Opinión
El dinosaurio más grande del mundo, la avenida, las mujeres
Por: Juan Manuel Aragón
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El dinosaurio más grande del mundo, la avenida, las mujeres
Han hallado en la Patagonia el que quizás sea el más grande dinosaurio del mundo. Lo que nos faltaba, ya tenemos la avenida más ancha, y nos cae este regalo del Cielo para demostrar que los argentinos somos los mejores de punta a punta. No nos gana nadie.
A las mujeres más lindas las damos por descontadas, de ellas se admiran los extranjeros cuando vienen al país, lo mismo la carne, con decirle que no le agregamos nada, la asamos así nomás, sin ninguna salsa, pues su solo sabor es suficiente para hacer el mejor asado del universo.
Para qué hablar del deporte: capísimos, nadie nos gana en fútbol, boxeo, hockey femenino sobre césped, rugby. Es cierto que hay muchos otros en los que no nos destacamos, pero es por la confabulación que existe en contra de la Argentina. Siempre que hemos tenido a alguien destacado, se han cruzado intereses de otros países, empresas mundiales, líderes de imperios, para quitarnos de la mano triunfos consolidados. Aunque sea de esa indirecta manera, reconocen nuestra superioridad.
Los logros en el campo intelectual también están descontados, aquí se perfeccionó el sistema de identificación mediante huellas dactilares, se ideó el bolígrafo y la gomina, ¿qué me dice? Los argentinos participan en los proyectos científicos más importantes del mundo, como lo testimonian los diarios a cada rato. Para qué mencionar de Borges; está bien, no lo he leído, pero despierta admiración en los estudiosos de otros países.
Es posible que me haya olvidado de algún otro logro de los compatriotas, profesionales en todas las manifestaciones culturales del mundo, hasta en las más inverosímiles. ¿Buscan un experto en hormigas?, lo tenemos, ¿en medicina del deporte?, ¡puf!, hay a patadas, ¿en relaciones internacionales?, somos expertos, ¿no sabía?
Y como acaba de leer, nadie, pero nadie—nadie en todo el redondo mundo nos gana en chauvinismo barato. A centavitos la docena, hay para regalar.
