Dios envió al ángel Gabriel cuando ella estaba en su casa, que le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. ¡Epa!, era una cortesía muy importante como para dejarla pasar así nomás, así que ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo.

Pero Gabriel la tranquilizó: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”.

Entonces María le hizo una pregunta que todavía hoy retumba con fuerza en el corazón de los hombres cuando se la repite: “¿Cómo será esto, si no conozco varón?”.

Los católicos, al menos, creemos que el ángel Gabriel no le mintió cuando le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril, porque no hay nada imposible para Dios”.

Y ella que, como hemos dicho era una mujer de pueblo, le respondió con palabras que han recorrido el mundo desde entonces como vientos huracanados, mostrando el poder de la humildad: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Entonces el ángel se fue.

Desvío. Abramos aquí un hilo nuevo de conversación, para recordar que “María”, según los etimologistas, corresponde al hebreo Miriam, que era la hermana de Moisés y Aarón, cuyos nombres son de origen egipcio. Por eso M R Y M, las consonantes de su nombre, son traducidas como “la amada de Amón”. Pero hay otras interpretaciones, como que San Jerónimo lo hace derivar del hebreo, en el que es “estrella del mar” y otros, más osados, sostienen que es “estrella de la mañana”, que es lo mismo que Lucero.

Coda. Durante muchos siglos el nombre de la Virgen María se consideró demasiado sagrado para usarlo con nombre de pila. En España se usaron en sustitución, sus advocaciones o atributos, como Pilar, Socorro, Concepción, Refugio, Amparo, Dolores, Soledad y muchos más. En inglés es Mary y sus apodos son Molly, Polly, May, Ria. En francés es Marie y su apodo es Manon. En ruso es Marya y su apodo, Masha. Su apodo vienés es Mitzy y en vasco es Mirenz.

Y no sé más sobre el asunto.

©Juan Manuel Aragón         

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