¡Ah!, los apellidos, el tontaje y las reglas ortográficas para escribirlos

Los apellidos generalmente vienen en una sola palabra: López, Pérez, Acuña, Flores. Con esos no hay drama; si es uno solo y no doble, mejor. El problema es cuando vienen con algún aditamento.

Vea, el apellido de Francisco de Narváez no es “de Narváez” sino solamente “Narváez”, lo mismo que el de Fernando de la Rúa, que es “Rúa”. Usted dirá: “Este tipo está loco, todos hemos leído en los diarios, hemos oído en la tele y en la radio que es ´De la Rúa´ o ´De Narváez´”.

Si la norma rige para todos, entonces explique también porqué el general San Martín no es el general “De San Martín”. O por qué la calle se llama Urquiza y no “De Urquiza”. Ya que estamos la calle Pueyrredón en todo el país es Pueyrredón y no “De Pueyrredón”. Dicho de otra forma, cuál es la razón ortográfica para que haya una regla para los modernos y otra para los antiguos, si a los dos los seguimos mentando hasta hoy.

Qué razón tienen algunos para nombrar a alguien con el segundo apellido es otra pregunta que no tiene respuesta. Es decir, por qué Horacio Rodríguez Larreta es solamente “Larreta”, pero Vicente López y Planes no es “Planes”. Vamos a este caso, si usted nombra a Nicolás Rodríguez Peña, el que estuvo en el Segundo Triunvirato, todos saben quién fue. Pero si le dice Nicolás Peña, no lo conoce ni la madre.

Otra cosita, no se entiende muy bien cómo funciona el prefijo “ex”. Veamos, cada vez que lo nombran a Raúl Alfonsín, algunos le ponen el “ex presidente”. Uno piensa, desde la lógica estricta, tienen razón, porque una persona es “ex” todo cuando se muere. Muy bien. Pero nadie dice “ex” general San Martín, “ex” presidente Urquiza o “ex” presidente Mitre. ¿No están todos muertos?, ¿por qué para sivale el “ex” Alfonsín, si es tan finado como los otros?

Dirá entonces el tontaje, che, pero los muertos nuevos deben llevar el “ex” para que nadie los confunda. Muy bien, ¿cuántos presidentes Alfonsín hubo? Se justificaría si en una misma conversación uno hablara del actual presidente Alfonsín y del ex presidente Alfonsín. Pero ¡hubo uno solo! Si usted dice “presidente Alfonsín”, ¿con cuántos otros presidentes el mundo lo podrían confundir?

Peor es lo que le hacen a Diego Armando Maradona, que también le ponen “ex jugador de fútbol”. Maradona no va a ser nunca un “ex” jugador, es parte de su esencia, le sacan el fútbol y es un don nadie cualquiera de la calle. Maradona vive fútbol, respira fútbol, sueña fútbol, planea fútbol, duerme fútbol, come fútbol ¿y quieren que sea “ex” jugador? Están locos.

Hay casos como estos, como para hacer dulce. Pero por hoy suficiente.

Mañana será otro día.

Juan Manuel Aragón                   

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