19/07/2016

Tucumán

Identificaron a tres miembros de la familia Rondoletto en el Pozo de Vargas

Se trata de Silvia Margarita Rondoletto, Jorge Osvaldo Rondoletto y María Cenador de Rondoletto, hermanos y madre de Marta, militante y referente de Derechos Humanos.
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Jorge Rondoletto, Azucena Bermejo, María Cenador, Pedro Rondoletto y Silvia Rondoletto, durante un festejo por el aniversario de bodas de los padres de Marta.

Los restos de María Cenador de Rondoletto, Silvia Margarita Rondoletto y Jorge Osvaldo Rondoletto, secuestrados y desaparecidos durante la última dictadura cívico militar, fueron identificados en la fosa de inhumación clandestina conocida como Pozo de Vargas. El hallazgo y posterior identificación se realizaron a partir del trabajo del Colectivo de Arqueología, Memoria e Identidad de Tucumán (CAMIT), responsables de la intervención forense y el trabajo conjunto con la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas (ILID)- Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).


Quien dio la noticia fue Marta Rondoletto, hermana de Silvia y Jorge e hija de María Cenador. Marta es militante histórica de Familiares de Desaparecidos de Tucumán (Fadetuc), y es la única sobreviviente de la familia. El 2 de noviembre de 1976, junto a sus hermanos y su madre, también fueron secuestrados su padre, Pedro Rondoletto y su cuñada (esposa de Jorge), Azucena Bermejo de Rondoletto, de quienes aún se desconoce su paradero. Azucena estaba embarazada cuando ocurrió el secuestro en el domicilio de la familia, situado en la calle San Lorenzo, en San Miguel de Tucumán.


A continuación, la carta que escribió Marta Rondoletto al respecto:


Estimados: por este medio, les hago saber que tres miembros de mi familia detenida desaparecida, han sido identificados, luego de que parte de sus restos fueran extraídos del Pozo de Vargas. Son ellos: María Cenador de Rondoletto, Silvia Margarita Rondoletto y Jorge Osvaldo Rondoletto, mi madre y mis dos hermanos, respectivamente.

Aun falta establecer el paradero de mi padre, Pedro Rondoletto y de mi cuñada, Azucena Bermejo de Rondoletto, embarazada al momento de los secuestros, producidos el 2 de noviembre de 1976.

Como es de público conocimiento, la investigación es conducida por el Juzgado Federal a cargo del doctor Fernando Poviña, con la intervención de peritos que llevan a cabo el trabajo de excavación en el Pozo de Vargas (CAMIT) mientras las identificaciones en sí, son efectuadas por peritos del EAAF.

La identificación de parte de los restos de nuestros familiares, son la prueba irrefutable de los crímenes producidos por la dictadura cívico militar que padeció la sociedad argentina (1976-1983).

Con las identificaciones que se están produciendo en los últimos meses, se demuestra que las banderas de los familiares y militantes de derechos humanos, de “verdad y justicia” tenían y tienen una vigencia inapelable. La verdad está ahí en el vientre siniestro del Pozo de Vargas. Los nuestros fueron torturados, asesinados y ocultados en esa clase de lugares…No se habían ido a ningún lado…están ahí, para señalar a uno por uno de sus asesinos, cuyos nombres han quedado grabados en cientos de folios que circulan en los juicios por delitos de lesa humanidad. Lo que se encuentra en el Pozo de Vargas es eso: cuerpos de los delitos cometidos por los genocidas del Proceso de Reorganización Nacional. Así se ha demostrado en los juicios de lesa humanidad y así pasarán a la Historia, aunque actualmente haya instancias judiciales que manden a los condenados, a sus casas.

Marta Rondoletto




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