30/12/2021

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Santiago Apóstol: el santo que España venera

Por: Juan Manuel Aragón
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Santiago Apóstol: el santo que España venera

El 30 de diciembre la Iglesia Católica recuerda la Traslación del Apóstol Santiago. Un acto solemne rememora este hito en la Catedral de Santiago de Compostela. Pero para entenderlo hay que moverse hacia el año 860, cuando sus restos fueron trasladados tras ser decapitado por orden del rey Agripa I. Es lo que afirma el martirologio de Floro de Lyón, religioso y escritor, la primera fuente que cita la devoción a las reliquias de Santiago en el occidente peninsular ibérico. En él remarca que en este rincón de España los restos “son venerados con una veneración celebérrima”.

“Existe una serie de textos legendarios datados entre los siglos IX y X, reflejo de otros más antiguos desaparecidos. Muchas de sus afirmaciones hallaron confirmación en los hallazgos arqueológicos y epigráficos habidos en los siglos XIX y XX”, afirma el texto de Juan José Cebrián Franco, sacerdote, historiador y director de la Oficina de Sociología, Estadística e Internet del Arzobispado de Santiago, fallecido en el 2009. No queda constancia de que los restos fueran depositados en Jerusalén, después de que los discípulos del Apóstol decidieran embalsamarlo e introducirlo en una de las embarcaciones que en primavera y verano hacían la travesía por mar a través del Mediterráneo.

Lo tuvieron que hacer así después de que sus restos fuesen colgados en el desierto de Judá para que las aves carroñeras y animales acabasen con el cuerpo. Los discípulos se vieron obligados a robar el cuerpo, y por lo tanto, escapar, en una travesía que se define como “feliz”, ya que “parecería guiada por la mano del señor”. Llegan al puerto de Iria, en la actual Pontecesures, Galicia. Cambian de embarcación para navegar por el río Sar y llegar a Padrón, cercana a Santiago de Compostela.

Allí, se dirigieron “a la señora o reyezuela llamada Lupa o Atia a quien pidieron permiso y un lugar para sepultura de su maestro”. Después de tener que rescatar el cadáver del desierto, al otro lado del Mediterráneo la travesía tampoco sería fácil. Lupa los remitie al Prefecto romano que estaba en Dugium (Duyo). “Este, quizás pensando que los discípulos eran autores de un crimen con sus maestros, los encarceló”, relata el texto. Pero, al tiempo, los que los perseguían en su huida “perecieron al desplomarse un puente cuando lo cruzaban”, reza el texto.

No dio el brazo a torcer Lupa, aunque estuviese “admirada” por lo ocurrido. Quiso deshacerse de ellos: “Les mandó a buscar un carro y bueyes para el tiro al Monte Ilicinio Lo que allí había eran toros bravos. Estos se dejaron uncir mansamente al carro”. Un nuevo problema que se solucionaba para estos discípulos. Lupa acabó compartiendo con el Apóstol su propio sepulcro. Siete de los nueve discípulos volvieron a Jerusalén; otros dos se quedaron cuidando el sepulcro. Discípulos hasta el final, Atanasio y Teodoro quedaron a cargo del cuidado de la comunidad cristiana del lugar. Ellos serían los primeros obispos de Santiago, y finalmente, cuando su hora también llegó, fueron sepultados a “ambos lados del maestro”. Este lugar sería incorporado a la diócesis de Iria.

Se pierde la pista de este lugar durante un siglo: cuando llega la invasión musulmana “se desertiza”. Relata el texto que hacia el año 829 el obispo de Iria, Teodomiro, se lanza a buscar la tumba. La encuentran y llama al rey Alfonso II que se convence de que el “hallazgo es auténtico y apoya la construcción de un Santuario y un monasterio”. Finalmente, el Obispo de Iria “traslada su residencia al Lugar de San Jacobo y 30 años después Floro testifica que su sepulcro era celebérrimo”.

Otras conmemoracioes del 30 de Diciembre

Es también el Día Internacional del Cine Indio.

Los católicos recuerdan a los santos Anisia, Anisio de TesalónicamEgvino de Worcester, Exuperancio, Félix I, Geremaro de Flay, Hermetes de Bononia, Jocundo, Raúl, Judit, Lorenzo de Fraxanone, Perpetuo obispo, Rainerio de Vestinos, Rogelio de Cannas, Venustiano mártir y los beatos Eugenia Rivasco, Juan María Boccardo, Margarita Colonna y Radulfo abad.

Juan Manuel Aragón                   

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