24/11/2015

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discriminación

Una universidad de Irán despidió a un profesor por su voz "afeminada"

El doctor en física Qasem Exirifard, una eminencia en su país, fue dejado sin trabajo "por tener la voz demasiado aguada". Medio millón de estudiantes apoyaron a su maestro y juntaron firmas pidiendo su readmisión.
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El profesor le pidió al presidente de Irán una reforma del sistema de evaluaciones para que sea más transparente.

El doctor en física Qasem Exirifard, fue expulsado de una universidad en Irán por tener "voz de mujer".

De entre todas las razones que el comité de evaluación de conocimientos generales podría haber elegido para expulsar al físico de su puesto en la Universidad Khajeh Nasir de Teherán, escogió la más inverosímil. "Inhábil por tener la voz demasiado aguda", le comunicaron el 1 de septiembre de 2014. 

Su voz recuerda a la de una mujer, y esto ha sido suficiente para defenestrarlo. La última pregunta que deslizó el cuerpo evaluador durante el interrogatorio confirmó la naturaleza dogmática del mismo: "¿Qué haría si los estudiantes se ríen de usted en clase por culpa de su voz?". Exirifard miró fijamente a los seis miembros del comité, entre los que se encontraba un mulá estrechamente ligado al líder supremo, y respondió: "Les agradecería sus comentarios y continuaría con la lección". 

"Tras conocer el veredicto, pregunté por qué no soy apto para enseñar física debido al tono agudo de mi voz. No me dieron ninguna razón. Solo dijeron que quien me había evaluado era "gente importante" y esa era su conclusión final", explica Exirifard.

A partir de ese momento, lejos de quedarse callado, este profesor ha iniciado una larga batalla contra el sistema universitario, denunciando su falta de transparencia. Pero su caso no es único. Muchos prominentes profesores han sido apartados de las aulas tras ser descalificados por alguno de los tres comités que evalúan a los docentes, de los cuales solo uno tiene carácter científico y analiza la cualificación profesional de los candidatos. 

La función de los otros dos consiste en certificar que las creencias políticas, religiosas y culturales del docente se ajustan a los valores de la revolución islámica. Y es en ese punto donde Exirifard, aun habiendo podido mentir, prefirió la verdad, y cuando el comité, Salahiyate Omomi, le preguntó qué pensaba de los occidentales con los que se había relacionado durante su estancia en la universidad de Sissa, Italia, donde cursó su doctorado, él respondió que "todos somos humanos y semejantes".

Y cuando en la siguiente pregunta el comité quiso saber si hablaba de Dios en sus clases, él respondió que "la Universidad me paga para enseñar física y como profesional que soy en esta materia, solo hablo de física". Ésta no ha sido la primera vez que este profesor desafía al sistema.

El último de los esfuerzos de Exirifard ha sido la redacción de una carta abierta dirigida al presidente del país, Hasan Rouhani, pidiéndole una reforma del sistema de evaluaciones para que sea más transparente e informe a los profesores de las razones por las que son descalificados.

Pero hasta el momento, solo ha recibido el apoyo masivo de su entorno: medio millar de firmas de sus estudiantes pidiendo su readmisión, una carta enviada por sus ex colegas de la universidad de Triestre denunciando su caso a las autoridades persas, y decenas de correos de la comunidad científica iraní apoyándole en su lucha. Por ahora, nada han servido para que Qasem Exirifard pueda volver a las aulas.




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