Timberlake vuelve al Superbowl y podría actuar junto al fallecido Prince

n los Estados Unidos, los crímenes de escenarios prescriben a los 14 años. En 2004 Justin Timberlake fue uno de los dos protagonistas del "nipplegate" cuando le arrancó un bretel del vestido a Janet Jackson, al finalizar el show que compartían en el Super Bowl, y la dejó haciendo un "medio topless" frente a todo el público que colmó el estadio y a los más de 100 millones de espectadores que lo vieron por televisión.

Esta noche, el cantante pop volverá a actuar durante el entretiempo de la gran final de la liga de fútbol americano y demostrará que aquel incidente ya es cosa del pasado. De hecho, se convertirá en el artista más Super Bowl, porque con la de hoy será la tercera vez que suba a ese escenario que se improvisa en cuestión de minutos, en medio del campo de juego. Ya había cantado en 2001 cuando era parte del grupo NSYNC y en 2004 con Janet.

Se especula con la posibilidad de que Prince haga una aparición. Si bien el guitarrista está fallecido, Timberlake declaró que fue una gran influencia para él. La gente además lo reclama. Cuestión por la cual los dirigentes del espectáculo analizaron ponerlo en línea por medio de un holograma.

Para los que no son fieles seguidores del football da lo mismo quién juegue. Pero es justo decir que la final será entre los New England Patriots y los Philadelphia Eagles, y que los treinta segundos de publicidad televisiva ya están cotizando por encima de los 6 millones de dólares.

Sucede que en la cancha de los Minnesota Vikings (donde se jugará el match), entran unas 66.000 personas, pero al ser el espectáculo televisivo más visto por los norteamericanos, el cálculo de encendido de pantalla indica que durante el último lustro la cantidad de gente frente al televisor supera los 110 millones. Los tramos finales de los partidos son los que elevan las cifras muy por encima de su promedio pero hubo años en los que los shows del entretiempo, con estrellas del rock y el pop, han superado en audiencia, durante sus 12 minutos de duración, a los momentos más vibrantes de un partido.

El Super Bowl es un ritual de 52 años y por allí han pasado muchos artistas. Pero los expertos dicen que hubo un antes y un después de la actuación de Michael Jackson , el 31 de enero de 1993. El rey del pop subió al escenario a caballo de sus grandes éxitos y fue acompañado por 3500 niños.