20/06/2019

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Fútbol

Las heroínas de París

Argentina dio una muestra inolvidable de fútbol y entrega para remontar un partido que parecía totalmente perdido ante Escocia. La crónica, con nombres propios, de un grupo que mujeres que no conoce de imposibles.

“-¿Y qué hizo Carlitos? ¿Ha podido dormir? -¡No! Se ha quedado toda la siesta en el sillón viendo a la Selección” conversaban dos hombres por una calle del centro de Tucumán, más adelante un padre le explicaba a su hijo que el arquero no puede adelantarse de la línea cuando se va a patear un penal. Todo esto en San Miguel de Tucumán, a miles de quilómetros de París, donde la Selección femenina de fútbol acababa de empatar 3 a 3 con Escocia.

Una fuerte lluvia cayó sobre la capital francesa en la tarde del miércoles mientras las jugadoras realizaban el calentamiento previo al último partido del Grupo D del Mundial, lo que dejó al campo de juego del Stade de France tremendamente veloz e impredecible, como sería el partido.

Después de dos encuentros en los que la enorme superioridad del rival ató a la Argentina a ceñirse a un estricto plan defensivo, contra Escocia y con la obligación de ganar, varias jugadoras se liberaron y pudieron demostrar toda su calidad.

Aldana Cometti redobló las responsabilidades defensivas y se mostró como una muralla en el fondo de la cancha y hasta terminó jugando de delantera cuando Argentina se puso a tiro del empate, a ella le cometieron el penal en el final. Escocia desbordó mucho por derecha a espaldas de Eliana Estábile, pero la marcadora central fue la encargada de regalarle a la arquera Vanina Correa una tarde mucho más tranquila que ante Inglaterra, pero con menos satisfacciones, ya que las británicas lograron sacar el máximo provecho de las pocas situaciones generadas.

En el primer tiempo Argentina fue un equipo inmenso, Mariana Larroquette por derecha y Florencia Bonsegundo por la banda izquierda, volvieron loca a una defensa de Escocia que parecía comerse todos los amagues y perder todas las pelotas divididas, el gol estaba al caer hasta que el travesaño le dijo que no al cabezazo de Larroquette y después el pecho de la arquera Lee Alexander tapó el remate de Soledad Jaimes. Tras esa situación Escocia armó su primera jugada seria en ofensiva y abrió el marcador.

En el segundo tiempo la entrenadora Shelley Kerr tomó nota de las falencias de su equipo y Escocia salió mejor, y a los cinco minutos del complemento ya ganaba 2 a 0 gracias al cabezazo de Jennifer Beattie. Más tarde, sin la reacción argentina llegó el 3 a 0 en los pies de Erin Cuthbert que atrapó un rebote en el área tras una gran tapada de Correa.

Todo parecía perdido y la Copa del Mundo de Francia empezaba a convertirse en un buen recuerdo para Argentina. Nunca, en la historia de los mundiales femeninos, tan marcada por las enormes diferencias entre los equipos profesionales y amateurs, un equipo había podido remontar un 0-3.

Entonces Carlos Borrello mandó a la cancha a la delantera Milagros Menéndez en lugar de la capitana Estefanía Banini, que salió con mucho fastidio, y después sacó también a Jaimes, una de las jugadoras con más experiencia y roce internacional. Parecía que el entrenador buscaba, perdido por perdido, darle ruedo a las jugadoras más jóvenes, sin embargo…

Dalila Ippolito, volante de River de 17 años entró para jugar los últimos momentos y en menos de 15 minutos le cambió la cara al partido y al equipo. Con toda la desfachatez y la garra, corrió gambeteó, metió, la pisó y encaró, dio la asistencia del primer gol con una habilitación maradoneana para Menéndez y empezar a construir la hazaña.

Miriam Mayorga entró también en lugar de Vanesa Santana y con piernas frescas fue la encargada de recuperar la pelota para una Argentina que con todo en contra, iba por todo. Lorena Benitez, su compañera en el medio, se adueñó del mediocampo durante todo el partido siendo rueda de auxilio en ataque y defensa, probando varias veces al arco de larga distancia intentando aprovechar su potente pegada.

Pero la gran protagonista de la noche fue sin dudas Florencia Bonsegundo, que contra Japón e Inglaterra cumplió con rigor la tarea defensiva encargada por el entrenador, y ante Escocia liberó la tensión de 180 minutos sin poder desplegar toda su habilidad. Principalmente pegada a la línea de la banda izquierda, tiró tacos y caños para pasar entre una, dos y hasta tres rivales, se hartó de enganchar y quebrar la cintura hasta que en el minuto 79 puso desde afuera del área una pelota entre el travesaño y los dedos de la arquera que terminó rebotando detrás de la línea. La delantera rompió en llanto pero no había tiempo y todavía faltaban emociones, el equipo fue con todo y se encontró con un penal que Bonsegundo cambió por gol al segundo intento. El empate era una realidad y una hazaña, y pudo haber sido también triunfo, seguramente hubiera sido triunfo, si la árbitra norcoreana hubiera adicionado correctamente el tiempo tras finalizar los 90.

Argentina no pudo lograr la victoria ni la clasificación directa, 28.205 personas vieron en el Stade de France de París el que ya se dice fue el mejor partido del Mundial. En las calles de Argentina se habla de la Selección femenina como “La Selección”, a secas. Pudo haber sido el último partido de “Las Pibas” en este Mundial, pero la historia recién está empezando. ©ElDiario24




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