Tucumán
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Ana Ríos no se suicidó y la causa está caratulada como femicidio
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Ana Ríos estaba a tres materias de recibirse de veterinaria. Sufrió durante dos años de una relación violenta que terminó con su muerte.
A partir de las pruebas recopiladas en el caso de Ana Gabriela Ríos, la estudiante de veterinaria que falleció el pasado domingo de Pascua después de agonizar durante tres días por las heridas sufridas al caer desde un cuarto piso, ahora su ex pareja se encuentra cada vez más complicado y es el único sospechoso por el crimen que ahora fue caratulado como femicidio.
La Justicia de Tucumán reunió nuevas pruebas y un audio que echó por tierra la coartada del ahora único inculpado, quien podría recibir una condena de al menos 20 años de cárcel.
Luego del sepelio de los restos de Ana, su padre viajó hasta la provincia de Tucumán para aportar datos a la Justicia sobre la relación que mantenía su hija con el único sospechoso del crimen, su novio Facundo Guerrero.
El padre de Ríos aportó como datos que su hija mantenía una relación tormentosa con quien era su pareja y que había sido agredida en reiteradas oportunidades, sino que además presentó un audio sobre un grave incidente que se había producido en 2016 y por lo que se inició una causa judicial que no prosperó porque ella no la habría continuado, según confirmaron fuentes policiales.
Varias personas ya declararon ante personal de la División Homicidios. La mayoría dijo que Guerrero habría tenido problemas de adicción. Fuentes policiales confirmaron además que habría dado positivo el análisis toxicológico que se le realizó.
Con los datos aportados, la fiscal Carmen Reuter procedió a cambiar la carátula de homicidio a femicidio.
La familia Ríos está convencida de que se trató de un episodio de violencia de género y descartaron que Ana haya querido suicidarse. "Esta claro que hubo una relación de violencia de más de dos años. Pudo haber sido Facundo, porque llegó al departamento después de haber estado con sus amigos y cada vez que tomaba se ponía violento", relató Marcos Ríos, el hermano de la estudiante.
La estudiante lo había denunciado por violencia de género en reiteradas ocasiones.
La joven estudiante se ganaba la vida en un bar para pagar sus estudios, le quedaban solo tres materias para recibirse de veterinaria, su sueño ahora quedó inconcluso para siempre. (eltribuno.com)
