19/07/2017

Argentina

Mendoza

Nunca encontró justicia: se suicidó la madre de una víctima del gatillo fácil

Viviana Espina desapareció el viernes y el sábado fue encontrada sin vida debajo de un árbol en Guaymallén. Su hijo fue asesinado por un policía después de un partido de Independiente Rivadavia.
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Viviana Espina nunca pudo conseguir justicia por la muerte de su hijo.

El pasado sábado fue encontrada sin vida Viviana Espina, la madre de Lucas Carrasco, el joven de 22 años que fue asesinado en un caso de gatillo fácil, en el año 2014.

Desde el fallecimiento de su hijo el 14 de marzo de 2014, Viviana dedicó su tiempo a exigir justicia, algo a lo que lamentablemente no pudo acceder tras más de tres años. Incluso fue miembro de la organización “Familiares de Víctimas del Gatillo Fácil” y una activa partícipe de las marchas de #NiUnaMenos.

Su familia había radicado una denuncia este viernes por desaparición, luego de que Viviana discutiera con su pareja y saliera de su casa, sin abrigo ni dinero. En las redes sociales publicó un triste mensaje en el cual pedía perdón y anunciaba su cansancio de “remar contra la corriente”.

La trágica noticia llegó este mediodía, cuando su cuerpo fue hallado en Guaymallén, en la intersección del Acceso Este y calle Hilario Cuadros. Desde el ministerio de Seguridad informaron que habría dejado una carta y la principal hipótesis es que se habría suicidado.

En una primera pericia no se encontraron heridas ni indicios de violencia en su cuerpo, por lo que se cree que ingirió algo que le provocó la muerte.

 

El caso Lucas Carrasco

 

Lucas falleció en el hospital Central dos días después de recibir un impacto en la cabeza de un gas lacrimógeno en las inmediaciones del estadio Bautista Gargantini, cuando se generaron disturbios por un corte de energía previo al encuentro que Independiente debía disputar ante Instituto de Córdoba. Testigos afirmaron que el joven protegía a su hermano menor cuando sufrió el golpe del elemento que fue arrojado por un policía.

El caso llegó a juicio con un imputado, el policía Diego Guzmán, quien según la instrucción del fiscal Daniel Carniello se encontraba en la zona donde fue lanzada la granada. Varios testigos lo señalaron como responsable. El proceso inició el 28 de julio de 2016 en la Segunda Cámara del Crimen, con un tribunal conformado por Roberto Uliarte, Ariel Spektor y el hoy juez supremo José Valerio. El hombre llegó con una acusación por ‘homicidio culposo e incumplimiento de los deberes de funcionario público’.

No obstante, nunca pudo leerse la sentencia a raíz de que, tras un par de audiencias, la definición pasó a un cuarto intermedio y luego de una serie de dilaciones a causa de una licencia por enfermedad presentada por Valerio, el proceso se cayó porque el Código Procesal Penal establece que un juicio no puede suspenderse más de quince días. La polémica surgió cuando la querella conoció que el magistrado había acudido a dar clases la misma jornada en la que vencía el plazo previo a la anulación.

Debía realizarse un nuevo juicio, pero Valerio fue nombrado juez de la Corte y la Cámara quedó funcionando con dos miembros, por lo cual siguió dilatándose. Por estos días se esperaba que la Suprema Corte definiera el pedido de la Fiscalía de asignar un nuevo tribunal con otros integrantes, o bien aceptara que se mantuviese en la misma jurisdicción y se desarrollara la última audiencia con el subrogante de Valerio.

Todos estos retrasos judiciales, sumados al sinfín de amenazas que recibió tanto Espina como sus familiares cercanos (entre ellos sus otros hijos), provocaron en Viviana una depresión que venció su entereza. (jornadaonline.com)

 

 

 




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