17/10/2021

Opinión

Las mujeres de hoy en día no saben ni hacer un mate cocido

Escribe Juan Manuel Aragón - (Especial para El Diario 24).
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Las mujeres de hoy en día no saben ni hacer un mate cocido

A veces se me hace que no es la pobreza la peor situación a que puede llegar una familia, sino la ignorancia. Hasta hace un tiempo, para graficar lo poco que sabía cocinar una persona, se decía: “Apenas sabe echar sal a la sopa”. Aunque usted no lo crea, amigo, hay gente humilde que ya no toma mate cocido si no es de los que vienen en saquitos. ¡No tiene idea de que se debe poner la yerba en un jarro con agua hervida! Y perdone la reflexión personal, pero no me lo han contado, lo he comprobado personalmente.

Hay mujeres humildes, más de las que cualquiera imagina, que no consiguen trabajo, tienen varios hijos y no saben pelar una papa. Oiga, no es que ignoran cómo preparar una milanesa, hacer un zapallito relleno o amasar un pan: les dan un pelapapas y se marean. Es tan así el fenómeno, que las casas que cocinan alimentos para venderla a domicilio han florecido no solamente en los barrios en que vive gente pudiente, sino en las más humildes villas de toda la Argentina y en pequeños y paupérrimos pueblitos perdidos en el mapa.

Si una costumbre se borra de la memoria colectiva, es de pensar que algo ha sucedido en el medio que impidió la continuación de aquellas acciones sabidas por una gran mayoría. En tiempos no tan antiguos, una mujer valía por lo que hacía en la casa, como que decirle “hacendosa” a cualquiera era un elogio.

Cocinar, lavar, planchar la ropa, limpiar pisos, tender camas, eran tareas propias de mujeres de todas las clases sociales, un estereotipo que las modernas generaciones intentan borrar de la faz de la Tierra. Muy bien, pero debería ser reemplazado por otras acciones igualmente valiosas que hasta el momento no han aparecido o no las estamos viendo. El problema es que, en muchos casos, quienes ignoran cómo hervir agua, apenas saben firmar. Al menos una generación ha perdido saberes que eran fundamentales en la sociedad de hace 30 o 40 años.

No se plantea aquí que el sexo masculino tiene prohibido realizar esos trabajos, pues en la sociedad moderna y en el actual esquema de familia, hay muchos hombres y mujeres que se reparten las tareas domésticas mitad y mitad. De hecho, en muchos casos, el hombre trabaja en forma remota, por internet, en la casa, mientras la mujer sale a trabajar y es él quien tiene la carga más pesada en el hogar.

Pero, digo: en muchas viviendas humildes, donde se supone que, si alguien no trabaja fuera, al menos debiera cocinar o manejarse en una cocina mínimamente. Si no lo hace y compra la comida más cara en otro lugar, debe ser por ignorancia, no hay otra explicación racional. Y no me refiero solamente a las mujeres, pues en la sociedad actual las tareas de la casa, cada vez más son realizadas por la mujer o el hombre en forma indistinta.

Ojalá que esta nota corra por carriles del pensamiento racional, ya sea para estar de acuerdo con ella o para disentir con fundamentos y que se aleje de los insultos que estos temas suelen traer aparejados. Si quiere injuriar, el que más gracia me hace es “misógino”, pero igualmente chistoso es “patriarcal” o el ocurrente “hetero patriarcal” de ahí para arriba aguanto todos. Meta nomás.

Juan Manuel Aragón

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