28/06/2019

Argentina

El Gobierno celebra la firma del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea

Se trata de un "entendimiento político" en el marco de las negociaciones que desde hace décadas buscan llegar a un tratado de libre comercio. Argentina destacó una "amplia y ambiciosa" unión, aunque desde distintos sectores lo atribuyen a una necesidad electoral de Macri y advierten que podría comprometer seriamente la estructura productiva en el Cono Sur.
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Organizaciones señalan que el tratado se firmó en pobres condiciones para la Argentina, que se liberaliza el comercio bilateral y se coloca al país como proveedor de materias primas.

El Gobierno anunció que el Mercosur llegó a un acuerdo de "asociación estratégica" con la Unión Europea al que calificó como "histórico",y ahora seguirán las negociaciones para delimitar el tratado de libre comercio entre ambos bloques.

Tras veinte años de negociaciones, el Mercosur consiguió finalmente la firma de un Acuerdo de Asociación Estratégica con la Unión Europea, el "más amplio y ambicioso" alcanzado por ambos bloques en toda su historia", dijeron a la agencia NA fuentes oficiales.

El sector agropecuario es uno de los pocos que podría beneficiarse de la apertura comercial ya que el acuerdo lesiona al sector industrial. Las principales cámaras empresarias del Mercosur reclaman la inclusión de una “cláusula de desarrollo industrial” y la preservación de diversos instrumentos de protección a la producción y el empleo “fundamentales para el funcionamiento actual y futuro del Mercosur”.

El "entenimiento político" fue cerrado por el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Jorge Faurie, y el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, junto con sus pares del Mercosur y sus contrapartes de la Unión Europea.

El Gobierno argentino señaló que el texto consensuado por ambas partes "asegura los principales objetivos trazados por los países del Mercosur ya que mejora las condiciones de acceso en bienes y servicios a un mercado de 500 millones de habitantes con un PBI per cápita promedio de US$ 34.000, a la par que permite un tiempo de transición para la apertura comercial de los bienes y servicios europeos y preserva herramientas de desarrollo industrial en campos como propiedad intelectual, compras públicas y defensa comercial".

Asimismo, indicó que "se trata de un hito para la inserción internacional de la Argentina en tanto promueve la llegada de inversiones, genera un incremento del producto bruto nacional en el mediano plazo, aumenta las exportaciones de las economías regionales y la generación de empleo de calidad, consolida la participación de nuestras empresas en cadenas globales de valor, acelera el proceso de transferencia tecnológica y aumenta la competitividad".

Aún no hay precisiones sobre el alcance del acuerdo en materia de libre comercio entre los bloques, el tema fundamental que se viene postergando desde que arrancaron las negociaciones en el año 2000. Ahora los bloques deberán negociar las cuestiones arancelarias para determinar el impacto real que tendrá el acuerdo en la economía de los dos bloques. Por lo pronto, el Ejecutivo informó que el acuerdo "no implica una apertura inmediata".

En consecuncia, consideraron que "constituye un sello institucional que da carácter permanente a la relación estratégica con la UE, garantizando transparencia, previsibilidad y reglas claras para los actores económicos".

"El 60% de la oferta del Mercosur se desgravará en un plazo de 10 años o más, un porcentaje muy relevante si se considera que otros países con acuerdos con la UE lograron plazos más breves para la mayoría de los productos·, agrega el documento que difundió el Gobierno.

Según el Gobierno, el acuerdo "trasciende los fines meramente comerciales y marca un antes y un después en la integración internacional de la Argentina y en el proceso de desarrollo económico nacional". El tratado implica la integración de la región con un mercado de 800 millones de habitantes, casi una cuarta parte del PBI mundial y con más de US$ 100.000 millones de comercio bilateral de bienes y servicios.

El texto debe obtener todavía el visto bueno de los Estados miembros y el Parlamento Europeo, que según afirman en España podrían exigir cambios. En ese sentido, podría tener un impacto real en 10 años o más, de acuerdo a la propia información del Gobierno. Pero el anuncio se apuró para que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, Macri y el brasileño Jair Bolsonaro, pudieran exhibirlo en la cumbre del G20 que se desarrolla en Japón.

De las negociaciones también participó el secretario de gobierno de Agroindustria, Luis Etchevehere; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser; y la secretaria de Comercio Exterior, Marisa Bircher.

Propiedad intelectual, comercio agrícola y compras del Estado son los tres puntos donde la Unión Europea presenta una posición intransigente para proteger a sus empresas y productores.

Entre los puntos más duros de la negociación está la restricción exigida por Europa para los cupos de importación de productos del Mercosur, tanto de origen vegetal como animal, con el aditamento de mantener la prohibición absoluta para los transgénicos.

En los hechos, el acuerdo podría modificar radicalmente la estructura productiva, laboral y distributiva de los países del Cono Sur.

Según el colectivo OCIPEx -que realiza un seguimiento de la política exterior argentina- el Mercosur aceptó liberalizar el 90% de su comercio bilateral con la Unión Europea. También aceptó remover aranceles para todas las autopartes procedentes de la UE, las que pasarán a desgravarse de manera lineal en 15 años.

En el caso de los vehículos terminados, la desgravación también es a 15 años, pero con un período de carencia de 7 años, lo cual será compensado con una cuota anual para el ingreso de 50.000 unidades procedentes de la UE.

La Unión Europea demandó la extensión de plazos de protección y exclusividad sobre los datos de prueba de los medicamentos. Estas medidas aumentan el precio de los fármacos y retrasan la aparición de genéricos.

En materia de compras públicas, la UE demandó acceso al mercado a los proveedores europeos a través del principio de Trato Nacional. “Esto implica que se abrirá la posibilidad para que empresas europeas participen de la construcción de carreteras, líneas ferroviarias y puertos, y les permitirá adjudicarse contratos para la provisión de equipamiento al Estado en las mismas condiciones que sus pares locales”, subraya OCIPEx.

La UE también reclamó criterios flexibles que le permitan la utilización de insumos de terceros países (principalmente de Asia) en sectores que son muy sensibles a la liberalización como textil, químico, siderúrgico y calzado.

“Esto permite que, una vez ingresada la mercadería a la eurozona, las empresas llevan adelante procesos mínimos de terminación para luego certificar que se trata de un producto europeo y entrar sin arancel al Mercosur”, indica el organismo.

El bloque europeo pide acceso y trato no discriminatorio para los buques de navieras europeas en operaciones que actualmente están permitidas exclusivamente a embarcaciones del Mercosur. Entre ellas, se destacan el transporte binacional de carga y pasajeros, “feedering” (carga de containers desde un puerto internacional a puertos del Mercosur), transporte multimodal (cuando se agrega un tramo por tierra al transporte marítimo) y servicios portuarios auxiliares.

Otro punto que preocupa es el fin de los Requisitos de Desempeño (RD) en lo referido a bienes, servicios e inversiones. Los RD permiten conectar la inversión con el desarrollo, al exigir, entre otras cosas: un % de contenido nacional en las exportaciones, un % de compras de insumos en el país. “En el caso de la Argentina, esto sería lisa y llanamente incompatible con la vigencia de la Ley de Software, Ley de Autopartes y el programa de Energías Renovables, por mencionar algunos”, alertan.

“Todas estas concesiones y demandas impuestas por la Unión Europea NUNCA fueron puestas en conocimiento del Congreso, los sindicatos, las PYME´S y las organizaciones de la sociedad civil”, subraya OCIPex.

La Red Observar, integrada por CEPA, FSS, FGEP y la propia OCIPEX, preparó un informe previo a la firma del tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea en el que se anticipaban las pobres condiciones en las que hoy se aceptó el acuerdo.

“Más que un convenio comercial, este Acuerdo tiene fuertes características políticas y estructurales, como dejó transparecer en marzo de 2016 el Secretario de Comercio Miguel Braun indicando que el Acuerdo contribuiría a que el ´populismo no retorne a América Latina’ “, señalan.

Alertan que la UE no reconoce en ningún tramo el concepto de asimetría entre las partes, y avanza en consecuencia. Pese a que quintuplica en PBI al Mercosur, registra casi 10 veces más patentes al año, y más que duplicó sus exportaciones a la región en los últimos diez años (7), ha obtenido hasta el momento un sinnúmero de concesiones en materia de desgravación de bienes, reglas de origen, compras públicas, servicios y establecimiento y propiedad intelectual, entre otras.

“El Acuerdo apunta a consolidar una especialización productiva en donde nuestro país se limitará a funcionar como un proveedor internacional de materias primas, sin posibilidad alguna de diversificar sus exportaciones. Mientras tanto, la UE busca facilitar el acceso a sus productos industriales, ampliando su participación en el suministro de productos y servicios intensivos en capital y tecnología. Se trata, en definitiva, de un acuerdo capaz de debilitar profundamente y hasta desintegrar el tejido industrial del Mercosur, anulando cualquier posibilidad de avanzar en la diversificación de nuestras matrices productivas y consolidando la dependencia de nuestros pueblos”, concluye la red Red Observar. (La Política Online; BAE Negocios; Página/12; Diario Pulse)


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