30/07/2020

Opinión

Cómo mantenerse en sus trece citando al sabio Maimónides

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24)
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Cómo mantenerse en sus trece citando al sabio Maimónides

Una frase de en un libro u oída en la calle, es “mantenerse en sus trece”, referida a quien persiste con terquedad en sus argumentos o mantiene a todo trance su opinión. El mismo Miguel de Cervantes la usa cuando hace decir al virrey de Cataluña: “El señor don Quijote está en sus trece y vuesa merced, en sus catorce...”. El lenguaje tiene a veces historias bonitas para contar en sí y por sí mismo. Este dicho según unos, tiene un origen judío y según otros, católico. Ambos merecen conocerse.

La explicación judía explica: el sabio Maimónides, (Moisés ben Maimón) quien fuera algo así como el santo Tomás de los hebreos, pese a ser tenido como partidario de una religiosidad exenta de rigidez dogmática, formuló una síntesis de las inconmovibles creencias judías, en trece principios o raíces. Son los conocidos en hebreo como “iagicarim”.

La persistencia de los judíos medievales en mantener su fe resumida en esos trece principios, no obstante las persecuciones a que fueron sometidos, habría originado la frase. Por eso, quien está en sus trece denota firmeza en sus creencias, en sus acciones.

La etimología católica remite a Benedicto XIII, más conocido como el "Papa Luna" o también el antipapa. Se llamaba Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor y era un terco (terquísimo) español, aragonés. Su nombre como Pontífice no fue reconocido por la Iglesia. Unos siglos después vino otro Cardenal, cuando lo eligieron agarró y se puso Benedicto y a ese sí le dieron el número XIII en forma legal, digamos.

El Papa Luna en cambio,fue electo en el 1394 en medio de las luchas intestinas y las ambiciones de varios países por conseguir que la sede papal volviese al Vaticano. Cualquier pésimo alumno de la secundaria sabe que desde el 1309, la sede de los Papas estaba en Aviñón y está al tanto de las razones del traslado, aunque conozca los sucesos por la historia de Astolfi, no importa. No la repetiremos para no aburrir a los cultos lectores de estas pobres apostillas.

Su nombramiento chocaba a quienes reconocían a Bonifacio IX como Papa legítimo. Cuando Francia retiró el apoyo al impostor Pedro Martínez de Luna, se fue a vivir al Castillo de Peñíscola. Pero Martínez de Luna siguió actuando como Papa, a pesar de lo presionaban de todos lados para hacerlo renunciar, y por eso rápidamente se comenzó a utilizar, refiriéndose a él, la expresión “sigue en sus trece”. Ese trece era, como cualquiera se dará cuenta, por el número de su nombre papal. O sea XIII.

De las dos etimologías, la más bonita —sobre todo porque carece de la truculencia de la otra— es la de Maimónides, nacido en Córdoba, España y expulsado de allí por los siempre pérfidos musulmanes, junto a su familia y otros judíos. Pero otro día podríamos hablar de la interesante y azarosa vida de este hombre, posiblemente descendiente del rey David y gloria eterna del Parnaso de la ciencia hebrea.

Otros podrán afirmar que la frase viene de otra parte, aducir otro origen, otra etimología, pero cuando la comente a los amigos del café, sea motivo de debate en la oficina o anime la charla del mediodía con los hijos, se mantendrá en sus trece, la volverá a adjudicar al sabio Maimónides y si cita esta columna, al final hasta podría ganar la discusión.

Juan Manuel Aragón                   

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