17/03/2021

Opinión

La raya de Escila y Caribdis o irse con la Número Dos

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24)
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La raya de Escila y Caribdis o irse con la Número Dos

Quien está en el límite o llegó a la raya, si camina medio paso más caerá en el pozo, se irá al infierno, lo meterán preso o la señora se dará cuenta. Andar entre Escila y Caribdis es distinto: es ser tironeado por dos fuerzas iguales y contrarias y tratar de mantenerse equidistante, pues cualquiera podría ser fatal.

Suponga dos islas, una es Escila, en cuyos acantilados vive un monstruo: lo comerá si se acerca a su costa, Caribdis traga agua todos los días y la regresa al mar en forma de peligrosos remolinos. No hay una opción buena: sin embargo, hay un estrecho camino en el medio, pasando por el cual no le sucederá nada.

Para sortear estos peligros se precisa una enorme templanza. El tipo que se tienta con el juego compulsivo o las prostitutas y debe dar un rodeo para no pasar por el garito ni por la casa de lenocinio. Para peor, ambos están en la esquina de su casa. Se la regalo.

Llegar al límite es estar en el casino, con el bolsillo vacío y tener el cajero automático a mano (es una religión que ambos sean cercanos, en algunas provincias). Pensar en la familia, los acreedores y resistirse a sacar más plata por miedo a dejarlos con hambre.

El que está entre Escila y Caribdis en cambio, acaba de ganar un fangote en la ruleta y cerraron el casino. No sabe si irse de putas o mandarse un viajecito de fin de semana con la Número Dos. Si rechaza cualquiera de las tentaciones de la carne, habrá triunfado. Si no, qué divertido.

Juan Manuel Aragón                   

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