Si no te gustan las reglas del tenis no juegues al tenis

Mucha gente se hace socia de un club, pongalé que es de tenis. Si le gusta practicar este deporte, le dirán que se debe jugar de zapatillas especiales y hay que llevar una raqueta, pelotas y un compañero que también sea socio, luego esperar el turno en una cancha y listo. Una vez en el campo de juego, se trata, fundamentalmente de hacer que la pelota pase por encima de una red y dé botes en determinados lugares, marcados de antemano. En realidad, es un juego con pocas reglas, pero todas muy estrictas.

Es muy posible que no lo dejen jugar al tenis con botines de fútbol o usando un palo de golf. La primera vez es posible que le expliquen que las zapatillas de fútbol arruinan el polvo de ladrillo, la segunda lo sacarán carpiendo. Si pide explicaciones le dirán simplemente “son las reglas”.

Cada club, cada sociedad, cada corporación tiene sus normas de conducta, sin las cuales no es posible decirse de un lugar. Volviendo al caso del club de tenis, es lo mismo que sostener que uno es fanático de ese deporte, pero no juega porque no le gustan las zapatillas que le piden ahí.

Si alguien dijera que le gusta el tenis como concepto, pero no como una práctica, le dirían que está loco. Peor todavía si dijera que no se sabe muy bien las reglas del juego, pero que sin embargo es un admirador de este deporte.

¿Ha visto que hay tontos que dicen que son católicos pero no están de acuerdo con la Iglesia? Bueno, lo mismo. Mejor sería que se hagan de otro club religioso o de ninguno. Muchos no están de acuerdo con el celibato sacerdotal, la confesión, las misas, los sermones, la extremaunción, los curas o el Papa. Acuden a los templos para las grandes ocasiones, bautizan a sus hijos, se bancan que hagan la comunión y se confirmen, desearían que se casen en un templo.

Sí, pero para ellos todos los curas son pedófilos, a misa van los que gustan de golpearse el pecho, la confesión es solo para Dios, el celibato es una tontería de tiempos pasados, en fin.

Es lo mismo que el club de tenis. Si nadie los obliga, si no están de acuerdo, ¿por qué siguen yendo?, ¿por qué no se hacen de otras iglesias, confesiones, creencias o religiones que no les imponen estos asuntos con los que no comulgan (perdón por la palabra) para nada?

Bueno, esito nomás quería reflexionar hoy.

Sigan con lo suyo.

Buenos días.

Juan Manuel Aragón                   

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