Javier Milei aseguró que la inflación en Argentina bajará recién en 2025

El presidente electo, Javier Milei, prevé que su gobierno podrá controlar la inflación entre julio y diciembre de 2025, es decir, en un lapso de 18 a 24 meses después de asumir el 10 de diciembre.

El próximo jefe de Estado también anticipó una caída en la actividad económica durante los primeros meses de su gestión. La retracción del Producto Bruto Interno, junto con la aceleración de precios, se denomina en términos económicos "estanflación", un concepto que Milei utilizó para describir los tiempos que se avecinan en Argentina.

"Habrá una estanflación porque cuando hagas el reordenamiento fiscal, eso impactará negativamente en la actividad económica", afirmó Milei en diferentes entrevistas.

Milei explicó que la inflación persistirá debido a las acciones pasadas del gobierno anterior. Su enfoque para detener la emisión de dinero y poner fin a la inflación se basa en evidencia empírica, comparando con el caso de la convertibilidad que tardó 20 meses.

En octubre, el Indec midió una inflación de 2023, y se espera un aumento considerable en noviembre después de la victoria electoral de La Libertad Avanza. Específicamente, dos días después del balotaje, los supermercados recibieron listas con subas de hasta un 45 por ciento.

El economista Fausto Spotorno predice una inflación anual cercana al 300 por ciento en 2024.

Milei destacó que durante su mandato no habrá una Secretaría de Comercio dedicada a controlar precios, y planea liberar la mayoría de los productos. Estas declaraciones son coherentes con sus planteamientos durante la campaña, donde aboga por la regulación de precios por oferta y demanda en lugar de controles gubernamentales.

La estanflación, caracterizada por alta inflación y caída de la actividad económica, puede tener consecuencias negativas en los indicadores socioeconómicos. Los expertos sugieren que este escenario puede llevar a pérdida de empleo, disminución del poder adquisitivo y dificultades para las empresas.

Históricamente, Argentina experimentó un proceso de estanflación en los últimos doce años, marcado por un deterioro en los indicadores socioeconómicos debido a crisis recurrentes. La consultora Equilibra señala un retroceso en los ingresos laborales y un aumento en la tasa de pobreza.

La inflación y la estanflación se diferencian en que la primera es un aumento generalizado de precios, mientras que la segunda implica también una desaceleración económica y un aumento en el desempleo. La estanflación es menos común pero ha ocurrido ocasionalmente en la historia económica.