13/12/2018

El mundo

Una turista británica murió en México y denunciaron tráfico de órganos

La familia aseguró que "se robaron todo dentro de ella". Todavía no saben de qué murió, ya que la versión de los médicos no se pudo constatar en la autopsia.
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La turista asesinada.

Amanda Gill, de 41 años, era una camarera británica que había decidido pasar unos días de vacaciones en la Ciudad de México. Pero de manera sorpresiva sufrió una descompensación y murió. Un año después, su familia se animó a denunciar que el cuerpo de la mujer volvió a su país prácticamente sin órganos y que sospechan que los traficaron.

Elaine Hines, la madre de la víctima, dio una estremecedora entrevista en The Mirror en donde explicó que su hija murió hace un año, pero todavía no pudieron hacer el duelo porque no saben las causas, ya que cuando los restos fueron analizados por especialistas, se dieron cuenta que faltaban todas sus partes vitales excepto su intestino inferior.

"Ella vino a casa vacía. Se robaron todo dentro de ella", denunció Elaine. "Si esto le ocurrió a Amanda, ¿a cuántas otras personas le ha pasado y volverán a hacerlo? Creemos que sus órganos fueron robados y vendidos", aseguró al medio.

La hermana de la víctima, Katie Miller Gill, también compartió las sospechas de su madre y se mostró consternada por la situación que atravesaron como familia al recibir el cuerpo en esas condiciones. "¿Dónde están sus hermosos ojos azules? ¿Por qué se los quitaron? ¿Dónde está su cerebro, su corazón?", reclamó.

La respuesta de las autoridades mexicanas fueron insuficientes. Según remarcaron los allegados de Amanda, tanto el hospital como la Justicia de México argumentaron que no sabían que había pasado con el cuerpo de la mujer.

Los médicos les habían notificado a los familiares que la turista británica fue internada por una descompensación y murió 12 horas más tarde. Como padecía diabetes, argumentaron que sufrió congestión visceral y cetoacidosis diabética. Pero cuando intentaron estudiar los restos en Reino Unido no pudieron porque "no había nada".

El hospital señaló que cuando entregaron el cuerpo a la Policía de México estaban todos los órganos y que era responsabilidad de esa fuerza realizar la autopsia. (tn.com.ar)

“Cuando ella murió, llamaron a la embajada británica y luego a la Policía para que viniera por el cuerpo. Tomaron aproximadamente tres horas para llevárselo. También se llevaron todo lo que ella tenía, su ropa, su teléfono y se dio aviso al fiscal. Su cuerpo fue sellado en una bolsa y guardado en una habitación refrigerada", argumentó Angeles Nava, gerenta de administración del centro de salud. A pesar de estas acusaciones, la Policía prefirió no referirse al tema y rechazaron hablar con los medios. (tn.com.ar)




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