21/11/2019

Deportes

La tremenda historia de Gabigol, de los tiros en la favela a goleador del Flamengo

Tiene apenas 23 años y una carrera llena de particularidades. “Teníamos tiroteos cerca. No había mucho que pudiera hacer. Nos metíamos debajo del sofá o la mesa”, contó sobre su infancia.
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La tremenda historia de Gabigol, de los tiros en la favela a goleador del Flamengo

Gabriel Barbosa Almeida tiene una carrera extensa, repleta de logros y particularidades. Gabigol apenas tiene 23 años cumplidos hace unos días atrás. El contraste entre su edad y todo lo que ha vivido en el fútbol profesional se combina con el enorme nivel que está manteniendo en el Flamengo que vuelven a posicionarlo como una de las máximas promesas del planeta. Sí, una joven promesa que ya jugó en equipos poderosos de Europa, logró títulos hasta con su seleccionado y fue máximo artillero de distintas competencias. Una promesa porque todavía está a tiempo de transformarse en la estrella mundial que su calidad le permitiría ser.

El ojo preciso del mismo captador de talentos que halló a Neymar supo que ese pequeño Gabriel de ocho años que acababa de marcarle los seis goles en un 6-1 del Sao Paulo sobre el equipo de futsal del Santos era una gema que no podía dejar escapar. Invitó al niño a tomar una prueba en el Peixe e inició una historia que terminaría con más de 600 goles en las divisiones formativas. No fueron más por un sencillo motivo: inició su trayectoria profesional con 16 años en el mismo partido que Neymar se despidió del club paulista para marcharse al Barcelona.

El muchacho que se crió entre tiros y necesidades en la favela de Montanhão –un barrio humilde de Sao Paulo– se transformó de golpe en el nuevo Neymar. “Vivimos en la favela. Pedimos prestado dinero para que Gabriel entrenara. Hemos visto gente morir delante de nosotros. Eran asesinos, tipos malos que mataban a otros tipos malos. Al principio fue difícil, pero luego hicimos muchos amigos y el vecindario se convirtió en un lugar agradable", reveló Valdemir Silva –padre del futbolista– en una antigua entrevista a UOL. “Afortunadamente no pasó nada con mis amigos, pero teníamos tiroteos cerca. Creo que asusté a mis padres. Era bastante pequeño, pero me mantuve tranquilo, no había mucho que pudiera hacer. Nos metíamos debajo del sofá o la mesa”, describió su infancia el atacante ante el sitio oficial de la Libertadores.

El Santos fue el salvoconducto para escapar a estas complejidades. A los ocho años se cargó la mochila de ayudar a su familia y ocho años más tarde lo logró. Una vez que saltó al plantel principal, no volvió a salir: anotó 2 goles en 13 partidos durante los primeros siete meses con el equipo del Santos. Las luces se posaron sobre Gabigol, quien había sido apodado así por sus amigos hacía ya varios años. “Gabigol es una broma de mis amigos, pero prefiero Gabriel. Es mi nombre”, llegó a quejarse con apenas unas semanas como profesional. Se quejó del mismo modo que lo hizo con el mote que lo perseguía: “Nadie será un nuevo Neymar. Él es único”.

Nunca pudo escapar a esas definiciones y terminó amigándose con aquello. Durante su primera etapa en la institución que lo formó, Barbosa Almeida firmó 41 goles en 130 partidos. Sucedió lo lógico: Barcelona, Chelsea, Juventus, Manchester United, Arsenal y hasta el sorpresivo campeón de la Premier League Leicester aceleraron las gestiones por él. Inter de Milán se adelantó a todos y a mediados de junio del 2016 desembolsó más de 30 millones de euros por su pase. La carta de presentación era contundente: campeón de los Juegos Olímpicos con Brasil por primera vez en la historia, conformando un ataque temible con Gabriel Jesús y Neymar.

En Italia comenzaron a evidenciarse sus problemas de conducta. Peleó el puesto con Mauro Icardi, pero nunca pudo ganarse la confianza de Frank De Boer, de Stefano Pioli o de Stefano Vecchi. Fue suplente en 35 encuentros, ingresó en 9 ocasiones y apenas en una presentación logró comenzar el partido desde el primer minuto. En febrero del 2017 celebró el único tanto con el Neroazzurro ante el Bologna tras empujarla abajo del arco.

El tic tac de la bomba se oía cada vez con más fuerza y explotó durante un partido contra Lazio por la Serie A en mayo del 2017, cuando Vecchi lo mandó a calentar y todo parecía indicar que Gabigol sumaría minutos. Sin embargo, Barbosa no entró, tomó sus cosas y se marchó al vestuario mientras el encuentro aún estaba en juego. “Tiene una gran calidad, pero debe estar al servicio del grupo. Estoy seguro que el club tomará una actitud y que servirá de ejemplo para el cambio de comportamiento necesario”, advirtió el DT. El joven de 20 años pidió disculpas rápidamente: “Tuve una actitud impensada e inadecuada. Reconozco mi error y me gustaría pedir mis mas sinceras disculpas”. Para entonces, su nombre estaba más emparentado a los problemas y a su relación con Rafaella Santos –la hermana de Neymar– que por su buen fútbol.

A punto de ser reconocido con el Bidone de Oro al peor jugador extranjero de la Serie A en la temporada 2017/2018 que cada año selecciona la Rai (recibió el 53% de los votos), Barbosa buscó refugio en Portugal por seis meses en el Benfica. El clima fue más espeso todavía: tuvo un confuso episodio de empujones con su compañero Jardel a días de haber arribado y su entrenador Rui Vitória prohibió que lo llamaran Gabigol porque eso era algo para “artistas”. Aunque también le dio un consejo clave: “Fui uno de los primeros en pensar que sería bueno para él regresar a Brasil”.

Con 106 minutos de acción y sin gritos, el delantero corrió de vuelta hacia su lugar en el mundo: Santos invirtió cerca de 2 millones de euros para sacarlo a préstamo del Inter y lo fichó a comienzos del 2018. “Estoy aquí de corazón y alma. Vine a Santos porque soy muy santista”, declaró en su retorno.

El furioso goleador no se había extinguido. Si bien no pudo repetir los títulos de 2015 y 2016 en el campeonato paulista, se destacó como una de las figuras del año y terminó como máximo artillero tanto en la Copa de Brasil –a pesar de la derrota de su equipo en cuartos de final– como en el torneo local, donde el Peixe navegó por la mitad de tabla. Debía buscar un nuevo desafío con esa mochila llena de 27 goles en 53 presentaciones

El rendimiento en este club lo transformó en un apellido de interés nuevamente. Inter barajó intercambiarlo por otra joven promesa del Santos y también equipos de la Premier League activaron su nombre en el radar. Finalmente, el Neroazurro decidió darle una ficha más para no descartar tan rápido su gran potencial: le extendió el contrato hasta 2022 y lo cedió por un año al Flamengo, que se hizo cargo del 100% del salario, superior al millón de reales.

En el Rubro-Negro nuevamente apareció con potencia el futbolista de elite, pero también le sumó algunos destellos problemáticos. En marzo tuvo un confuso episodio con Neymar Sr., padre de su por entonces ex novia, que casi termina con agresión física según relataron medios brasileños. Semanas más tarde, los rumores de un nuevo romance con Rafaella invadieron los medios y en noviembre confirmaron el regreso amoroso por las redes sociales.

Mientras tanto, tomó la determinación de transformar su físico y acudió a un famoso nutricionista brasileño que le dio una dieta estricta: por la mañana ingiere dos huevos y papaya con avena. En el almuerzo y la cena las claves están en las proteínas (pollo o pescado) y las verduras con aceite de oliva, limón y sal, además de arroz marrón. “Tuvo que renunciar a los dulces en general”, le dijo el doctor Eduardo Rauen al Folha de Sao Paulo. El goleador mantuvo los 77 kg pero su porcentaje de grasa disminuyó del 13.9% al 9%. Al mismo tiempo, sumó a un fisiatra que le hace tratamientos con máquinas de drenaje linfático, electromigorafía y electroestimulación muscular. Todos los especialistas que conforman su equipo de trabajo los paga él mismo de su bolsillo.

¿Los resultados? A la vista: tiene un promedio de gol en el año de 0,7 goles por partido con 38 gritos en 53 presentaciones. Es el máximo artillero de la Copa Libertadores con 7 celebraciones donde Flamengo buscará el título ante River luego de 38 años. El equipo, que acumula un invicto de 25 encuentros (20 triunfos), también está a punto de ser campeón del Brasileirao luego de una década con Gabigol también de goleador absoluto con 22 anotaciones. Por lo pronto, la medalla por obtener el brasileirao ya está en sus vitrinas.

Sin embargo, este enorme presente continúa empañado por algunas actitudes de Barbosa. Con 19 amarillas y 2 rojas en el 2019, quedó nuevamente en el foco de la crítica hace algunos días cuando fue expulsado ante Gremio y le hizo un provocativo gesto a la tribuna. “¡Por supuesto que me preocupa mucho! Es un jugador emocional con muchos problemas. Todavía no puedo equilibrarlo. Pero es joven y tiene tiempo para cambiar. Todos los grandes jugadores del mundo no tienen estas actitudes y situaciones que él tiene", lo castigó públicamente el DT Jorge Jesús.

A pesar de que los números y el nivel lo acompañan, en Inter ni se plantean repatriarlo más allá de la seria chance de quedarse sin Lautaro Martínez y con Mauro Icardi a préstamo en el PSG. El Niza francés mostró cierto interés, pero Flamengo pretende sentarse rápidmente a negociar tras la final de la Libertadores para extender la cesión que culmina en diciembre. Gabigol, mientras tanto, se debate entre ser la gran estrella mundial que promete ser o darle espacio a los problemas de conducta que lo alejan de las potencias europeas.




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