20/01/2018

Argentina

Cerró un ingenio en Salta y hay 700 operarios en alerta

El Ingenio San Isidro informó el cese de su actividad productiva y notificó de manera informal a sus trabajadores, quienes denuncian un método extorsivo.
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Los trabajadores encuentran injustificable la medida. Foto tomada de El Tribuno Salta

A través de un comunicado que apareció publicado este sábado en los diarios de Salta y Jujuy, las compañías Prosal SA y Emaisa SA, propietarias del ingenio San Isidro, informaron el cese de la actividad productiva de la planta. La situación causó incertidumbre y preocupación entre los trabajadores del ingenio y sus familias ante la posibilidad de despidos o el cierre de la fábrica. El gremio que los representa repudió el accionar de la empresa y se declaró en alerta ante inminentes despidos.


La industria azucarera vive un momento de expansión, pero eso no impidió que el Grupo Gloria, de capitales peruanos, gerenciador del ingenio San Isidro, decidiera cerrar las puertas del establecimiento en Campo Santo, a 50 kilómetros de la ciudad de Salta. La empresa presentó un procedimiento preventivo de crisis ante el ministerio de Trabajo de la Nación e informó a sus trabajadores con un comunicado en la puerta del ingenio, no de manera formal.


Prosal y Emaisa informaron que ayer realizaron la presentación de un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) ante el Ministerio de Trabajo de la Nación “con el objetivo de encarar un proceso ordenado y pacífico de cese de actividades y desvinculación del personal”.


A través de un banner colocado en la entrada al predio, los trabajadores se enteraron de que cesaba toda actividad productiva en el ingenio por al menos tres meses. En el comunicado difundido a la opinión pública, la empresa achaca "a la intransigencia del sindicato" la responsabilidad de no haber alcanzado una solución a la situación de pérdidas económicas recurrentes del ingenio.


En la solicitada publicada en los medios, los responsables del ingenio señalan que "la crisis del sector azucarero de los últimos años, que es de público conocimiento, llevó a que los resultados del Ingenio San Isidro tuvieran una fuerte y significativa caída. A lo largo de los últimos tres años, el accionista mayoritario aportó más de 50 millones de dólares propios para sanear la situación financiera de la empresa, mantenerse al día en el pago de salarios y realizar inversiones de capital. Sin embargo, este esfuerzo no alcanzó para paliar el efecto de los importantes costos operativos, entre los que el costo laboral supera el 65 por ciento, generando un estado de desequilibrio financiero permanente".


Señalan que "la empresa propuso al Sindicato la reorganización de su estructura de personal para poder sobrepasar esta difícil situación y asegurar la continuidad de su actividad. No obstante, la constante intransigencia del Sindicato frente a cualquier intento de alcanzar acuerdos salariales razonables o a cualquier principio de implementación de decisiones vinculadas a la reducción de costos, impidió el diálogo constructivo y la posibilidad de encontrar una solución a la situación de pérdidas económicas recurrentes del Ingenio San Isidro".


Por ello, expresan que "las razones expuestas nos obligaron a plantear un Procedimiento Preventivo de Crisis de Empresas (PPC) ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, con el objetivo de encarar un proceso ordenado y pacífico de cese de actividades y desvinculación del personal". Aclaran finalmente que "durante el trámite del PPC, la empresa continuará cumpliendo sus obligaciones para con los trabajadores".




Ante esta situación, el gremio Soeasi que agrupa a los empleados y obreros del azúcar del Ingenio San Isidro, emitió un comunicado a sus trabajadores en el que señala que "ante los inminentes despidos en San Isidro, manifestamos nuestro más enérgico repudio a la actitud empresaria. Estamos convencidos que no se trata de costos empresarios, sino de una represalia a las conquistas obtenidas en los últimos tiempos en beneficio de los trabajadores".


En el texto consideran que "esta ofensiva está dirigida al Sindicato ya que lo quieren descabezar, de la misma manera que lo intentan en el Ingenio La Esperanza, en Ledesma y en El Tabacal". Desde el gremio señalan que "no hay razones económicas, solo se pretende afianzar el poder de los patrones y debilitar la organización y la lucha".

 

Ante esta situación, el Soeasi resolvió declarar "el estado de alerta y movilización, llamando a todo el departamento a acompañar esta causa en defensa de las fuentes de trabajo". El comunicado está firmado por el secretario general del sindicato de los trabajadores del Ingenio San Isidro, Mariano Cuenca.


“Somos 730 trabajadores, de los cuales hay activos 400, porque no estamos en período de zafra”, contó Cuenca desde Salta al diario Página/12 sobre el presente de la empresa, que con el comunicado en la puerta insta a “que los trabajadores dejen de asistir al centro de trabajo, cobrando el íntegro de las remuneraciones que les tocaría recibir si trabajaran normalmente”, según señaló.


El vocero narró que “no nos notificaron y se saltearon la instancia provincial” y que el cierre obedece a “una maniobra para abaratar costos, no quieren dejar pasar el momento de abaratar costos” y que la situación es “un método extorsivo”. El sindicato está en alerta y movilización para ver qué pasos a seguir, mientras espera que desde el ministerio de Trabajo los notifiquen.


El líder sindical alegó que “no hay razones que justifiquen” el cierre en este momento, cuando el mercado azucarero goza de notables beneficios. “El tipo de cambio favorece a la industria azucarera, se exporta a Estados Unidos, China y Europa y no paga derechos de exportación”. Además, el corte de alcohol en nafta benefició al sector con la suba de combustibles.


Según cifras del sindicato, el ingenio produjo el año pasado 45,5 toneladas de azúcar orgánica. La tonelada cotiza 690 dólares. Son 31 millones de dólares, o 597 millones de pesos. La producción de azúcar fue de 17,4 toneladas en el mismo período. Eso se traduce en 348 mil bolsas de 50 kilos, que se vendieron a un precio unitario de 500 pesos, lo cual reportó 174 millones de pesos de ganancias. En cuanto a biocombustible, 2017 reportó 12 millones de litros de producción. El precio de venta por litro fue de 15,60 pesos más IVA. La ganancia fue de 226 millones de pesos. Así, la ganancia total en pesos durante el año pasado fue de 998 millones de pesos.


Ahora, mientras esperan el llamado formal para hablar con la empresa en el ámbito del ministerio, el sindicato está alerta a los rumores que señalan un posible desembarco del Grupo Omega, que se hizo cargo del ingenio La Esperanza en San Pedro, Jujuy. (El Tribuno; PáginaI12)





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