Astrología: Qué sabemos y qué ignoramos del signo de Leo

Cualquiera sabe que el León Mayor es la constelación zodiacal, al norte de la Copa, el Sextante y la Hidra, al sur de la Oya Mayor y del León Menor, al este del Cangrejo y al oeste de la Cabellera de Berenice. Quien levante la vista al Cielo, durante la noche, lo verá clarito, es un león patas para arriba, con la cabeza a la izquierda y la cola a la derecha. Su melena es el asterismo llamado Guadaña, integrado por Algenubi, Rasalas, Aldaferra, Algeiba y Régulo. La estrella Denébola, marca la punta de la cola. Unos le han contado 76 estrellas, otros 161.

Muchos ignoran que los nacidos con el Sol en el signo del León, son generosos, independientes, aplomados, audaces, apasionados, ambiciosos, petulantes, autoritarios, entusiastas, francos, pródigos, de gran vitalidad física y psíquica, veraces, valientes, lúcidos, sanos y robustos, de reacciones rápidas y fuertes. Políticos idealistas, les gusta ejercer autoridad y les entusiasma el bien común.

Tradicionalistas. Encantadores en sociedad, les agrada ser el centro de la reunión, ubicación que ocupan con naturalidad, les mortifica que les discutan. Tienen un sentido natural de la elegancia. Sus pecados son el orgullo, las ansias de prestigio, la vanidad y la prepotencia. La mujer leonina es la reina del hogar y ejerce tiránicamente su autoridad

Les son propicios los espectáculos, los lugares públicos, las asambleas, la política, la diplomacia, la milicia, los deportes, la dirección de empresas, la decoración, las obras de arte. Su astro regente es el sol.

Es el signo de Judá (Génesis XLIX, 9, Apocalipsis V, 5). En la Edad Media se lo vinculó con los leones de Daniel. El Sol se ponía ardiente y rabioso como un león. Los astrólogos antiguos lo vinculaban con subversiones y muerte de grandes hombres. Como se advierte, es un signo de fuego.

Juan Manuel Aragón

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