08/08/2017

Argentina

La Madre Catalina será beatificada en noviembre por el milagro a una tucumana

El milagro será aprobado por el Papa Francisco y la ceremonia de beatificación de la religiosa será en la ciudad de Córdoba.

Confirman que la beatificación de la Madre Catalina será el 25 de noviembre
El Vaticano reconoció que la fundadora de las Hermanas Esclavas salvó milagrosamente a una tucumana.
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"Yo tenía fe; sabía que la Madre Catalina iba a darle la vida a mi mamá", contó Eugenia. LA GACETA/FOTO DE DIEGO ARÁOZ
La Madre Catalina de María Rodríguez, fundadora de la Congregación Esclavas del Corazón de Jesús, será proclamada beata el 25 de noviembre en la ciudad de Córdoba, informó hoy el Vaticano a través de la Secretaría de Estado.
La ceremonia de beatificación de la religiosa que colaboró en la tarea evangelizadora que desplegó en las sierras cordobesas el Santo Cura Brochero será presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Angelo Amato.
El 4 de mayo, el papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que reconoce un "milagro" atribuido a la intercesión de la religiosa cordobesa, último paso para que fuera proclamada beata.
Josefa Saturnina Rodríguez, luego Madre Catalina de María, nació en Córdoba el 27 de noviembre de 1823 y el 29 de septiembre de 1872 fundó en la provincia el instituto de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, dedicado a la educación y promoción de la mujer y atención de casas de ejercicios espirituales.
Josefa Saturnina Rodríguez, luego Madre Catalina de María, nació en Córdoba el 27 de noviembre de 1823 y el 29 de septiembre de 1872 fundó en la provincia el instituto de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, dedicado a la educación y promoción de la mujer y atención de casas de ejercicios espirituales.
El "milagro" aprobado por el Sumo Pontífice tiene que ver con la curación de una tucumana, Sofía Acosta, quien hace dos décadas sanó de una fuerte afección cardíaca, sin explicación científica.
En una entrevista con LA GACETA, la hija de Acosta, Eugenia del Valle Valdez, recordó lo ocurrido el 22 de abril de hace 20 años. “Era de noche, yo vivo a la par de mi mamá, las casas están separadas por un garage. Ella me estaba llamando para darme una ensalada para la cena. Y cuando fui, la encuentro tirada en el piso. Mi mamá me la da para que la sostenga y se va a buscar al médico. En ese momento se hizo sus necesidades encima y exhaló un suspiro muy profundo. Ahí se murió. Y yo me sentía muy sola, no quería que me deje”, contó.
“Llamé a mi marido, y me fui a buscar a un vecino. Cuando él llegó tratamos de subirla a su auto. Mi mamá estaba fría, dura y tan rígida que no podíamos abrirle la boca para sacarle la dentadura”, detalló y continuó su relato: "mi papá, en un hermoso gesto de amor, le decía al médico que lo opere a él y que le saque el corazón para dárselo a ella, pero el médico le explicaba que no había nada que hacer. Entonces yo le dije que vuelva, y que insista, porque la Madre Catalina la iba a sacar, la iba a salvar. Yo conocía la oración de la Madre (trabaja hace 25 años como maestra de inglés en el Colegio de las Esclavas), y no paraba de rezar. Después vinieron mis amigas y rezamos juntas. Yo tenía fe; sabía que la Madre Catalina iba a darle la vida a mi mamá”.
A pesar de que los médicos le habían advertido a la familia que podían quedar secuelas, sobre todo por el tiempo que estuvo sin que el cerebro recibiera oxígeno, la mujer se recuperó y en la actualidad tiene 79 años. El milagro fue reconocido y aprobado por El Vaticano.

El Vaticano confirmó este martes que el próximo 25 de noviembre, la Madre Catalina de María Rodríguez, fundadora de la Congregación Esclavas del Corazón de Jesús, será proclamada beata en la ciudad de Córdoba, tras el milagro de sanación a una mujer tucumana.

La ceremonia de beatificación de la religiosa que colaboró en la tarea evangelizadora que desplegó en las sierras cordobesas el Santo Cura Brochero será presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Angelo Amato.

El 4 de mayo, el papa Francisco autorizó la promulgación del decreto que reconoce un milagro atribuido a la intercesión de la religiosa cordobesa, último paso para que fuera proclamada beata.

Josefa Saturnina Rodríguez, luego Madre Catalina de María, nació en Córdoba el 27 de noviembre de 1823 y el 29 de septiembre de 1872 fundó en la provincia el instituto de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, dedicado a la educación y promoción de la mujer y atención de casas de ejercicios espirituales.

El milagro aprobado por el Sumo Pontífice tiene que ver con la curación de una tucumana, Sofía Acosta, quien hace dos décadas sanó de una fuerte afección cardíaca sin explicación científica.

La hija de Acosta, Eugenia del Valle Valdez, recordó enn diálogo con el diario La Gaceta cóo fue el milagro de su madre, ocurrido el 22 de abril de hace 20 años. “Era de noche, yo vivo a la par de mi mamá, las casas están separadas por un garage. Ella me estaba llamando para darme una ensalada para la cena. Y cuando fui, la encuentro tirada en el piso. Mi mamá me la da para que la sostenga y se va a buscar al médico. En ese momento se hizo sus necesidades encima y exhaló un suspiro muy profundo. Ahí se murió. Y yo me sentía muy sola, no quería que me deje”, contó.

“Llamé a mi marido, y me fui a buscar a un vecino. Cuando él llegó tratamos de subirla a su auto. Mi mamá estaba fría, dura y tan rígida que no podíamos abrirle la boca para sacarle la dentadura”, detalló.

"Mi papá, en un hermoso gesto de amor, le decía al médico que lo opere a él y que le saque el corazón para dárselo a ella, pero el médico le explicaba que no había nada que hacer. Entonces yo le dije que vuelva, y que insista, porque la Madre Catalina la iba a sacar, la iba a salvar. Yo conocía la oración de la Madre (trabaja hace 25 años como maestra de inglés en el Colegio de las Esclavas), y no paraba de rezar. Después vinieron mis amigas y rezamos juntas. Yo tenía fe; sabía que la Madre Catalina iba a darle la vida a mi mamá”, relata.

A pesar de que los médicos le habían advertido a la familia que podían quedar secuelas, sobre todo por el tiempo que estuvo sin que el cerebro recibiera oxígeno, la mujer se recuperó y en la actualidad tiene 79 años. El milagro fue reconocido y aprobado por El Vaticano.




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