14/04/2017

El mundo

Denuncian la existencia de campos de concentración para homosexuales en Chechenia

Organizaciones de derechos humanos sostienen que el país de mayoría musulmana y que integra la Federación Rusa lleva a cabo una persecución implacable contra la comunidad LGBT, que incluye, torturas, secuestros y asesinatos.
Denuncian la existencia de campos de concentración para homosexuales en Chechenia | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

Cientos de hombres serían perseguidos y torturados por su orientación sexual en Chechenia. Foto dailymail.co.uk

Varias organizaciones de derechos humanos han dado la voz de alarma ante el brutal tratamiento que sufren los miembros de la comunidad gay en Chechenia, país integrante de la Federación Rusa.


Entidades como Human Rights Watch o la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA) han denunciado gravísimas violaciones de los derechos humanos en ese lugar después de que un periódico ruso informase que cientos de varones que la policía chechena ha identificado como homosexuales hayan sido arrestados, torturados y, muchos, enviados a centros de detención irregular. La historia, publicada por el diario crítico Nóvaya Gazeta, ha confirmado las sospechas de los activistas, que llevan años denunciando la situación y que han corroborado con varios casos la gravedad de la situación, señala El País.


De acuerdo con una denuncia de ese diario ruso, el gobierno de Chechenia habría instalado al menos un campo de concentración —podría no ser el único— en un antiguo complejo militar abandonado, adonde estarían enviando a cientos de homosexuales que están siendo secuestrados, torturados a golpes y mediante el uso de corriente eléctrica para que denuncien a otros gays y, en muchos casos, asesinados, señala el periodista y activista argentino Bruno Bimbi.


Varios testimonios de hombres que fueron detenidos cuentan que eran torturados con electricidad, sometidos a palizas y humillaciones y encerrados en celdas junto a otras 20 o 30 personas, en su mayoría drogadictos o sospechosos de ser miembros de organizaciones yihadistas como el autodenominado Estado Islámico (ISIS). Allí, relatan, no les dan de comer, duermen en el suelo y son obligados a delatar a otros homosexuales, indica El País.


El campo estaría localizado en Argún, a 15 kilómetros de Grozni, capital del país, un antiguo territorio soviético que actualmente forma parte de la Federación Rusa. La República de Chechenia está gobernada por un aliado del presidente ruso Vladimir Putin, Ramzán Kadýrov, un islamista fanático que ya se refirió a Charlie Hebdo como una “revista maldita”, ha sido acusado de cometer diversas violaciones a los derechos humanos y acostumbra usar uniformes militares y divulgar en Internet fotos en las que aparece con revólveres o ametralladoras en la mano.


“El área en la que se ha levantado el campo de concentración parece abandonada, pero no lo está. Es más como una prisión cerrada, cuya existencia no se conoce de manera oficial. Varias veces al día nos llevaban a un interrogatorio en el que nos golpeaban fuertemente. El único objetivo que perseguían con ello era del de conocer nuestra red de contactos, porque ellos creen que al ser homosexuales, toda nuestra red de contactos también lo es”, relató al periódico ruso un sobreviviente del campo de concentración, que dijo haber pagado miles de rublos en sobornos con la única promesa de no ser torturado lo suficiente como para morir. De acuerdo con este y otros testimonios, las palizas eran tan fuertes que llegaba a perder la consciencia. Los guardias los ponían en hileras, los golpeaban con palos, les escupían en la cara y los obligaban a practicar actos humillantes, durante los cuales se burlaban de ellos por su orientación sexual.


La persecución brutal contra los gays en este país —y, en general, en todo el territorio bajo control del régimen fascista de Putin— no es novedad. A principios de este mes, el diario británico The Guardian denunció que el gobierno de Kadýrov había lanzado una campaña de detención masiva de “sospechosos” de ser homosexuales y que ya habrían sido detenidos más de cien hombres de entre 16 y 50 años de edad, entre los cuales habría conocidas figuras de la televisión local y líderes religiosos. De acuerdo con esta denuncia, originalmente publicada por el mismo periódico ruso antes citado, al menos tres homosexuales habrían muerto durante las redadas. Las autoridades también estarían usando aplicaciones y redes sociales para cazar homosexuales, combinando falsas citas para secuestrarlos.


Si bien la información fue desmentida por el gobierno, las palabras usadas por el portavoz del presidente, Alvi Karimov, parecían confirmarla. Según Karimov, en Chechenia “no hay homosexuales” y, por lo tanto, “no puedes detener o perseguir a gente que simplemente no existe en esta república”. De acuerdo con los activistas gays rusos, es exactamente eso que está sucediendo en Chechenia: muchos gays están desapareciendo.


El vocero del gobierno checheno afirmó, según The Guardian: “Si hubiera gente de ese tipo en Chechenia, la policía no tendría que hacer nada con ellos puesto que serían sus familiares los que les mandarían a un lugar del que jamás podrían regresar“. De hecho, Novaya Gazeta informa que algunos de los homosexuales secuestrados por el gobierno habrían sido luego entregados a sus propias familias para que los maten “por una cuestión de honor”.


Ekaterina Sokirianskaia, directora de proyecto de Rusia del International Crisis Group, dijo a la CNN que en los últimos días recibió denuncias de diversas fuentes indicando la desaparición de homosexuales y confirmó que los “crímenes de honor” cometidos por la propia familia son una triste realidad —ya que los gays son considerados una vergüenza por sus familiares, por motivos religiosos—, información también confirmada por Amnistía Internacional.


En los últimos años, con el apoyo de su presidente, Rusia ha aprobado leyes federales y locales contra los homosexuales, por las cuales se considera delito cualquier tipo de manifestación pública, individual o colectiva, que reivindique o defienda los derechos humanos de lesbianas, gays, bisexuales y trans, y se refiere a ello como “propaganda de la homosexualidad”.


El primer condenado por la aplicación de una de estas leyes, aprobada en San Petesburgo, fue el activista Nikolai Alekseev, sentenciado por un tribunal de la ciudad rusa a pagar una multa de 5.000 rublos tras desplegar un cartel frente a la sede del municipio con la frase “la homosexualidad no es una perversión”. La ley por la que condenaron a Alekseev también relaciona maliciosamente la homosexualidad con la pedofilia y torna ilegal, por ejemplo, la marcha del orgullo, que es reprimida brutalmente por la policía. Las golpizas y asesinatos de homosexuales son comunes y la comunidad LGBT rusa vive con miedo. Recientemente, una imagen que muestra a Putin con los labios pintados y una bandera gay por detrás, que se había popularizado en Internet como forma de protesta contra la homofobia del régimen, fue prohibida por las autoridades, considerada subversiva.


La Unión Europea y el Departamento de Estado de Estados Unidos —que habla de “informes creíbles” que dan cuenta de la detención y tortura de un centenar de hombres por su orientación sexual— han reclamado a las autoridades rusas que investiguen lo que está ocurriendo en la república de Chechenia. "Es indispensable realizar investigaciones eficaces y exhaustivas sobre las informaciones de los secuestros y asesinatos de hombres homosexuales en Chechenia", ha exigido la alta representante de política exterior de la UE, Federica Mogherini, en un comunicado.


“Nuestras fuentes llevan años informando también de chantajes y palizas, pero nada comparado con los esfuerzos enfocados en cazar hombres gais, como está ocurriendo durante el último mes. En este tiempo, hombres percibidos como homosexuales han sido arrestados y enviados a centros de detención irregulares, torturados y humillados”, dice Björn van Roozendaal, director de programas de ILGA Europa.




Recomienda esta nota: