24/03/2021

Opinión

Entre la exactitud y la puntualidad, elija llegar a tiempo

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24).
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Entre la exactitud y la puntualidad, elija llegar a tiempo

Un día, en clase de historia, las maestras llegaban a la Asamblea del Año XIII. Aprovechaban para enseñar los números romanos. Ya que estaban, pedían a los chicos dibujar un reloj en una cartulina y se daban a la ardua tarea de enseñar la hora. El palito chico indicaba las horas, el grande los minutos. En dos clases a lo sumo, sabíamos leer relojes y volvíamos a la historia.

El tiempo sólo es tardanza de lo que está por venir”, le dice Martín Fierro al Negro, en la payada. Claro, los de agujas daban una idea de lo que faltaba, lo único que importa de un reloj: la hora exacta, con minutos y segundos no importa mucho.

Me explico. Con los numeritos uno sabe exactamente la hora: 4:58. Con el de agujas tengo una mejor idea de que me falta una hora para las seis. Y le doy de vuelto los dos minutos.

Si le digo, parafraseando a Hernández: “El reloj sólo es aparato de lo que está por venir” no estaría tan mal. No sirve mucho para marcar una hora pues, de hecho, hay muy pocos exactísimos y siempre habrá que preguntar respecto a qué se mide su precisión. Y como las manecillas no dan vueltas al revés, tampoco sirve para marcar el pasado.

Esta nota la entenderán solamente quienes conocen los relojes de aguja, gente vieja, pasada de moda, obsoleta. No importa, va como recordatorio de un saber que nos fue útil toda la vida, nos ayudó a no llegar tarde y nos dejó la enseñanza de que no importa ser exactos (son las 9:44:53, cinco por ocho cuarenta, a nadie le calienta), sino llegar a tiempo y enhorabuena. Saludos.

Juan Manuel Aragón                   

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