11/07/2017

Tucumán

Letras

Mariana Enriquez en el FILT: "Hablar de Literatura es casi antinatural"

La escritora y periodista visitó la provincia de Tucumán para cerrar el encuentro literario por el que pasaron narradores, poetas y editores.
Mariana Enriquez en el FILT: Hablar de Literatura es casi antinatural | El Diario 24 Ampliar (1 fotos)

Mariana Enriquez participó del Festival Internacional de Literatura que tuvo lugar el pasado entre 6 y el 9 de julio en el MUNT.

El Festival Internacional de Literatura cerró ayer, domingo 9 de julio, con una charla con la escritora Mariana Enriquez.

En el evento contó con un varieté de poetas, narradores y editores entre ellos Daniel Guebel, Hebe Uhart, Máximo Chein, Daiana Henderson. El cierre  tuvo en su mesa a Mariana Enríquez, autora de Las cosas que perdimos en el fuego, Bajar es lo peor, entre otros.

Escribe para El Diario 24, María Cecilia Farías, profesora en Letras de la Universidad Nacional de Tucumán:

“Hablar de Literatura es imposible, así que hablemos de otra cosa”, dice Mariana Enríquez al comienzo de la charla que se hizo como cierre del FILT, evento en el que desfilaron poetas y narradores locales e internacionales estos tres días. La sala audiovisual del MUNT está llena, hay gente parada y sentada en el piso para escucharla. No somos una multitud, pero somos muchos los que la conocemos y algo especial descubrimos en ella.

La profesora Verónica Juliano, de la cátedra de literatura Argentina de Filosofía y Letras la presenta: Un rasgo principal en su escritura es la heterogeneidad de referencias: cómics, rock, series de televisión hacen a su figuración de autor, se declara fan de Stephen King y usa la palabra fan más de una vez porque habla de su última novela: Este es el mar.

En sus best of menciona: jóvenes lánguidos de los años 90 (para el público que como ella aman las series piensan en Tate de American Horror Story), mujeres difíciles, gente que desaparece, Buenos Aires, niños malos (muy malos) y la juventud siempre cercana a la perversión. "Es que escribir sobre el borde es más fácil" dice ella, mientras recuerda a Carrie y piensa en esta elección de lo sobrenatural que sigue siendo un sentir de clima de época. “Si le ponés un arma a Carrie en esa fiesta tenés una novela realista mostrando el sentir del bullying y las masacres adolescentes en EEUU”, ilustra. "Los adolescentes, los jóvenes todos juntos, producen esa energía particular, siempre cercana a hacer estallar algo". Recuerda a propósito la irrealidad que le género una de sus experiencias de periodista cultural cubriendo un recital de Backstreet boys, algo de eso es germen en Este es el mar.

Antes de que le preguntemos se adelanta y hace referencia a como la violencia política de la última dictadura aparece como en fantasy o cuento de terror: “Me inquieta la desaparición y punto”. Con esto nos pone a pensar en el lugar de inscripción de su obra en el eje Memoria y Literatura, ya que pertenece sin duda a un corpus (su relato El Ahorcado es uno de los que forman la compilación Golpes de Victoria Torres con prólogo de Miguel Dalmaroni.)  “Es así”, dice, “ya el lenguaje mismo de esa realidad es del cuento de terror: el verbo chupar, ‘chupadero’ remite al horror ¡no?”

“Hay cosas en el horror cuando se piensa en las cuestiones sociales donde el salto es chico -en alusión a Chicos que aparecen- dónde hay algo así como una pedagogía de la crueldad en ese mirar haciendo como sin mirar” Y agrega: “No ignoro lo que estoy diciendo. Hay mucho escrito sobre la dictadura y yo no tenía ganas de lanzarme de cabeza en eso” Pero sí señala que sus primeros recuerdos de lo explícito de la palabra tortura y captura se lo dieron las revistas de la época de la reciente democracia. “En esos titulares tenés ya la impresión para construir un asesino serial”.

Sobre la cuestión de la forma y los géneros, coincidiendo con la mesa anterior donde Hebe Uhart había hablado de como las formas cambian –“una novela larga es impensable”-, se declara atenta a las nuevas formas: “Sin duda la tecnología forma parte de la vida por qué no habría de aparecer en mis cuentos” (aquí conviene recomendar Verde rojo anaranjado de Las cosas que perdimos en el fuego). En sus cuentos hay algo para sumar a la tecnología, y es a partir del terror. Una fórmula que nos guiña el ojo a los seguidores de Black Mirror.

"Hablar de Literatura es casi antinatural" dice en alusión a toda la "palabrería" que se usa a la hora de referirse a la escritura, y enumera: talleres, clínicas, etcétera. Cuando le preguntan sobre el proceso de la escritura, dice "me cansé hasta de mentir sobre esto de los 'decálogos', 'pasos', 'formas'".

La presencia de los medios y a lo popular como material literario ya formó parte de la escritura de Manuel Puig, rescata eso aunque advierte, “ahora escribir un cuento desde la forma de mensajes de texto tampoco, eso no”. Sobre el tema suma también, “internet permite algo maravilloso que es la auto publicación, hay expresiones como las historias paralelas que nacen de las fanfiction y eso no es nuevo. Tiene algo de pop. Ya los fans de Star Trek hacían historias paralelas por ejemplo una de amor entre Capitán Kirk y Spock, cosa que a mí me parece lógico” dice risueña.

Cuando se le pregunta acerca de la atención especial que parece darse como fenómeno editorial a las mujeres contesta: “Es una estadística, las mujeres consumen más literatura que los hombres y la mujer prefiere leer a otra mujer”. Sin embargo, se confiesa alerta a la idea de las agrupaciones, mesas de mujeres, como si la mujer solo pudiese escribir sobre intimidad. “Hay un registro de la experiencia de ser mujer, sin duda, ahora yo no sé si eso tiene que estar en la literatura”.

Se refiere a la discusión central llevada como reclamo sobre la desaparición de mujeres y que sin duda tendrá que hacerse sentir, quizás por eso las mujeres de su obra suelen ser apabullantes.

Antes de despedirse nos lee un fragmento de Este es el mar, elige un fragmento donde la fuerza femenina es vista también cercana al lado oscuro. ©eldiario24.com





Recomienda esta nota: