19/01/2019

El mundo

Tragedia en México: Al menos 66 muertos tras la explosión de un oleoducto

El estallido se produjo mientras la instalación de la petrolera Pemex estaba siendo saqueada por cientos de personas en el estado de Hidalgo la noche del viernes. Hay al menos 71 heridos.
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El presidente AMLO afirmó que seguirá combatiendo el sabotaje a las compañías petroleras.

El estallido de un ducto de combustible mientras era saqueado por cientos de civiles deja al menos 66 muertos y 76 heridos en el central estado de Hidalgo, en México, donde este sábado las autoridades continuaban las pesquisas, entre cuerpos calcinados y pobladores que buscaban a familiares.

Las mismas han confirmado que el número de muertes en el oleoducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) ha aumentado a 66, mientras que la cifra de heridos se eleva a 76. Entre los heridos se cuentan 73 hombres y tres mujeres a niveles variados de gravedad, declaró el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad. El funcionario atribuyó esta explosión en la localidad de Tlahuelilpan al 'huachicoleo', como se conoce popularmente el robo de combustible en el país latinoamericano.

"El saldo que tenemos hasta hace unos minutos (...) es de 66 personas fallecidas y 76 personas heridas", dijo Fayad en rueda de prensa en el Palacio Nacional de Ciudad de México, en la que se encontraba el presidente Andrés Manuel López Obrador. Entre los heridos hay atambién ocho menores de edad, uno de ellos de 12 años, añadió Fayad. Tras la explosión el viernes por la tarde, se había dado un primer balance de 21 muertos.


El estallido ocurrió en la comunidad de Tlahuelilpan, a unos 120 km de la capital, luego de que un ducto fuera perforado por traficantes de combustible y cientos de personas, incluidas familias enteras, se lanzaron para llevarse gasolina en contenedores. Según las autoridades, entre 600 y 800 personas se llegaron a acumular en los alrededores del ducto en los minutos previos a la explosión, que según se había reportado ocurrió unas dos horas después de que comenzara una fuga.

El ducto, informó por su lado en la conferencia Octavio Romero, director de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), estaba en proceso de ser llenado, luego de que el 23 de diciembre pasado se suspendió su operación por órdenes de López Obrador para combatir el robo y tráfico de combustible. Este delito deja pérdidas por unos 3.000 millones de dólares anuales.

En palabras del presidente mexicano, las imágenes de la gente con cubetas, bidones y otros recipientes para extraer gasolina hablan de que este es un asunto que "desgraciadamente se extendió a toda la zona petrolera", pues "donde pasan ductos hay estas prácticas".

"Aunque duela mucho tenemos que seguir con el plan de acabar con el robo de combustible y con estas prácticas. No vamos a detenernos, vamos a erradicar el 'huachicoleo'", aseveró el mandatario mexicano. 

Sin embargo, el presidente ha sido enfático en que "no se puede enfrentar el mal con el mal". "Esto no es un asunto policial o militar. No se resuelve con medidas coercitivas", aseveró López Obrador, subrayando que, "si el pueblo ha llegado a este extremo, a estas prácticas, es porque se le abandonó por completo" y tiene problemas en satisfacer sus necesidades básicas.

La investigación de "los hechos va a estar a cargo de la Procuraduría General" (fiscalía), informó el mandatario, quien ofreció sus condolencias a los afectados y advirtió a la población de que se expone al riesgo de convertirse en víctima de un suceso similar al ocurrido en Hidalgo si incurre en la práctica del robo de combustible.

El fiscal general en funciones, Alejandro Gertz, describió el percance como "intencional" porque "alguien hizo esa perforación y el incendió fue consecuencia del delito". Reconoció que enfrentan "limitaciones" en la investigación toda vez que "las personas mas cercanas a la explosión fallecieron". (RT; AFP)




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