18/04/2022

Culturas

OPINIÓN

Redactar bien no cuesta mucho, etcétera, etcétera, etcétera

Por: Juan Manuel Aragón
Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24).

La palabra etcétera significa “y los otros”. Por cortesía se estima que no son todos sino solamente los conocidos por el interlocutor. En una conversación con amigos, uno cuenta: “Estaban Cacho, Andrés, Lito, el Cabezón, etcétera”. Se entiende, los demás también eran amigos y no hacía falta nombrarlos.

Hay “otros conocidos”, que se supone por todos sabidos. “La maestra enumeró los meses del año, enero, febrero, etcétera”. Lo mismo vale para los días de la semana, el nombre de los dedos de la mano, las provincias argentinas y pocos asuntos más.

Para peor, fijesé, hay largueros: en vez de poner “el general San Martín”, escriben “el general don José Francisco de San Martín” y luego, para ahorrar espacio, en vez de etcétera, ponen “etc.”. Incongruente.

Otros dicen: “Vinieron las comadres de mi mami, doña América, la Yola, doña Margarita, etcétera” y quedo en bolainas, porque, salvo esas mujeres, no conozco a las otras amigas de tu madre. O cuentan que, a la moción del club se adhirieron las Damas de Beneficencia Azulgrana, Chocos Unidos, los Yacansan del barrio Belgrano, etcétera. De nuevo no sabes quiénes eran los demás, una falta de respeto.

Se me hace que es una más de las tonteras que enseñan en la escuela, como parte de esa materia para bobos funcionales: Comprensión de textos. Los maestros saben que los chicos hallarán la palabra cada dos por tres y la hacen entender. Más la enseñan y más se la halla en libros, folletos, fascículos, tratados, panfletos, manuales, catálogos y libelos de toda clase, color y si me permiten, olor. Tufo, báh.





Recomienda esta nota: