19/04/2019

Opinión

Religión y acidez

Ayunar hasta reventar

Como en cada Semana Santa los argentinos aprovechan el feriado y se vuelcan al turismo y sobre todo a la Gastronomía, en un atracón non sancto basado en una muy libre interpretación del mandamiento de abstinencia de la Iglesia Católica.
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El pescado a la parrilla es una de las opciones más buscadas para evitar la carne vacuna.

El Viernes Santo es el día de la Pasión de Cristo, en el que se conmemora el sacrificio máximo del Dios hecho hombre por el perdón de los pecados de toda la Humanidad, y en el que se explica la simbología de la Cruz, central en la fe de la Iglesia Católica. Entonces ¿Cómo es que llegamos desde ahí a las empanadas de vigilia y la humita en cantidades industriales?

Se trata de una de las fechas más importantes de la Liturgia, rodeada de varias tradiciones que como toda costumbre cultural, ha sufrido sus cambios y adaptaciones con el correr de los tiempos. En rigor de la verdad, el derecho canónico manda a todos los fieles católicos a guardar abstinencia de carne todos los viernes de Cuaresma, y en caso del Miércoles de Ceniza y Viernes Santo cumplir con un ayuno total, comiendo solamente pan y agua, siempre y cuando las circunstancias lo permitan (las personas mayores de edad, niños, quienes de todas formas tengan que trabajar, mujeres embarazadas, etc. pueden eludir esta rigurosidad).

La libre interpretación y una lógica relajación en los mandamientos religiosos, derivó este ayuno total en una prohibición de comer carne, y vaya uno a saber cuándo la costumbre se convirtió en un verdadero atracón vegetariano.

Humita, empanadas de atún, pescado a la parrilla, pizza, pastas de verdura, y el Domingo de Pascua toda una variedad de chocolates, huevos y rosca circulan en un fin de semana dedicado al exceso gastronómico en el que el recuerdo del calvario cristiano puede quedar tal vez reducidos a un cuadro de pesadez o acidez gastrointestinal.

Pero la fe católica está llena de interpretaciones libres, contradicciones y licencias que a veces poco tienen que ver con las enseñanzas más importantes de las doctrinas, se puede pensar por ejemplo en el caso cercano del incendio que destruyó buena parte de la catedral de Notre Dame en París, y las donaciones multimillonarias que aparecieron casi de inmediato ¿Debería ese dinero haber ido a los millones que padecen hambre en el mundo? ¿Las cámaras de la televisión internacional son lo único que llega a aflojar el bolsillo de algunos filántropos? ¿Soy malo o infiel por comerme una milanesa en Semana Santa?

Más allá de las costumbres modernas, la Iglesia Católica, y principalmente esta nueva Iglesia Católica renacida desde el Papa Francisco, llama a aprovechar la Semana Santa como un tiempo de reflexión y meditación, y más allá de lo que uno tenga en el plato, lo más valorable seria encontrar la forma de que sea compartido. ©ElDiario24




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