03/10/2021

Opinión

Frases que los paparulos dicen solo por hacer ruido con la boca

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24).
Frases que los paparulos dicen solo por hacer ruido con la boca | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

Frases que los paparulos dicen solo por hacer ruido con la boca

A veces llenamos el tiempo con cualquier cosa y se nos ocurren frases de las que no sabemos su significado, si pensáramos bien, quizás estaríamos en contra, pero las largamos igual. Total, quién se va a andar fijando.

Acudamos a los ejemplos. Le cuentan un sucedido, no sé,a un perro le pasó el Flecha bus por arriba, quedó hecho papilla y su dueño está desconsolado. A usted se le ocurre: “Cuando las cosas suceden es por algo”. Y no, viejo, es por nada. ¿Quiere hallarle un significado profundo a la muerte de un animal?, ¿supone que los dioses se pusieron de acuerdo en mandarle un mensaje escondido detrás de una mascota muerta? Disculpe, pero para eso hay que creer en divinidades personalizadas. El perro murió porque se cruzó delante del colectivo en el momento equivocado, no le busque otra explicación.

¿Quiere otra? El mismo suceso anterior, la muerte del perrito etcétera. Y opina: “No existe la casualidad sino la causalidad”. ¿Sabe qué?, no hay nada para argumentar: es una frase tan tonta que no resiste un análisis más o menos inteligente, son ruidos hechos con la boca para llenar el aire con más aire.

Vamos por más. Cuando llega el verano y alguien avisa la temperatura de ayer, nunca falta el que argumenta: “Claro, pero la midieron en el aeropuerto, porque en casa hacía más calor”. A esos cabe preguntarles si creen que el Servicio Meteorológico debería tener un termómetro para seguirlo durante todo el día, dondequiera que vaya. Claro, amigo, se mide la temperatura en un lugar determinado, bajo condiciones iguales en todos lados, así puede comparar ciudad con ciudad.

Otrita. Suena una sirena y el paparulo larga: “Van rápido, porque se les enfría la pizza”. Caben dos posibilidades la primera es que no sepa que es un chiste muuuyyy viejo, pero, aunque sea malo, pasa. La otra es que lo crea y entonces es un caso a ser estudiado por la psiquiatría.

Esta es mundial: “El derecho de uno termina donde empieza el de los demás”. Ahá dice uno, cuál es la novedad o, en todo caso qué tiene de práctica la frase en un mundo con derechos difusos, no bien establecidos o sujetos a interpretación. Suena a: “Mi casa llega hasta la medianera con el vecino y ahí comienza la de él”. Mi casa (mi derecho), llega hasta donde empieza la del vecino y así hasta terminar con el último chino sobre la Tierra. Es el liberalismo extremo llevado a la insanía mental.

En Santiago del Estero había una que era magistral: “La provincia no es pobre, la han empobrecido, que no es lo mismo”. La decían casi todos, como si se les hubiera ocurrido hace un rato. Cuál es el punto, diga: ¿en un caso nos deberíamos sentir más desgraciados que en el otro?, ¿qué diferencia hay entre pobre y empobrecida, si al final estamos en lo mismo?

Pero si usted tiene otras frases que se dicen al manchanchi, sólo para hacerse pasar por inteligente, abajo tiene lugar.

Juan Manuel Aragón

Leer más notas de Juan Manuel Aragón

Contactar a Juan Manuel Aragón



Recomienda esta nota: