La cooperativa tucumana que produce ladrillos ecológicos con desechos de la industria minera

La cooperativa tucumana Parceros desarrolla bloques para la construcción, a partir de un material de descarte conocido como perlita expandida. El proceso de producción cuida el medio ambiente.

Con el objetivo de transformar un desecho y convertirlo en materia prima para fabricar un producto sustentable, los emprendedores tucumanos que integran la Cooperativa Parceros que, en 2019, comenzaron a producir y a comercializar ladrillos ecológicos a partir de un material de descarte de la industria minera. Para impulsar el proyecto, la cooperativa obtuvo recursos financieros del Fondo para el Fomento Productivo, que administra el IDEP Tucumán (Instituto de Desarrollo Productivo).

En la actualidad, el emprendimiento cuenta con una capacidad de producción de 50.000 bloques mensuales, que comercializa para la construcción de viviendas particulares, para ampliaciones y para edificación de módulos habitacionales.

El geólogo tucumano, Álvaro Luis Alderete Hassan, titular de la Cooperativa Parceros, explica que los bloques ecológicos, que comercializan bajo la marca Perblock, están fabricados con un desecho de la industria minera conocido como perlita expandida, que se obtiene de un proceso industrial con la perlita, una roca volcánica que se extrae de yacimientos mineros ubicados en Salta.

"En una planta procesadora de la perlita, que funciona en Lastenia, al este de Tucumán. Se recibe la roca volcánica y, luego de un proceso industrial, se genera el material de descarte. Es un polvo muy fino y liviano que, al volar con el viento, queda suspendido en el aire como ocurre con la ceniza que arrojan las chimeneas de los ingenios. Aunque no es tóxico, genera una atmósfera irritante para los habitantes de Lastenia. Nosotros utilizamos este residuo minero como materia prima para fabricar los ladrillos", remarca.

La perlita expandida tiene muchas ventajas para producir ladrillos, según advierte Alderete Hassan. "Estos bloques ecológicos son resistentes y más livianos que los ladrillos convencionales. El trabajo de construcción es mucho más rápido y a un menor costo. Además, el material de los ladrillos es un aislante térmico y acústico", señala el emprendedor.

Por otro lado, recalca que el producto tiene aprobada la Solicitud de Patente de Invención, que fue publicada por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI).

Proceso de producción

La cooperativa se encarga de trasladar el polvo de descarte minero desde la planta procesadora de Lastenia hasta sus instalaciones productivas ubicadas en Banda del Río Salí.

Para esto, utilizan bolsas especiales, totalmente cerradas, de un metro cúbico de capacidad, que permiten trasladar el material sin que se vuelque al exterior, según el protocolo autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente de Tucumán.

Una vez que llega a la fábrica de ladrillos, la perlita expandida ingresa en la línea de producción.

Primero se mezcla el polvo con agua y cemento; luego se coloca esta preparación en una prensa hidráulica con molde que la comprime. De este paso se obtienen los bloques terminados.

El proceso productivo es completamente sustentable porque no se utiliza la quema para consolidar los bloques de construcción, como ocurre con los ladrillos tradicionales. Los bloques de perlita expandida se consolidan con el cemento y se secan a temperatura ambiente durante 28 días.

"Esta es una desventaja respecto de los ladrillos tradicionales. Pero estamos comprometidos con la sustentabilidad, aunque tengamos que esperar para salir al mercado", subraya el geólogo.

Para acelerar el desarrollo del proyecto, la Cooperativa Parceros obtuvo financiamiento del Fondo para el Fomento Productivo, la línea de préstamos que administra el IDEP Tucumán para PyME y empresas de la provincia.

"Fue el impulso que necesitábamos para terminar de adecuar nuestra planta de producción", concluye Alderete Hassan.